Pese al ajuste, las universidades intentan no resentir la actividad académica
Rige el presupuesto del 2023. En algunos casos, se han dado de baja alquileres de edificios, se suprimen salidas y actividades. Por otro lado, se intentan mantener las becas estudiantiles para garantizar la permanencia en las carreras.
Los gastos se incrementan y el funcionamiento diario se dificulta cada día más. Rige para las universidades el mismo presupuesto del 2023. Desde la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) advierten que el presupuesto asignado alcanzará para funcionar hasta abril o mayo. Después, no se sabe.
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Las universidades no solo destinan parte de su presupuesto a sueldos sino también al pago de servicios, alquiler de inmuebles, becas estudiantiles, compras de insumos y la reparación y el mantenimiento de los edificios.
«La UNCo recibe, por presupuesto, 121 millones de pesos por mes para su funcionamiento. Necesitamos 230 millones de pesos, por lo menos, para funcionar al igual que el año pasado que, ya de por sí, no fue bueno porque no se llegaba al ritmo de inflación», resumió Marcelo Alonso, decano del Centro Regional Universitario Bariloche (CRUB).
La UNCo es una de las únicas universidades que se extiende a lo largo de dos provincias con 17 sedes.
Las medidas ya se implementaron. Las autoridades definieron que toda actividad que no fuera imprescindible pasará al cuatrimestre siguiente, como por ejemplos los eventos científicos o viajes de estudios de algunas carreras. También se resintieron las actividades deportivas y culturales.
«La idea no es suspender cosas, pero sí readecuar actividades, sin resentir la calidad académica y evaluando la marcha de la evolución del presupuesto. A nivel local, por ejemplo, hemos sugerido a los docentes que las salidas de campo de estudiantes se hagan con transporte público y no con micros», especificó Alonso.
La universidad definió como prioridad sostener las becas y los beneficios estudiantiles para que los alumnos puedan sostener la cursada.
Días atrás, las autoridades de la UNCo se reunieron con los gobernadores de Río Negro y Neuquén, Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa, y con legisladores nacionales y provinciales para pedir asistencia ante la crítica situación.
«En Río Negro, por ejemplo, se formó una unidad de gestión, un espacio de discusión para ver la manera de atender determinadas necesidades. De todos modos, las provincias también tienen resentidas sus economías por la coparticipación. En el caso de Neuquén, la provincia y el municipio han dispuesto facilidades impositivas y se comprometieron 50 millones de pesos para el arreglo del comedor comunitario de la sede Neuquén», planteó.
La oferta paritaria para el personal docente y no docente se fijó en un 16%. “Hay un efecto colateral en la falta de actualización de salarios y es que a muchas personas no les alcanza el sueldo. Con poca antigüedad, el sueldo no alcanza para cubrir los gastos de nafta o el transporte público. Por eso, muchos deciden cambiar de trabajo y se despueblan nuestras cátedras. Las convocatorias a concursos quedan desiertas porque, por ese sueldo, la gente no se presenta”, precisó.
La situación resiente el funcionamiento del sistema que, después, es acusado de ineficiente”,
Marcelo Alonso, decano del CRUB.
La matrícula de alumnos cayó drásticamente en varias carreras. En las que tienen mayor demanda en Bariloche, como Enfermería o el Profesorado de Educación Física, la caída fue del 20%. La razón, argumentan, no solo está vinculada a la crisis económica sino a la falta de alquileres que perjudica a muchos estudiantes de otros puntos de la provincia cuando intentan radicarse en Bariloche.
“La baja en la matrícula se reitera en otras instituciones educativas. Es difícil sostener la cursada todo el año con el incremento de los insumos para estudiar y hasta del colectivo. Tampoco hay una señal de que la situación vaya a mejorar”, destacó.
“¿Recuerda un ajuste al sistema universitario de esta magnitud?”, consultó RÍO NEGRO. Alonso no recuerda otro caso similar. Mencionó que, durante el gobierno de Mauricio Macri, las partidas presupuestarias llegaban en forma tardía. También hubo conflictos salariales por falta de actualización.
“Otro ajuste grande -acotó- fue durante el gobierno de Carlos Menem. Se ganaba muy mal, había restricciones presupuestarias. Era una situación parecida a ésta, aunque nadie decía que todo se solucionaba con vouchers o actividad privada que es la línea de este gobierno”.
Alonso recalcó que la Ley de Educación Superior prohíbe el arancelamiento aunque hoy está en discusión el cobro a los estudiantes extranjeros. “Este arancel, ¿qué podría resolver? La magnitud de los recursos que no están siendo enviados es muy grande. Nuestra Secretaría de Hacienda calculó que, para funcionar como el año pasado, necesitaríamos 97.000 millones de pesos en el año. Y por presupuesto del año 2023 tenemos asignados 14.000 millones de pesos. Solo con los aumentos salariales se llega a los 37.000 millones de pesos”, indicó Alonso.
Emergencia económica
Ante las restricciones presupuestarias, la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) declaró la emergencia económica.
Las autoridades optaron por dar de baja la licencia de Zoom, una plataforma para reuniones on line que se usaba para dictar clases virtuales cuyo costo era en dólares.
Por otro lado, se suprimieron las materias llamadas recursadas que tenían como objetivo que los estudiantes de primer año aprobaran la materia. Se aplicaba a materias con baja tasa de aprobación, como análisis matemático.
La UNRN también anuló las becas para los estudiantes ingresantes. En cambio, sí se van a renovar las becas ya asignadas por un año más.
La sede Andina alquilaba el edificio de la Biblioteca Sarmiento para dictar algunas materias. Ese contrato ya se dio de baja.
El área de Deportes solía contratar a profesores de educación física para dictar clases a los estudiantes y generar competencias con otras universidades. Este año, se decidió no renovar esos contratos.
“Este ajuste es algo inédito que no tiene antecedentes en el sistema universitario. Algunos lo comparan con la década del 90, pero en ese momento, se crearon nuevas universidades. Incluso se creó la Secretaría de Políticas Universitarias y la Coneau, una organización que pone estándares de carreras reguladas”, recordó Diego Aguiar, vicerrector de la sede Andina de la UNRN.
Planteó que hoy todas las universidades del país sufren restricciones importantes. “Según la estructura de gastos y ahorros de las universidades, se van haciendo cambios y recortes. En nuestro caso, tuvimos que recurrir al fondo universitario, un ahorro de años anteriores. Si la universidad no gasta el dinero, le queda para el año siguiente para gastos extraordinarios. El año pasado se inauguró un edificio en Choele Choel que se hizo con esos fondos. Ahora estamos funcionando gracias a eso. Pero lo estamos usando para pagar los sueldos”, manifestó.
Recalcó que la universidad tiene un déficit de 40 millones de pesos por mes. “Ahora los servicios van a aumentar un 300%. Los gastos de funcionamiento van a aumentar. Si no se aumenta el fondo universitario, para mediados de año se agota”, lanzó Aguiar.
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