Preocupa el deterioro de las aves a causa de la urbanización en San Martín de los Andes

La Red de Rescate de Fauna Ñacurutú recibe los llamados, procede al rescate y a la atención primaria. El objetivo final es la liberación.

Muchas bandurrias están desnutridas. Foto: archivo

La Red de Rescate de Fauna Ñacurutú advirtió que cada vez se rescatan más aves en condiciones de vulnerabilidad por diversos factores aunque afectados principalmente por el avance de las urbanizaciones. La zona de trabajo es San Martín de los Andes y Junín de los Andes, en Neuquén.

“La mayoría de los animales que llegan son aves que han sido atropelladas especialmente en la ruta nacional 40 o en Siete Lagos. O bien atacadas por mascotas o humanos (a través de balazos o apedreadas). Hablamos de bandurrias, chimangos, teros, caranchos, buhos y lechuzas”, advirtió Bárbara Bartolomé, médica veterinaria integrante de la Red.

En el último tiempo, han recibido una gran cantidad de juveniles de bandurria que no han llegado a migrar y quedan en los jardines. Aseguró que tienen “un estado corporal malo” y se las ve desnutridas ya que poco a poco van perdiendo sus áreas de alimentación.

También llegan teros, águilas mora, caranchos y chimangos. En la época de cría que comienza en octubre, reciben muchos pichones que se caen de los nidos.

“Notamos que las áreas naturales están siendo invadidas por construcciones y barrios y la fauna se ve cada vez más desplazada de sus áreas de alimentación y reproducción. A esto le sumamos la fauna vulnerada por accidentes vehiculares. Nos preocupa saber cuándo aprenderemos a convivir”, indicó.

Bartolomé es veterinaria, pero se empezó a abocar al rescate de la fauna silvestre tiempo atrás. A través de la Defensoría del Pueblo y Medio Ambiente de San Martín de los Andes, se conformó un equipo interdisciplinario que incluye agentes de Parques, guardas ambientales, agentes de Fauna, integrantes del Club del Observatorio de Aves y voluntarios. “Tenemos un equipo de trabajo que recibe los llamados, procedemos al rescate y a la atención primaria, siempre con la mirada puesta en la liberación”, dijo.

El tiempo que permanecen en observación depende del estado del animal. Si tienen muy bajo peso, por ejemplo, la recuperación puede tomar algunas semanas. En el caso de las crías que caen de los nidos, “son varios meses de crianza especializada, sin mascotizacion (se deben criar con un mínimo contacto con humano; de otra forma, es imposibe de liberar)». “El esfuerzo es doble para llegar a liberar al animal y que sobreviva a la naturaleza”, manifestó la especialista al tiempo que aclaró que «el trabajo de la Red se hace con autorización de las autoridades de aplicación, bajo las leyes de Fauna vigentes».

Mencionó que reciben muchos pichones de aves rapaces, como buhos y lechuzas, que caen de los nidos. “Anidan en lugares donde no había urbanización y ahora, quizás hay un barrio. En general, recibimos pocos mamíferos, aunque algunos zorros y pocos jabalíes”, acotó.

Bartolomé insistió en la necesidad de generar concientización entre los pobladores y los turistas. “Se trata de aprender a convivir, incrementar la cartelería y la folletería. Que la gente baje la velocidad y respete a los animales que se encuentra», concluyó.


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