Un vistazo a la historia de la Patagonia: la estancia Fortín Chacabuco abre sus tranqueras con una visita gratuita
La estancia propone una Jornada de Tranqueras Abiertas, con una caminata guiada gratuita, este domingo.
La estancia Fortín Chacabuco propone, una vez más, una Jornada de Tranqueras Abiertas. La cita es este domingo en el casco de la estancia, a la altura del kilómetro 1628 en la ruta 237, a dos kilómetros del desvío hacia Villa La Angostura desde Bariloche.
La caminata guiada de una hora y media de duración permite disfrutar del ecotono, el espacio de transición entre los bosques y la estepa. La invitación es a conocer la historia de la estancia, el paisaje y «la transformación positiva que se puede lograr a través de un manejo de la producción ganadera en armonía con el entorno».
Un grupo de estudiantes de la carrera de Guía de Turismo del Instituto Superior de Educación Técnico Profesional (Isept) oficiarán de guías de los grupos que decidan sumarse a la aventura.
«Para los estudiantes de turismo, esta guiada resulta una buena práctica y a la vez, nosotros podemos mostrar el trabajo de conservación que desarrollamos, la cultura del campo, la biodiversidad y una producción de manejo holístico», sintetizó Gwen Hulsegge, una holandesa que vive en la región desde hace 25 años y coordina el proyecto.
Donación con fines de conservación
En 2016, la estancia Fortín Chacabuco fue donada a una organización civil llamada The Nature Conservancy a fin de convertirse en «un rancho de conservación abierto dedicado al desarrollo y la implementación y diseminación de experiencias de pastoreo sostenibles basadas en ciencia».
«Hoy día, el 70% de las estepas de la Patagonia sufren de diferentes grados de desertificación, lo que erosiona y degrada los suelos, haciéndolos incapaces de sostener la vida. Los más de 100 años de pastoreo intensivo de ovejas han cobrado una enorme cuota. Debemos encontrar un equilibrio entre salvaguardar los medios de vida y proteger los pastizales vitales para la salud de nuestro planeta», plantean desde la página de la organización estadounidense que está presente en 72 países de todo el mundo. En Argentina lleva adelante otros proyectos contra la deforestación en Misiones y Chaco y las cuencas de agua en Mendoza y el río Chubut.
La responsabilidad, agregan, es «trabajar a un ritmo y una escala que hagan una diferencia y que permitan a las generaciones futuras heredar un planeta próspero y saludable. Un ejemplo es un rancho de 5,500 hectáreas, llamado Fortín Chacabuco, donde se promueve el pastoreo sostenible y ha logrado objetivos clave de conservación«.
En ese predio se han desarrollado líneas de investigación aplicada para proteger a los ecosistemas y su biodiversidad, como el caso del tuco-tuco, un roedor neotropical cuyo nombre popular viene del sonido que hace cuando excava sus madrigueras.
El desafío es que la estancia se convierta en un modelo «para la producción y conservación». Por eso, cuando se donó el lugar, sus impulsores iniciaron un manejo holístico de pastoreo regenerativo. Por otro lado, firmaron proyectos de investigación con universidades e instituciones para mejorar la situación de las especies nativas en riesgo y combatir las especies invasivas exóticas, como el sauce, el pino, la retama, el ciervo y el jabalí.
«Este domingo los guías contarán un poco sobre todos los proyectos. Tenemos mucho para mostrar de estos últimos ocho años», señaló Hulsegge.
La historia de la estancia
Hulsegge no ocultó su entusiasmo al contar la historia del lugar. Explicó que la estancia era un fortín abandonado en la época de la Conquista del Desierto. «Todo comienza cuando Fanny Taylor, la hija de unos granjeros estadounidenses que había llegado en barco a Buenos Aires, concurrió a atenderse una muela que le dolía con el dentista George Newbery. Se enamoran, se casan y como buenos aventureros, emprenden la luna de miel a caballo, por el sur«, contó.
Al llegar al extremo norte del lago Nahuel Huapi, continuó, «se encontraron con el fuerte, quedaron encantados con el lugar y montaron una granja. En ese momento, el gobierno argentino te daba 10.000 hectáreas si habitabas la Patagonia. Fueron los pioneros en ese lugar«.
Con el tiempo, Newbery le confesó a su esposa que quería seguir ejerciendo como dentista y por eso, fue el primer profesional en Bariloche. «Murió joven, a los 50 años; Fanny a los 90. Sus hijos vendieron la estancia en los 60 a un familiar aleman. Así llegó Sam Gary que finalmente donó parcialmente la estancia«, señaló.
Las personas interesadas en hacer la caminata se pueden inscribir a las 13.30 y 14 a través del siguiente sitio https://www.eventbrite.com.ar/e/caminata-tranqueras-abiertas-estancia-fortin-chacabuco-27-octubre-2024-tickets-1047154857367?aff=oddtdtcreator. Hay un cupo limitado por hora y se sugiere una colaboracion voluntaria para los guías.
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