Qué indican los monitoreos del alga Didymo en el parque Nahuel Huapi

Según los últimos estudios, hay una dispersión constante del alga unicelular aunque sin grandes impactos.

Los últimos monitoreos del alga Didymo en el parque Nahuel Huapi dan cuenta de una dispersión constante aunque sin grandes impactos.

Se trata de un alga unicelular originaria del Hemisferio Norte que apareció por primera vez en los lagos de la región allá por 2011. Desde entonces, fue extendiéndose a otros lagos y ríos y los biólogos emprendieron la tarea de realizar monitoreos en 20 sitios en el norte, centro y sur del parque, entre el verano y el otoño, para evaluar su impacto.

«En un principio, pensamos que podría provocar impactos ecológicos, a través de cambios en la comunidad de algas. Esto podría modificar la cantidad y la composición de la comunidad de invertebrados y, estos cambios podrían trasladarse, a su vez, a toda la cadena trófica», especificó la bióloga Gloria Fernández Cánepa, del área Biología de la Conservación del parque Nahuel Huapi.

El alga Didymo se detectó en el parque en 2011. Foto: gentileza

«Sobre este punto -agregó- se financió una beca a una estudiante de la Universidad Nacional del Comahue para estudiar el cambio en los macrocrustáceos. Se determinó que no había cambios sinificativos en los sitios con presencia y ausencia de Didymo. En ese grupo de invertebrados, podemos pensar que el impacto no fue tan grave como se esperaba».

También se pensó que el alga podría generar un deterioro visual de los cuerpos de agua, incidiendo en el turismo. «El alga puede flotar en la columna de agua, pero además, se puede instalar en los sustratos del fondo de los cuerpos de agua y producir una floración algal, tomando un aspecto macrocópico (el alga en sí no es visible al ojo humano)«, describió Fernández Cánepa y agregó: «De esta forma, puede generar una especie de alfombra que tapiza los fondos de los ríos o lagos. Ese impacto tampoco fue tan grave como se esperaba. La gente sigue usando el cuerpo de agua a pesar de la presencia del alga. No ha generado tanto rechazo».

El alga Didymo se detectó en el parque en 2011. Foto: gentileza

Los monitoreos comenzaron en 2013 y en cada ocasión, aparece un nuevo sitio positivo donde se encuentra el alga, además de los previamente definidos. Esto indica un avance aunque los expertos advierten que el impacto de tapizar todos los cuerpos de agua, como se esperaba, no es tan fuerte.

«En el último muestreo se han sumado nuevos sitios positivos para la presencia de Didymo, en los que sólo se encontraron células aisladas, lo cual podría considerarse como una primera etapa de la invasión«, aclaró Fernández Cánepa.

El alga Didymo se detectó en el parque en 2011. Foto: gentileza

Este diario consultó sobre los lugares que han dado positivos hasta ahora, pero desde el parque Nahuel Huapi prefieren no aportar ese dato. «Se apunta a que las personas se comporten en todos los sitios como si hubiera Didymo para llevar adelante las medidas de prevención de manera correcta. Al ser un organismo unicelular es difícil de frenarlo y no hay medidas efectivas que lo eliminen. Pero sí hay medidas de prevención», advirtió la bióloga.

Para evitar la dispersión del alga a otros sitios, se aconseja remover los restos de barro o vegetación adherida a los equipos (kaykas, remos u ojotas) antes de abandonar un cuerpo de agua. Por otro lado, antes de llevar ese equipo a otro cuerpo de agua, se recomienda lavarlo con una vaso de lavandina diluido en 10 litros de agua o, 500 gramos de sal en 10 litros de agua.

Otro consejo es dejar secar el equipo durante 48 horas antes devolver a usarlo.

¿Cómo son los monitoreos? Se toman dos tipos de muestras. «Por un lado, se muestrea el plancton -detalló Fernández Cánepa-, filtrando el agua con una red que tiene una abertura de malla muy finita donde quedan atrapadas las celulas de Didymo. Por otro lado, se muestrean los sustratos naturales. Se raspa y eso se colecta en un frasco que se observa con microscopio para rastrear células de Didymo que no son visibles al ojo de la persona, salvo cuando genera las floraciones (una proliferación o multiplicación de células)».

El alga Didymo se detectó en el parque en 2011. Foto: gentileza

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