¿Por qué consumimos tanto la cultura de los memes?

Mezcla de humor, información y crueldad, estas formas de comunicar se hicieron masivas. Especialistas dicen que son formas democráticas pero burlonas.

Qué suerte tuvo Berni: cobró el primer día hábil del mes”. Esa leyenda sobre la foto del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, con un corte en la nariz, luego de la agresión que sufrió en una protesta de choferes, se viralizó casi de manera simultánea al suceso.

Semanas atrás, se multiplicaron los memes con burlas al ministro de Educación de Río Negro, Pablo Nuñez, en medio del conflicto docente.

Ejemplos sobran. Ante cualquier acontecimiento importante estallan los memes. Chistes políticos y futboleros, aunque los hay de todo tipo. Los memes llegaron para quedarse.

El doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Damián Fraticelli explicó que “estamos en una constante interacción con las redes sociales y los medios masivos, que generan mucha información y nuevos tipos de productores que puede ser cualquiera de nosotros. En ese contexto hipermediático, aparece el humor hipermediático que son los memes”.

Hoy los memes, advirtió, son casi simultáneos a los acontecimientos. Además, los estudios dan cuenta que la propagación de un meme gracioso es mayor que la de uno serio.

“Se hace una ridiculización de un personaje, de un funcionario público que es poderoso, en relación a los ciudadanos. ¿Por qué se propaga? Porque genera una síntesis en la información o de una situación compleja y, genera placer”, puntualizó Fraticelli.

Además, al compartir un chiste, se reafirma la pertenencia a un colectivo identitario. “Si comparto un chiste en contra de determinado político, estoy afirmando mi pertenencia frente a los otros”, aclaró el investigador.

Saltos temporales

Bastante tiempo atrás, ante cualquier noticia, el comentario gracioso o el chiste surgía cara a cara con la familia, los amigos o compañeros. Pero se desvanecía rápidamente. “Ahora, ese comentario se hace de manera mediatizada. Y esa mediatización provoca saltos de escala temporales y espaciales. Un meme sobre Berni perdura varios días en las redes. Por eso, los políticos le tienen mucho miedo al humor, porque tiene mucha pregnancia”, afirmó Fraticelli.

Asoció ese humor hipermediático a formas “premodernas” del placer humorístico. “En el Medioevo, ejemplificó, era común que la gente se riera del maltrato a los animales. Se reían de los bufones, gente con discapacidades físicas. Era gracioso el que rengueaba o tenía una joroba. En el proceso civilizatorio europeo, eso deja de ser bien visto. Hoy, con las redes cualquiera puede ser objeto de burla”.

La mayoría de los memes son humorísticos. Cecilia Echecopar, comunicadora social y docente investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, consideró que este recurso “es una forma agradable, fácil y rápida de posicionarse acerca de un tema, con un compromiso ético débil. Es una forma de intervenir en una conversación pública que es agradable y tiene un bajo costo en término de responsabilidad. A su vez, construye un clima una conversación pública”.

Según Echecopar, el hecho de ser políticamente incorrecto también ayuda a procesar eventos traumáticos. “Después del impacto que generó el intento de magnicidio de la vicepresidenta, llegaron los memes. La renuncia de un ministro de Economía y una crisis institucional la sobrellevamos con memes. Es eso: una posibilidad de procesar de forma más liviana”, mencionó.

Los memes de Julio Iglesias abundan. En una foto del cantante nadando se lee: “Qué largo se está haciendo Julio”. Echecopar aseguró que los memes de Julio son tan graciosos como particulares: “Son cíclicos y sirven tanto para pavear como para hablar de temas de agenda graves”.

Fraticelli advirtió que, según quien lo publique, un mismo meme puede tener como fin reírse de uno mismo o atacar a otro. “Después del primer discurso de Alberto Fernández en el Congreso en 2020, se lo comparaba con Gepeto (el personaje de Pinocho). Si a ese meme lo publicaba un macrista, tenía una función de burla. Si lo publicaban kirchneristas era para reírse y homenajear. Una manera de decir: ‘Yo pertenezco a este colectivo‘”, recalcó.

Los medios y los memes

La magnitud de los memes llevó a la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario a incorporar esa materia a su programa.

“Es un género popular. Es tan flexible y maleable como un artefacto cultural. Al ser un discurso socialmente construido no se sabe de quién es. No tiene autoría. Y va sufriendo mutaciones en el camino de distintos usuarios”, afirmó Echecopar.

Para esta integrante del Centro de Investigación en Mediatizaciones, los memes forman parte de la construcción de los acontecimientos. La copa del mundo. O la salida de un ministro de Economía. Los ejemplos abundan. “Antes se construía todo desde los medios de comunicación masivos. Ahora los memes también intervienen en la construcción de los acontecimientos”, indicó.

Un estudio revela que, muchas veces, los estudiantes universitarios acuden a un portal de noticias solo para entender un meme. “La info les llega primero por el meme, pero como no pueden interpretarlo porque no tienen el saber, buscan el marco que les permita acceder al placer del meme. Por eso, decimos que está ocupando un lugar cada vez más fuerte en la construcción de la realidad”, especificó Fraticelli.

En un principio, los medios de comunicación se habían quedado afuera del fenómeno de los memes.
“Cada vez más, los medios entran en un circuito de banalización de ciertos acontecimientos. Y logran volver a meterse en ese circuito de la conversación del que estaban quedando afuera”, apuntó Echecopar, al tiempo que destacó que “hoy los acontecimientos se construyen en los medios de comunicación, en los memes y en las opiniones en las redes sociales. Es un entramado interesante”.

Un creador de estas piezas humorísticas

Juan Etchegaray se recibió de economista, pero hoy se considera un creador de contenidos. Y de memes.
“Es la expresión de arte más popular que existe porque lo puede hacer cualquier persona. Todos tenemos acceso a un celular y podemos generar un meme. No tiene un código visual establecido. Puede ser cualquier cosa”, definió este hombre, que fundó y dirige la escuela de profesionales digitales Grow.

Para él, los memes son unidades culturales. Un video que simplemente se viralizó no entra en la categoría de meme. “Hablamos de una imagen, una foto, un video que se transforma en otra cosa, sacándole el contexto. Hay memes más globales que nos dan risa a todos. Otros que dependen de la coyuntura, como la Scaloneta, los Oscars o una noticia de repercusión nacional, como ocurrió con Berni”, señaló Etchegaray.

Destacó la importancia de compartir un meme: “Es reírse de situaciones que no están tan buenas. Si cuesta llegar a fin de mes o si tu equipo pierde la final. Con un meme eso deja de ser tan dramático”.
En este tiempo en que se diversifica el consumo de medios, se escucha música y se ven películas en plataformas distintas, los memes unen, entiende Echegaray. Pero también combinan ingenio y crueldad.


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