Quién es el artista plástico de Viedma que expondrá sus obras en Qatar

Juan Martín Kunisch fue seleccionado para exponer en una muestra que albergará obras de todo el mundo y será visitada por jeques de ese país.

Juan Martín Kunisch es un artista de Viedma. Foto: gentileza

«Un día tuve que aceptar que soy un artista. Porque lo soy. Siempre lo fui. Puedo crear con lo que quiera. No me limito a una máquina de tatuar, o un lápiz. Puedo usar colores, lavandina, una tiza. Un artista no se limita: tiene mente creadora». Juan Martín Kunisch nació en Viedma y pinta desde que tiene memoria.

Algún día alguien le reveló que tenía un don y, asegura que debió reconocer que «así era». En segundo año del secundario, le confesó orgulloso a su madre que había descubierto su vocación: el dibujo. Por lo tanto, estaba decidido a dejar sus estudios para abocarse de lleno a eso. Lejos de entusiasmarse, la mujer se mostró fastidiosa y le dijo que, si decidía avanzar en esa dirección, debería trabajar. Así fue que comenzó a acompañar a su padre albañil. Con sus ingresos, fue comprando materia prima para volcar a su gran pasión.

Desde entonces, no paró de dibujar y hoy, este artista de 39 años que, vive en Carmen de Patagones, fue seleccionado para exponer dos obras en una muestra de Qatar del 25 de noviembre al 1 de diciembre que reúne a artistas de todo el mundo.

«Nací el 11 de mayo, el día del himno. Bien argentino. Es el mismo día en que nació Salvador Dalí y ese dato me impactó de grande. También soy zurdo, como Messi y Maradona. Dibujo muy rápido y lo hago de una manera tan divertida, así como Messi juega a la pelota», confía divertido.

La confianza en sí mismo sobresale en todo momento: «Alguna vez, alguien me dijo: ‘Vos tenés un don’ y reconozco que lo tengo. Un día lo tuve que aceptar. La vida siempre me llevó por el camino del dibujo«.

Cuando abandonó la escuela para dedicarse al dibujo y tuvo oportunidad de trabajar con su padre, reconoce, aprendió infinidad de cosas que lo ayudaron «a la hora de crear». A los 16, un aerógrafo y una máquina de tatuar llegaron a sus manos. «Fueron las herramientas que me dieron de comer hasta hoy y me permiten hacer las locuras que se me ocurren. Quizás, se me antoja hacer un mural grande en la calle y gasto en aerosoles, rodillos, látex. Hay que mantener todo eso«, señala.

A pesar de haber sido padre, aclara, nunca dejó de dibujar. «El laburo del artista es difícil y más cuando sos papá y tenés que mantener una casa. Pero no abandoné nunca, pese a que siempre eran dos pasos para adelante y cinco para atrás», advierte.

Su obra a la vista del mundo

En el último tiempo, Kunisch sospechaba que «algo grande» iba a pasar en torno al dibujo que lo involucraría. «Empezaron a pasar cosas contraproducentes, muy fuertes. Hay cosas que no vivo, como el resto de los humanos, porque estoy en otra frecuencia que es el arte«, dice.

Una tarde, vio una publicación en la cuenta de Instagram de Claudia Perez, una artista plástica cordobesa que suele pintar jugadores de fútbol. Convocaba a artistas argentinos, a través de la presentación de obras, para exponer en Qatar. Ya era algo tarde porque el plazo para el envío estaba vencido. De todos modos, el viedmense decidió dejar un comentario argumentando que había visto «tarde» la publicación y deseándole suerte a todos los participantes.

«Cuando Argentina ganó el último Mundial en Qatar, Lionel Messi firmó uno de los cuadros de Pérez y en esa oportunidad, la convocaron para exponer en el Qatar International Art Festival, un evento anual en noviembre, donde la nombraron embajadora de la marca en Argentina», cuenta.

Este año, la artista decidió no participar de la muestra por exceso de trabajo, pero se le ocurrió ceder su stand a otros 20 artistas argentinos, sabiendo lo difícil que es llegar hasta horizontes tan lejanos. «Vi tarde su publicación haciendo la convocatoria, pero se acercaba la Luna llena de septiembre y sabía que algo bueno iba a pasar. De repente, llego a casa a cocinar a mis niños y me encuentro con un mensaje de Claudia, diciéndome que tenía asegurado un lugar«, recuerda.

Hasta cierta edad todos somos artistas: todos dibujamos y cantamos. Después, la realidad nos hace confundir. Yo me di cuenta que era creador de mi propia realidad y ahí sentí quién soy. Empecé a hacer dibujos y no paré»,

Juan Martín Kunisch, artista de Viedma.

Un caballo y una remera

Kunisch presentará dos obras -una libre, de 50 por 80 centímetros, y el dibujo de una prenda-. Una es un caballo pintado «con aerógrafo, a mano alzada, usando los colores de Argentina». «La idea es que lo vean y digan: ‘Ah, eso es Argentina’. Es un caballo blanco con manchas celestes y el pecho tendrá algo beige, como para simular la bandera argentina», señala al tiempo que asegura haber estudiado la forma de los caballos «y sus músculos».

La otra obra tendrá el dibujo de una remera negra con lavadina. «Es una situación super extrema. Si tenés un pincel y lavandina podes crear desde lo más básico y común. No necesitas colores, ni el pincel más caro. Todo está en lo simple», expresó.

Consideró que «la mayoría de los artistas enviarán una obra en lienzo; yo voy a usar una tela diferente y humilde para que se muestre lo que quiero reflejar. Es una tela barata«.

En los próximos días, enviará sus obras rumbo a Asia. Destacó que la muestra será visitada por “jeques que mirarán cuadro por cuadro para descubrir nuevos artistas, especialmente aquellos que estamos escondidos en ciertas partes y aún no nos descubren”.

Una vida pintando

Kunisch no duda. De todos sus trabajos, destaca el último, un mural tridimensional con aerosoles y aerógrafos para el Sindicato de Saneamiento de Viedma que le tomó un mes. En el dibujo, una ballena aparece como saliendo de la pared, con unas tortugas de mar y un pulpo. El piso tiene como un efecto de rotura desde donde se ven unos tentáculos. También dibujó un pájaro posado sobre una rama, un paisaje.

«Otro dibujo que me gustó mucho fue el trabajo para una cervecería con dibujos flúor que, muy pocas veces hice. Es un dibujo para descubrir. En la entrada del baño de hombres dibujé a David con un fondo galáctico, con su corazón tachado; mientras que en el baño de damas, hay una mujer con una especie de trapo en la cabeza. Pinté una luz desde abajo, con un fondo galáctico. Súper cósmico», detalló.

Kunisch reconoció que el proceso de pintar le resulta «divertido». «Cuando tengo que dibujar algo, sé bien cuáles son los primeros pasos. Confío tanto en la forma en que me conecto que lo hago con mucha alegría. Simplemente me sale y me da un placer que me eleva la vibración», describió. Y destacó la alquimia con los colores: «Ordenás esos colores en la pared para decir algo. Soy el medio, el puente, para esto: para lograr cosas bonitas».


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