Plazas abandonadas por la indiferencia: una postal con límites marcados en Roca

Las plazas y pulmones de los barrios, se convirtieron en un reflejo de la desigualdad. Mientras algunas muestran una cara colorida, la otra cara se percibe desoladora. ¿Falta mantenimiento municipal o compromiso social?

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Cuando se piensa una plaza, el imaginario lleva a una postal: un espacio verde con niños jugando en las hamacas, toboganes o subibajas de colores, sombras de árboles y bancos para descansar.

Sin embargo, esta imagen choca con la realidad de varias plazas barriales de las localidades del Alto Valle que permanecen vacías porque los vecinos no las visitan. Temen arriesgarse a sufrir cortaduras con juegos oxidados, a no tener sombra los días de calor o encontrarse con todo tipo de residuos, restos de escombros o yuyos.

En Roca, por ejemplo, hay más de 80 hectáreas que funcionan como espacios verdes, sin contar aquellos lugares como la Isla 32 y la Isla 29. De esos espacios verdes, las que muestran una imagen de parque ideal son las que se ubican en el casco céntrico, pero al alejarse el panorama va desmejorando notablemente.

El ingeniero agrónomo y director de Parques y Jardines del Municipio de Roca, Martín Barriga, explicó que el problema principal en el avance de la parquización de algunos sectores como el norte y oeste de la ciudad, se debe a la disponibilidad de agua de napa que sea de calidad para riego. “Por lo general en estos sectores la cantidad de agua que se necesita, se encuentra a mayor profundidad”, explicó.

Por eso, es que esos sectores dan una postal desértica mientras que en la zona céntrica, el color verde es lo que más predomina, sobre todo aquellos espacios que se encuentran cerca del agua de los canales de riego como el Canalito, Canal Grande y Bicentenario, “en esos sectores se observa otra composición de verde”.

Pero el “abandono” de las plazas no es solo por cuestiones de riego o mantenimiento, también esta problemática se la adjudica a la falta de compromiso social. Juegos rotos y oxidados, basura en lugares que no corresponden y bancos rayados, son factores que lo evidencian.

“Es llamativa la cantidad de basura que se deposita en las esquinas de las plazas y sobre todo en espacios verdes de barrios residenciales”, comentó el ingeniero y a su vez aclaró que desde su área cuentan con un camión que recorre cada plaza de la ciudad para recolectar la bolsa azul de residuos. No obstante, muchas veces se encuentran con basura domiciliaria, restos de poda, termotanques, colchones o reposeras.

Por otra parte, las denuncias y marcas del vandalismo se suman a la lista de causas que afectan el buen estado de las plazas o parques. Barriga explicó que estos se repiten constantemente en plazas alejadas del casco céntrico o incluso en el Paseo del Canalito, donde son constantes los robos de medidores de luz o de agua, bombas de riego y rotura de tapas de casillas de riego. También los juegos son blanco de destrozos, ya que hay quienes cortan las cadenas de las hamacas o arruinan los toboganes por su mal uso. Todas estas acciones terminan por dificultar el mantenimiento porque toma tiempo poder reponerlos. Es una realidad que la mayoría de las plazas barriales permanecen vacías y carentes de vida por el mal estado que presentan.

Vecinos desean y exigen a las autoridades municipales espacios verdes para no tener que trasladarse kilómetros al centro. Lo indiscutible es que resulta necesario un mayor compromiso de todos para lograr mantener los espacios que hacen a la ciudad, más aún ante la llegada de la primavera en pocos días.

El temor de pasar por plazas oscuras

La falta de iluminación en plazas y parques se convirtió en un tema que genera inquietud. Durante la noche estos lugares se vuelven completamente oscuros y aseguran que son los puntos elegidos para hacer “juntadas” entre jóvenes.

Pero su inquietud no está en que se reúnan, sino en que muchos son los que comienzan a hacer disturbios molestando al transeúnte. Por otra parte, son esos sectores donde más robos se han cometido.

Desde el Ejecutivo local señalaron que continuamente se trabaja en la iluminaria para generar mayor seguridad en los ciudadanos, sin embargo el robo de cables se ha intensificado en los últimos meses por parte de personas que buscan en ellos cobre para comercializarlo y esto ha dificultado el mantenimiento adecuado de las instalaciones eléctricas.

Es por eso que los vecinos apuntan a que además del mantenimiento, es necesario intensificar la seguridad de la mano de luces, como herramientas de prevención.