Primera generación: quiénes son los estudiantes que toman el rectorado de la Universidad del Comahue

Cómo se vive en los pasillos de la toma en la Universidad en Neuquén.

En el medio del hall donde funciona el rectorado hay bolsas de dormir, mates lavados y apuntes. Como otras, la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) en Neuquén amaneció tomada, pero con clases y actividades. Ahí, en una mesa, tres estudiantes con apuntes. «Rindo mañana», dice Licuen Millalen Painefilu.

La toma en Neuquén comenzó noche, lunes 14 de octubre. Los estudiantes de la UNCo decidieron permanecer en el edificio del rectorado como rechazo al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. La medida fue resuelta en una asamblea que convocó a estudiantes de las facultades de Humanidades, Turismo, Economía e Ingeniería, entre otras.

En una mesa tres jóvenes con bizcochitos y mate. Licuen Millalen Painefilu tiene en frente un libro: «La industrialización trunca en América Latina» de Fernando Fajnzylber. Mañana rinde un parcial de América III, pero decidió estar en la toma del rectorado. «Yo no puedo pagar los apuntes», dice, «pero saco los libros de la biblioteca y además leo de los textos subidos a la web, desde mi computadora de Conectar Igualdad, que me dieron en el secundario».

Camila Ibáñez está estudiando Universal II, tiene un parcial la semana que viene. «Estoy leyendo los totalitarismos que se dan en el período entre guerras». Y Nicolás Nahuel le queda una sola materia de Filosofía. Entre sus manos tiene un libro de Gorgias. «Quiero leer», dice, «la introducción que dice así: posible gracias a un subsidio otorgado por la Universidad de Buenos Aires al proyecto UBACYT. O sea son colegas que traducen desde el griego directo, como para poner en valor la universidad pública».

Estudiantes de la UNCo Neuquén rechazan la desfinanciación de las universidades. Foto: Cecilia Maletti

Karina Barriga es estudiante del profesorado en Historia. Su madre es empelada de comercio, ahora es administrativa de una clínica. Su padre es municipal. Una de sus abuelas es ama de casa, la otra empleada municipal. Ella es la única en su núcleo familiar pequeño que estudia en la universidad. «Mi tía fue la única que llegó», cuenta, «estudió también profesorado de Historia».

Karina como otros y otras estudiantes pasó la noche en el rectorado. Durmió solo un puñado de horas. «Mi familia es de laburantes, vine a la pública porque no tenía otra opción», cuenta, «pero también porque mi familia siempre me inculcó que tenía que estudiar para poder tener un laburo digno«. Karina vive en San Lorenzo Norte, es niñera de tres chicos y a veces, cuando le sale, da clases particulares. Cada vez que va a la facultad se toma el 13. «Zafo con el boleto estudiantil», explica, «pero también hay un límite mensual, así que una vez que eso se termina, ya empiezo a pagar el pasaje que está como a $860«.

«Escuchar a Milei decir que a la universidad vienen los ricos», analiza, «da una bronca terrible, porque somos laburantes y venimos de familias laburantes, nuestros viejos se esfuerzan un montón para que nosotros podamos estudiar«.

Florencia Sepúlveda es la primera de su familia en estudiar en la universidad pública. Foto: Cecilia Meltti.

Florencia Sepúlveda quiere ser profesora y licenciada en Historia. Anoche durmió unas cinco horas. También forma parte de la toma del rectorado de la UNCo. Tiene 20 años y desde el año pasado se mudó de Picún Leufú a Neuquén para estudiar en la universidad pública. Sus padres no son profesionales, ella es la primera en intentar serlo. Su madre es empleada de un comercio y su padre, electricista. Sus trabajos para afrontar el día a día son dos: maneja las redes sociales de una juguetería y a veces, cuando le sale, es niñera. Su padre la ayuda con el alquiler del departamento y su madre con el día a día, para comprar comida.

«Somos todos hijos de laburantes acá«, analiza, «todos hacemos un sacrificio enorme por estar acá y nuestras familias lo hacen. No da que el Presidente diga que viene gente rica a la universidad, y tampoco da lo que hicieron los diputados que apoyaron el veto a la Ley de Financiamiento porque varios salieron de las universidades públicas«.

Valentina Mol es primera generación de estudiantes universitario en su familia Foto: Cecilia Maletti

Valentina Mol tiene 21 años y va por el tercer año de carrera. Es de El Foyel, un paraje de Río Negro. Desde allá se mudó a Neuquén. «Yo entré a la universidad con expectativas de mejorar mi calidad de vida y la de mi familia», dice de entrada, «con la expectativa de estabilidad económica y estabilidad social».

Su madre es artesana, teje y vende sus productos en la feria local. Su padre, gasista y electricista. Sus padres no tienen posibilidad de enviarle dinero para pagar ni alquiler ni comida. Pero, se sustenta con una beca de una Fundación que le da alojamiento en una residencia universitaria y comida. Para los gastos del día a día, tiene otra beca de ayuda económica de la universidad de $30 mil pesos por mes.

Valentina cuando llegó a Neuquén creyó que el «Bajo» era toda la capital. Cuando subió hasta la universidad descubrió una nueva ciudad. «Yo lucho por la universidad pública sobre todo para los que somos de interior«, dice, «nos permite movilidad social y también salir de los pequeños círculos donde estamos, poder conocer como un mundo nuevo, como me pasó a mí en Neuquén».

Florencia Beltrán, co-presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Humanidades. Foto: cecilia Maletti

Florencia Beltrán también durmió unas pocas horas. Desde ayer a la tarde que esta en la toma del rectorado de UNCo en Neuquén. Es la co-presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Humanidades. Su caso es como mucho de sus compañeros: trabajó durante toda la carrera, de niñera, de atención al público. «Tomar el rectorado es una decisión que tomamos en asamblea interfacultades e interclaustros», explica, «para rechazar el veto de Milei y de los diputados«.

El presidente Javier Milei el domingo, durante su discurso en el acto para oficializar el nuevo nombre del Centro Cultural Kirchner, que ahora se llama Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, reiteró su postura de auditar las universidades. «Eso es mentira que hay algo que ocultar», dice Florencia Beltran, «las universidades son públicas y las auditorías que se hacen regularmente también lo son, así que no hay ningún problema con las auditorías. No estamos en contra de eso para nada«.

A las 17 tendrán una nueva asamblea que decidirán el futuro de la toma. Florencia explica lo que se viene así: «mañana hay Consejo Superior en Cipolletti. Lo más probable es que levantemos la toma acá para darle fuerza a la toma de Cipolletti».

En ese mismo acto el Presidente dijo: “La Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”. Florencia Beltrán tampoco lo duda: «Eso también es mentira. Hoy muchos se levantaron en la toma y se fueron a laburar». Y cierra: «Todo es una campaña de desprestigio que Milei. Es un ataque discursivo que se complementa con el ataque presupuestario«.

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