¿Por qué se vararon los delfines cerca de San Antonio Este? ¿Huían de las orcas o ellas aprendieron a «encerrarlos»?
La bióloga de Las Grutas, Magdalena Arias, tiene una teoría de lo que sucedió. Los mamíferos marinos fueron hallados en un banco de arena, que suele secarse en bajamar. Un día antes avistaron a una familia de orcas, por eso presumen que los estresó la huida, ante la amenaza de ser devorados.
«Cada vez es más frecuente que aparezcan delfines comunes cerca de la costa, y esto antes no era para nada habitual. Se presume que el crecimiento de la población de orcas está ligado a eso. Y si huyen de un ataque, se meten en canales de la bahía San Antonio porque con ese comportamiento aprendieron a preservarse de ser devorados. O también podría ocurrir que las que aprendieron a ‘encerrarlos’, llevándolos a ese lugar, fuesen las orcas».
Con estas palabras Magdalena Arias, una bióloga marina de Las Grutas que trabaja en el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos “Almirante Storni” (Cimas) se refirió al episodio que ocurrió el lunes por la tarde, en el que un vecino que reside cerca del Puerto San Antonio Este ayudó a regresar al mar a dos de estos animales, que estaban varados en la arena, a metros del mar.
«Los mamíferos marinos son sorprendentes, y hay muchas acciones que surgen de la repetición e imitación. Por eso, ante la presencia de un número cada vez más grande de orcas que llegan para alimentarse en algunas épocas del año, podrían deducirse dos cosas. La primera es que los delfincitos podrían haber aprendido a ‘meterse’ en esos canales que tiene la Bahía San Antonio, para evitar ser capturados. Pero en esos lugares la bajamar los expone a quedarse varados, como se presume que ocurrió ahora. La segunda es que las orcas sean las que tal vez perfeccionaron sus métodos de caza, ‘arreando’ en su persecución a los delfines hasta ese punto dónde, por experiencia, aprendieron que es más fácil atacarlos. O tal vez se trate de una combinación de ambas» razonó la experta.
«El vecino ayudó. Actuó con la mejor predisposición»
Con relación a algunas críticas que generó la técnica utilizada por el hombre que detectó a los mamíferos para ayudarlos, la científica fue clara. «Actuó con la mejor predisposición. Lo ideal si no te podés contactar-porque no existe señal telefónica, como ocurrió en este caso-con el Cimas o con Prefectura para que nos dé aviso, es poner algo debajo del cuerpo del delfín. Hay que dejar libres sus aletas y desplazarlo así, sin tirar de su cuerpo. Pero la maniobra que hizo este vecino igual ayudó, y pudo acercarlos hasta la orilla, porque estaban muy cerca» destacó la mujer.
Cabe recordar que el portuario que protagonizó el rescate es Walter Andreoli, un prestador turístico que vive en Saco Viejo, una urbanización que está ubicada poco antes del ingreso al Puerto San Antonio Este (que, a su vez, está a 65 km de Las Grutas por ruta 3).
Sobre el episodio contó qué «estábamos paseando con mi esposa Gabriela el lunes por la tarde, por las playas que están detrás de las edificaciones, en una zona a la que no suelen acceder turistas. De repente, entre los pastizales, ví algo negro, y al acercarme me dí cuenta de que eran delfines» recordó.
«En un segundo intuí lo que pasó. Porque el día anterior se habían visto orcas, y como ellas se los comen imaginé que estos delfincitos huyeron, y, desorientados, se quedaron varados en ese canal, que estaba sin agua» continuó Walter.
«Tenía una soga, y ni lo dudé. Quise acercarlos al mar, que estaba a 30 metros, porque sabía que la marea iría subiendo y podrían navegar. Por eso les até la cola y los arrastré. Pesaban como 100 kilos, pero el barro húmedo me ayudó a moverlos» dijo.
Ahí empezó la parte más emotiva. «Me quedé con ellos como una hora esperando que entrara más agua, para que pudieran nadar. Hacía frío pero ni lo sentí, les saqué el barro y los masajeé un poco. Fueron reaccionando, y daban como grititos. Te juro que fue re conmovedor» se emocionó el comerciante.
«Cuándo hubo suficiente agua me fui, porque empezaron a nadar lentamente, así que me quedé tranquilo» destacó, complacido.
Es importante mencionar que el año pasado se vivieron escenas similares, pero con una cantidad masiva de delfines, a los que los vecinos de la villa pesquera ayudaron a regresar al mar. Se habían refugiado en la orilla huyendo de una familia de orcas. Estaban desorientados y estresados tras la huída.
Un cambio de vida
El vecino que protagonizó esta historia tiene 59 años, y hace 9 decidió radicarse en SAE junto con su esposa. Llegaron desde Buenos Aires, y levantaron una propiedad que alquilan durante la temporada turística. «Fue un cambio de vida, pero la mejor decisión. Salimos de esa locura para estar acá, en la naturaleza. Nuestros hijos nos visitan cada tanto, y nosotros no podemos pasarla mejor» relató, feliz.
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