Octubre Rosa: cortan el cabello para armar pelucas oncológicas solidarias en Bariloche
Pelos al Viento nació en 2020, en plena pandemia, cuando Marisa Rovera recibió un diagnóstico de cáncer de mama. Asegura que la iniciativa no tiene que ver con lo estético sino con un acompañamiento emocional.
A partir de su diagnóstico de cáncer de mama en 2020, Marisa «Maru» Rovera supo que iba a necesitar una peluca. Conocía grupos solidarios que aportan pelucas a pacientes oncológicos en distintos puntos del país, pero en Río Negro no había ninguno. Por eso, decidió fundar Pelos al Viento en plena pandemia por el Covid-19.
La primera tarea fue organizar un Banco de Pelos y poco después, llegaron los cortes solidarios.
«El Banco de Pelo está conformado por donaciones de cabello. Con eso, se hacen cortinas de pelo y luego, se arman las pelucas. Trabajamos con máquinas de coser comunes», explica Rovera.
Asegura que cualquier tipo de pelo sirve. Sólo se pide un mínimo de 15 o 20 centímetros de largo y que sea libre de pediculosis. «Puede ser pelo teñido, permanentado o canoso. No importa. Esa cortina de pelo se cose en una cinta bebé que, a su vez, se cose a una estructura de elásticos especiales y forma la peluca», precisa.
Roverta cuenta que la mayoría de las pacientes prefieren «una media peluca». «Es una especie de gorrito que se hace con microtul. A ese gorrito se le cosen cortinas de pelo a la altura de las orejas y se suele usar con un gorro o un pañuelo. Da la impresión de que tenés pelo y te pusiste un gorro. Para muchos es más cómodo porque es más liviano y menos ajustado. Es ideal para esta zona«, señala.
Una vez que un paciente contacta a Pelos al Viento, el grupo integrado también por Marcia Wodicka, Majo Rivero, Nidia Tello y Carol Sandoval se pone manos a la obra para elaborar las pelucas.
«¿Cuál es la importancia para un paciente de acceder a una peluca?», consultó este diario. Rovera insiste en que nada tiene que ver con la estética sino con un acompañamiento emocional. «Hemos visto pacientes con quimioterapia: es el momento del tratamiento en que hacés algo para curarte, pero, a la vez, es cuando más enfermo te ves frente al espejo. La quimioterapia te deteriora y, la persona necesita verse como si estuviera sana. Eso sube las defensas, levanta la autoestima, alimenta la identidad de la persona«, afirma la mujer.
«Por eso -aclara-, también tiene gran importancia el maquillaje oncológico. Se trata de darle a las personas que atraviesan ese tratamiento la identidad que perdió».
Rovera entiende que su trabajo pasa también por darle contención a los pacientes. «No te están llamando solo para pedirte una peluca. Cuando hablan conmigo, que pasé por la enfermedad, hay una identificación mutua y una necesidad de contención de ambos lados. Para la persona que pide la peluca no es lo mismo enterarse que habla con alguien que pasó por la enfermedad y hoy, está bien«, asegura.
Rovera recalca que necesitan sumar más voluntarios. «Si esas cortinas estuvieran armadas podríamos tener un stock, pero al no tener mucha gente, hoy tenemos pelo sin procesar. Cuando nos contacta un paciente recién ahí armamos las pelucas. Cualquier persona puede aprender y podemos enseñarle», dice.
Pelos al Viento se sumó a las actividades de Octubre Rosa y, este sábado encabezará una jornada de corte solidario en la sede del Rotary Club, en el kilómetro 4,800 de la avenida Pioneros, de 10 a 16.
La próxima convocatoria es el domingo 29 de octubre en el Salón de Usos Múltiples de Dina Huapi, de 16 a 20. «Cualquier persona que quiera donar pelo o sumarse como voluntaria o que simplemente quiera acercarse a cebarnos un mate es bienvenida«, invita.
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