Quién era Cacho Lobello, leyenda del rock y despedida en Roca tras su muerte
El reconocido músico será velado esta mañana en Roca. Sus allegados, amigos y familiares le dan el último adiós. Toda una vida dedicada a la música, en fotos. Qué dejó para sus seguidores.
Hoy velan los restos de Cacho Lobello en Roca, la despedida. Foto: archivo
El adiós a Eduardo “Cacho” Lobello no termina luego de su fallecimiento ayer. El arte patagónico hoy se despide de un músico de Roca que pisó fuerte y dejó huellas imborrables en todo el Alto Valle y más allá.
A partir de las 11 horas de este lunes, el artista será velado en la sala de calle Villegas entre Maipú y Don Bosco. Sus seguidores, familiares y amigos se despiden. Saben que es el último adiós en cuerpo, pero su legado y su espíritu, quedarán. «Nace una leyenda», postularon algunos de sus cercanos.
“Cacho” dejó huellas porque fue pionero y porque su talento lo llevó a innovar, a enseñar y a impartir posibilidades a otros como él. Marcó el camino y abrió el paso a los géneros heavy metal y trash metal locales, un género con muchos y muy fieles seguidores. El músico era además compositor y cantante. Fue fundador de grupos emblemáticos como Goliat (1976), Skirlas (1990), Remolcador (1990), Buscados vivos (2007) y Trío Lobello (2019).
Todavía se oye como eco su última presentación en un bar de Avenida Roca el 5 de agosto. El año pasado viajó a Aguada Guzmán para honrar a su “Maruchito”, de quien Cacho fue fiel devoto, en un homenaje que lanzó IUPA y del que el músico fue parte.
“Que tu amada música vuele con tu alma, tu ser”, le dedicaron los músicos de una de sus bandas insignia “Buscados Vivos”, con profundo dolor. “Un artista magnífico, un guerrero, un gran amigo, compañero, hermano”, lo describieron.
“La persona que confió en mí desde el primer día. El único rockstar que siempre respeté. El único que sin titubear rockeaba sus canciones y nosotros a la par. Con convicciones firmes. Sin ego porque el ego es para los mediocres. Lo tuyo era talento. Te vamos a recordar en cada rocknroll”, se despidió Ezequiel Salgado, reconocido armonicista de la ciudad y compañero de formaciones.
“Parece mentira que ya no voy a verte en el centro charlando con alguien”, dijo su hermana por las redes sociales, sobre la increíble noticia tras la internación en la terapia intensiva del Hospital Francisco López Lima.
Sus allegados lo recuerdan como una persona solidaria, que siempre ayudó y colaboró en campañas solidarias desde su arte, además de ser sociable, muy conocido y militante del amor, desde su perfil contestatario.
Una vida dedicada a la música
Su primera banda fue en “Azúcar Marrón”, con Paul Flores, Luis Hernández, Miguel Peralta y Miguel Parra. Era un grupo de baile popular que tocaba canciones de rock y se presentaba ante más de 1000 personas en Argentinos del Norte o Italia Unida.
Además, es considerado exponente de la cultura regional, compartió escenario junto a Norberto “Pappo” Napolitano, Botafogo, Litto Nebbia, Claudio Gabis, Boff, Ricardo Soulé, Daniel Raffo, Lorenzo Thomson, Dave Raley, Gustavo Giannini y con agrupaciones como La Mississipi, Hermética y Lethal.
Luthier y sonidista
Una trayectoria de más de 40 años lo avalaron en esos rubros, luthier y sonidista, desde donde colaboró también con otros músicos de la región. Al partir, dejó su sala “Mapu Zungun” o más conocida como “la sala de Cacho” lugar de “tocadas” de bandas regionales y nacionales y también sala para conjuntos que no tenían donde ensayar.
Declaración de interés
Desde la Legislatura de Rio Negro, algunos legisladores propusieron que se declare de “interés cultural, social y comunitario la destacada labor del músico rionegrino (…) por su extensa trayectoria, talento y por ser difusor del rock rionegrino y patagónico”.
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