Qué decir y qué comentarios es mejor no hacer a personas que transitan un duelo

Muchas veces podemos expresar frases bienintencionadas pero insensibles, que pueden hacer que las personas que sufrieron una pérdida no reciban el consuelo que necesitan. Por eso, una investigación, que estudió a padres y madres en duelo, exploró los dichos y las acciones que es mejor dejar de lado y cuáles incorporar.

Posiblemente te haya pasado querer brindar consuelo a un amigo o ser querido, pero no encontrar la palabra adecuada. “Era la voluntad de Dios”, “sé por lo que estás pasando porque perdí a mi madre” o “lo vas a superar” son algunos comentarios usuales que, aunque bienintencionados, generan un efecto indeseado en la otra persona.

Así lo revelaron los autores de una investigación publicada en OMEGA – Journal of Death and Dying que exploró cómo ciertos comentarios y acciones afectan el proceso de duelo y el bienestar emocional de quienes habían perdido un hijo. Los investigadores entrevistaron a 20 padres en duelo y 11 proveedores de servicios individualmente por dos horas. 

Luego, pidieron a los voluntarios que describieran cómo se habían sentido al transitar el duelo y que identificaran palabras clave que hayan sido útiles y las que no. Las entrevistas fueron grabadas y transcritas. Los participantes informaron que se sintieron heridos y frustrados por los comentarios que pretendían consolarlos, comentarios que se dividieron en categorías como: explicaciones religiosas de la pérdida, comparaciones con el dolor de otros, preguntas inapropiadas y consejos.

“Cada vez más, la literatura muestra que las personas en duelo, en particular los padres en duelo, consideran que las cosas insensibles que las personas dicen son dañinas en su proceso de duelo. Esto incluye, entre otros, dar consejos, clichés, expectativas de una recuperación rápida, sobreprotección, comentarios, opiniones religiosas y comentarios irreflexivos”, explica el paper.

Explicaciones religiosas: «Tu ser querido ahora está en paz», “era la voluntad de Dios”, “Dios quería otro ángel”, «Dios nunca te da nada que no puedas manejar» son algunas de las frases que se registraron como hirientes. Según el estudio, es importante considerar el nivel de religiosidad de la persona en duelo antes de ofrecer explicaciones de esta índole y optar por ser menos religiosos si se desconoce qué cree la persona en duelo.

Comparar el dolor: expresiones como “sé por lo que estás pasando porque perdí a mi madre”, también se consideraron inútiles, ya que tales comparaciones pueden minimizar el dolor único que experimenta cada individuo.

Dar consejos: «Deberías hacer esto», lo vas a superar», “involucrate en algo», “rezá a Dios” son algunos de los comentarios que los padres afligidos sentían que desviaban la atención del dolor y no siempre eran bien recibidos, lo que sugiere que ofrecer consejos puede no ser el enfoque más útil.

Expectativa de una rápida recuperación: “Vas a estar mejor cuando pase la Navidad”, “ya pasaron seis meses, ¿no estás mejor?”, “te mejorarás», “seguí adelante» o “¿cuándo vas a volver a trabajar?» fueron percibidos como insensibles. Una mayor sensibilidad al apoyar a alguien durante el duelo es la clave al buscar consolar.

En definitiva, los investigadores concluyeron que lo verdaderamente útil es el apoyo sin prejuicios. “Los padres afligidos que contaron con el apoyo de familiares, amigos, cónyuges y/o empleadores hablaron sobre lo importante que era ese apoyo para ellos. Las respuestas mostraron que muchos padres afligidos que no contaban con ese apoyo se sentían muy aislados y solos. Todos los participantes que habían sido acompañados por profesionales hablaron del especialista en duelo como un ‘salvador’, y muchos llegaron incluso a decir que tal vez no habrían estado aquí hoy si no fuera por esa persona”, describe el estudio.

En líneas generales, lo que resultó efectivo fue: tranquilidad, estar presente, aliento y apoyo, y que otros no juzguen. Como ejemplo de simplemente estar allí, un participante destacó a una persona: “La única enfermera que me abrazó y me dejó llorar, como si no dijera ‘ahora no deberías llorar’. Ella simplemente me dejó llorar”. Y otro participante dijo: “En cualquier momento del día o de la noche, podía llamarlos [a una mejor amiga y hermana] y simplemente se quedaban conmigo al teléfono”.


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa ‘Periodismo Humano’, una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN


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