Protesta en Parques Nacionales: «No somos responsables de los fenómenos naturales»

Los trabajadores del parque nacional Nahuel Huapi realizaron hoy un abrazo a la intendencia para expresar su rechazo al avance del proceso judicial contra cuatro guardaparques del parque nacional Lanín, que están imputados por homicidio culposo debido a la caída de un árbol que hace siete años mató a dos niños en un camping privado.

La protesta incluyó la interrupción de tareas habituales, el cierre de las oficinas y mostradores de atención, pero no afectó el ingreso de visitantes al área protegida ni la realización de excursiones, como sí ocurrió en otros parques, por ejemplo Iguazú, Monte León y Quebrada del Condorito.

Los manifestantes advirtieron que la movilización de hoy cuenta no solo con el apoyo “de los tres gremios” con presencia en el organismo sino también del directorio de Parques Nacionales. Señalaron además que preparan otra medida de cuatro días entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre -en coincidencias con el juicio, que se realizará en Neuquén-, cuando tienen previsto el cierre total de los parques nacionales en todo el país.

La preocupación de los trabajadores se debe al antecedente en su contra que quedaría consolidado si los guardaparques son condenados, porque los podrán responsabilizar en adelante de otros eventos fortuitos que ocurran dentro de las áreas protegidas cuando causen perjuicios personales o materiales.

Los trabajadores se concentraron a media mañana en la escalinata de acceso a la intendencia, en pleno centro de Bariloche y desplegaron banderas donde expusieron sus demandas. “Los parques nacionales son agrestes, existen riesgos”, decía una de ellas. Otra más grande declaraba “fenómenos naturales, los trabajadores no somos responsables”.

Uno de los voceros del grupo, Carlos Palombella, recordó que los cuatro guardaparques fueron sobreseídos en un primer tramo del proceso y luego otro tribunal revocó ese fallo y los volvió a inculpar, al igual que a dos imputados del camping.

“Lo primero que queremos transmitir es la solidaridad y el respeto de todos los trabajadores del parque con la familia (de las víctimas) por lo ocurrido en Lolen” afirmó, en referencia al sitio donde ocurrieron los hechos.

Dijo que el parque Nahuel Huapi tiene 700 mil hectáreas, con un gran número de circuitos y atractivos que convocan a miles de visitantes y “es imposible saber lo que va a pasar”. Lo mismo ocurre en otros parques del país, que registran alta afluencia turística. El representante de los trabajadores calificó de “insólito” el fallo que confirmó la imputación contra sus compañeros.

Señaló que el personal del parques se declaró “en asamblea permanente” desde la semana pasada y van a intensificar las medidas si la Justicia no revisa la acusación. Según Palombella, continuar con la operatividad de los parques nacionales en el formato actual “sería imposible” si hay un fallo condenatorio.

Un escenario impensado

Otra referente del grupo, Karina Rivas, explicó que en ese caso Parques se enfrentaría “a un nuevo paradigma” que obligará a redefinir el manejo de las áreas protegidas, con la imposición de nuevas restricciones. De hecho, desde el incidente ocurrido en Lolen en 2016 Parques Nacionales empezó a colocar cartelería de advertencia por caída de ramas y a comunicar el cierre de senderos, playas y otras áreas recreativas los días de fuerte viento. Precauciones que antes no existían.

Rivas dijo que administrar ese tipo de riesgos es muy difícil y no solo existe la posibilidad de la caída de un árbol, en zonas de bosque o selva, sino también accidentes en espejos de agua, el ataque de fauna silvestre, que es más probable en parques del centro y el norte del país, y hasta de tormentas eléctricas, que son muy frecuentes en el parque Condorito. “Es una cantidad muy grande de factores y es inmanejable”, dijo la guardaparque.

Refirió que en el parque Nahuel Huapi decidieron visibilizar la situación hoy por el día del Turismo, al igual que en todo el país, con la idea de población “se sensibilice y se involucre”. Pero a diferencia de Iguazú no dispusieron un cierre completo. En el parque que rodea a Bariloche continuó sin cambios el cobro del acceso y la habilitación de excursiones porque consideraron que una medida más severa “traería perjuicios a los guías, concesionarios y a los prestadores de servicios”.