Protagonistas olvidadas: Cecilia Payne-Gaposchkin, la mujer que descubrió la composición del universo (y pocas personas lo saben)
La ciencia es una disciplina que, históricamente, estuvo protagonizada por hombres. O al menos así nos lo contaron. Isaac Newton y la gravedad, Darwin y la evolución, Einstein y la relatividad del tiempo, Oppenheimer y la bomba atómica. Todos descubrimientos que cambiaron el curso de la humanidad.
Cuando pensamos en mujeres que hayan tenido ese nivel de influencia en el área científica, los nombres parecen ser más escasos. Casi todos podemos nombrar a la física Marie Curie, la ganadora del Premio Nobel y pionera en el descubrimiento de elementos radioactivos.
Pero hay más y muy importantes.
Cecilia Payne-Gaposchkin es una de ellas. Nacida el 10 de mayo de 1900 en Wendover, Inglaterra, la familia Payne no tenía el dinero suficiente para invertir en la educación de su hija. Sin embargo en 1919, la luego astrónoma, logró ganarse una beca en la Universidad de Cambridge y centró sus estudios en botánica, física y química y, por supuesto, astronomía.
Pero el hecho de ser mujer dificulta la posibilidad de ser reconocida en su campo. Cambridge se negó a darle un título universitario. Pero Payne tenía sed de más y sabía que su meta no concluía allí. Por eso, encontró un programa que la llevó a poder continuar sus estudios del otro lado del Atlántico, en la Universidad de Harvard.
En esa tierra, logró llegar al punto cúlmine de su carrera en donde presentó una tesis doctoral llamada “Atmósferas estelares: una contribución al estudio observacional de la alta temperatura en las capas inversas de las estrellas” y que, según los expertos como Otto Struve, es la mejor tesis de astronomía de la historia. Pero, ¿por qué?
Según una nota de Mujeres con Ciencia, en esa tesis magistral Payne llegó a la conclusión de que el helio, y especialmente el hidrógeno, eran los componentes principales presentes en las estrellas como el Sol. Llegó a esta conclusión aplicando la teoría de la ionización desarrollada por el astrofísico Meghnad Saha con la que pudo relacionar la clasificación espectral de las estrellas con sus temperaturas absolutas.
Este trabajo, pionero en el desarrollo de atmósferas estelares, demostró que el hidrógeno era el compuesto principal que formaba no solo las estrellas, sino que también todo el universo. Un gran descubrimiento, para ser poco recordado.
En aquel entonces, esta conclusión parecía remota y disparatada. El astrónomo Henry Norris Russel se opuso radicalmente y sostuvo que la composición de las estrellas era parecida a la Tierra, como todos los científicos de la época. Años más tarde, solo pudo darle la razón. De hecho, cambió de opinión e incluso publicó trabajos en los que defendía el descubrimiento de Payne.
No obstante, en su momento, estas fuertes opiniones en su contra hicieron que Payne no defendiera a capa y espada sus descubrimientos. Si bien lo incluyó en su tesis, aclaró que probablemente aquella conclusión era errónea. “Tuve la culpa de no haber insistido en lo que creía. Me rendí cuando pensaba que tenía razón y ese es otro ejemplo de cómo no investigar”, es una de las frases célebres de la astrónoma.
Desde ese entonces, su consejo para los más jóvenes ha sido “si estás seguro, defiende tu postura”. Aunque hoy su nombre no está entre la lista de los científicos más importantes de la historia, Payne supo marcar su camino y, implícitamente, supo defender su lugar en una sociedad donde aquel no existía.
“Lo que me fascina de científicas como Cecilia Payne-Gaposchkin es cómo superan fuerzas opuestas de resistencia cultural para cambiar nuestra comprensión del Universo y allanar el camino a las mujeres en la ciencia y la astronomía”, reflexionó Franciele Kruczkiewicz, una estudiante del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre ubicado en Alemania. “Es una gran fuente de inspiración”
Payne fue la primera mujer en recibir un título de doctorado por la Universidad de Harvard. Fue la primera mujer profesora asociada a Harvard. Fue la clave del cambio en una institución con gran influencia global y que luego se reproducirá en todo el mundo. Payne fue, además de una puerta para nuevos descubrimientos en el mundo de la astronomía, fue una puerta para el avance de la mujer en la ciencia.
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