Rafael: el recolector de residuos de Neuquén que se convirtió en uno de los mejores corredores de Trail

Tiene 29 años y hace 10 trabaja en el servicio de recolección de la ciudad. Representó al país en sudamericano.

Rafael Morales combina su pasión con su trabajo. Foto: Cecilia Maletti.

Son las cinco de la mañana y Rafael se prepara en su casa del barrio Almafuerte de Neuquén para salir a trabajar. Su rutina como recolector de residuos lo lleva a recorrer la ciudad con esfuerzo y sin pausa. Sin embargo, al terminar la jornada laboral comienza otra faceta de su vida: la de corredor de Trail. Una pasión que lo llevó a representar a la Argentina en el Campeonato Sudamericano. «Yo soy un chico de acá, del oeste de Neuquén, y me tocó estar representando a mi país. Nunca imaginé que podía pasar».

Rafael Morales tiene 29 años y nació en el oeste de la ciudad. Con su mamá, ama de casa, vivieron durante muchos años en el barrio Bouquet Roldán. «Nunca pude terminar la secundaria porque tuve que salir a trabajar», contó Rafael.

Apenas cumplió la mayoría de edad comenzó su trabajo como recolector de residuos. Unos años después, su mamá tuvo que dejar de trabajar por una enfermedad. «Ahora soy el único sustento de mi familia«, expuso.

Aunque señaló que los años le dieron la experiencia para realizar su trabajo y ya lo hace de manera automática, no niega que todos los días realiza un grandísimo esfuerzo físico. En cada parada, tanto Rafael como sus compañeros, trabajan en coordinación, levantando bolsas, vaciando contenedores y canastos, y asegurándose de que el área quede limpia antes de continuar.

«Trabajo de seis a 11 y generalmente los lunes se labura un poco más porque se acumula la basura del fin de semana», detalló. Todos los días espera con ansias la tarde para salir a entrenar para Trail, una pasión que no lleva mucho tiempo en la vida de Rafael, pero que sin dudas ha transformado su vida.

Rafael junto a sus compañeros de trabajo. Foto: Cecilia Maletti.

La idea surgió en la pandemia, cuando el joven neuquino «no estaba pasando por un buen momento y quería despejar la cabeza». Comenzó saliendo a trotar y rápidamente su capacidad para correr largas distancias salió a la luz. «Necesitaba salir del pozo en el que estaba, es algo que nos puede pasar en la vida, pero hay que buscar salir adelante», señaló.

Salía a correr por el barrio. No importaba el clima, solo necesitaba hacer deporte y tener su momento. Un día sus amigos le contaron que iban a participar del Bariloche Running Ultra Trail (BRUT). Con su tímido metro sesenta, su actitud resiliente y una energía imparable tomó una decisión crucial. «No tenía nada de preparación, no sabía ni lo que era el Trail, pero me animé a ir», dijo.

«Me tocó ganar», dijo humildemente el corredor neuquino. Es que el recolector de residuos pisa la montaña y se convierte en una promesa del Trail argentino. En su primera vez compitiendo se llevó el primer puesto en los 50 kilómetros por el mejor tiempo en 6 horas, 23 minutos y 17 segundos.

Él lo tomó como una revelación. «Dije:estoy para adentrarme en este deporte», contó. Esa motivación lo llevó a tomárselo «más profesional». Consiguió un entrenador, Ulises Toledo, quien se convirtió en su mano derecha en esta aventura.

Desde entonces, su rutina de entrenamiento es intensa y meticulosa. «Entreno de martes a domingo. El primer día hago una hora y media de barda; los miércoles, velocidad en la pista de atletismo de Neuquén y cada día alguna actividad diferente», relató.

Agregó que los fines de semana se junta con sus amigos para hacer fondos largos. «Son dos o tres horas de trote. Es el único momento en el que realmente me siento bien conmigo mismo«, expresó.

El deporte le dio a Rafael no solo un objetivo personal, sino también una forma de lidiar con el estrés y las dificultades. «Entrenar es mi espacio personal, mi momento. Quizás el cuerpo no siempre está al cien por ciento, pero no negocio con eso«, aseguró. «Por más que llueva o haga viento, si tengo que salir a entrenar, salgo».

Rafael en Champa Ultra Race. Foto: Santiago Quiroga / UBICE.

«Este año fue muy bonito para mí, todo va saliendo mejor y tuve la suerte de participar en algunas carreras», contó. Explicó que no tiene sponsor ni algún ingreso que pueda ayudarlo con los costos, por lo que es él solo quien debe costearse los viajes.

«Yo no soy conocido ni nada, me tengo que pagar todo, así que tuve que trabajar horas extras y hacer más cosas para poder competir«, expresó.

Así fue que pudo pagar un viaje soñado a San Martin de los Andes para competir en el Patagonia Run. «Mi deseo era competir y ganar. Quedé segundo y me puso muy feliz. Poder competir en una carrera tan importante y compartirlo con mi familia fue muy gratificante», manifestó.

Rafael con su tío, su abuelo y mamá durante la carrera de San Martín. Foto: Gentileza.

También participó en el Campeonato Argentino de Ultra Trail que clasificaría al Sudamericano que tuvo lugar el fin de semana pasado en San Luis. En el selectivo clasificó y en el corazón de cuyo representó a Argentina junto a tres chicos más de otras provincias.

A pesar de que tuvo que abandonar la carrera, para él fue una batalla ganada. «Fue una locura porque yo soy un chico del oeste de Neuquén, un pibe laburador y me tocó estar representando a mi país, es muy emocionante», expresó.

Rafael sabe que su historia es diferente a la de muchos. «Es muy loco porque hay gente que se dedica a esto, que son profesores o corredores profesionales, y yo soy un laburante que corre porque le apasiona«, reflexionó. Ser bueno en lo que a uno le gusta no tiene precio para el joven corredor.

Rafael tuvo este año experiencias inolvidables que espera se vuelvan a repetir. «Ojalá la vida me siga dando oportunidades como estas», deseó. No solo por él, sino por su mamá, que lo acompaña en cada paso que da y lo motiva a seguir adelante.

«Ella me vio en mis peores momentos y ahora siento que está feliz por mí. Ella le gusta que corra, siempre fue mi apoyo y al final termina siendo algo que disfrutamos los dos», expresó.

Para rafael, correr es un estilo de vida. Foto: Gentileza.

Ahora se prepara para este fin de semana que correrá una etapa de El Cruce. Serán 33 kilómetros por los senderos de los cerros cercanos a San Martín de los Andes. Con un poco más de ambición, comentó que sus objetivos para el 2025 son correr el nacional y clasificar al mundial.

Con cada kilómetro recorrido, Rafael Morales, «un chico del oeste», como dice él, demuestra que no importa de dónde vengas, si no hacia dónde querés llegar.

Rafael Morales tiene nuevos objetivos para el 2025. Foto: Cecilia Maletti.

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