Docente de Bariloche: «No se trata de demonizar la pantalla sino de complementar la información de un libro con internet»
Gabriela Fernández Panizza, una docente jubilada de Bariloche, destaca el cambio en la forma de estudiar en el último tiempo y pone el foco en las técnicas de estudio.
Hoy basta con googlear en internet para acceder a gran cantidad de información. Sin embargo, los estudiantes siguen experimentando inconvenientes a la hora del aprendizaje pese a que las técnicas de estudio se conocen desde hace años.
Gabriela Fernández Panizza, una docente jubilada de Bariloche, pone el foco en el cambio de la forma de estudiar. No significa que se estudie menos a causa de las pantallas sino que, por el contrario, éstas aportan «información maravillosa». Simplemente se estudia distinto, opina.
«Evidentemente las técnicas de estudio son accesibles aunque los chicos siguen teniendo problemas a la hora de estudiar. Hay algo que quienes explicamos no estamos haciendo bien y hoy, nos encontramos ante un nuevo desafío«, sintetizó Fernández Panizza que se propuso avanzar en un material para los mismos estudiantes.
El libro que ya está a la venta se llama «Aprender a estudiar», de Editorial El Ateneo. Tiempo atrás, escribió un libro destinado a maestros y profesores a fin de brindar herramientas para enseñar a estudiar.
«Me gusta escribir para chicos. Ellos tienen la clave de su propio proceso de aprendizaje. Tienen que encontrarle la vuelta, con la ayuda de los adultos, para que lo que se les enseña tenga sentido», consideró.
Respecto a la forma de estudiar, Fernández Panizza resaltó que «hoy los chicos tienen mucha información y muchas veces, desde las escuelas no la sabemos capitalizar, apropiar. El formato escolar es del siglo pasado. A los docentes nos cuesta incorporar estos nuevos lenguajes».
Recalcó que «antiguamente, el profesor tenía toda la sabiduría y el estudiante no. Ahora el profesor tiene los conceptos más importantes de su materia y su desafío es cómo incorporar la información que los chicos manejan, las trazabilidades que han desarrollado con las pantallas«.
Sostuvo que en este proceso de estudiar distinto, la motivación es central. La idea es que el estudiante sienta que tiene sentido lo que el profesor llega para ofrecerle en el mundo actual.
«Hoy el problema no es la pantalla o acceder a la información de internet sino poder identificar lo que no sirve. La información falsa es una distracción. Hay ejercicios para discriminar eso», indicó Fernández Panizza y agregó que «la información que llega a través de medios audiovisuales, por ejemplo, es valiosa. Un video puede enseñar sobre el Imperio Romano. El tema es cómo aprovechar esa información. El tema no es demonizar sino complementar la información de un libro con internet».
Mi trayectoria estuvo atravesada por el placer de aprender. Cuando sentimos que aprendimos algo es una experiencia placentera. Para mí la escuela debería ser un lugar de encuentro entre profesores y estudiantes alrededor del conocimiento»,
Gabriela Fernández Panizza, docente jubilada de Bariloche.
Durante toda la vida
La docente parte de la base de que uno estudia a lo largo de toda su vida más allá de la escuela primaria y secundaria. En todo momento, subrayó, se ponen en juego procesos o habilidades cognitivas cuando queremos estudiar algo, ya sea una nueva receta de cocina o un nuevo juego.
«Las técnicas de estudio son herramientas, como los truquitos que aprendemos cuando jugamos un juego, atajos que nos permiten tener más éxito en lo que queremos hacer. La idea fue ver cómo funcionan, cómo se relacionan y en función de lo que queremos estudiar, evaluar qué técnicas sirven para ese contenido. Porque no son recetas universales infalibles», definió.
Insistió en la necesidad de entender que determinadas herramientas sirven para comprender cierto tipo de contenidos. «El eje no está puesto en aprobar. O en un lugar mecanicista. No es que si uno aprende a hacer resúmenes va a aprobar sino que va a entender mejor y le va a ir mejor en la escuela«, precisó.
El primer capítulo del libro define qué es estudiar, el lugar de la atención, la memoria y la organización. «Sin un buen lugar para estudiar, sin predisposición o motivación, por ejemplo, esas técnicas no funcionan automáticamente. Estudiar es un proceso cognitivo complejo«, definió.
Mencionó que las técnicas de estudio sirven para buscar información, ya sea en una página web, en un pódcast o en los soportes que usan habitualmente los jóvenes. Una vez que se accede a la información hay que organizarla a través de tablas, cuadros u otros formatos. «Nos ayudan a comunicar efectivamente esa información ya que, en algún momento, nos van a evaluar. Cómo responder bien a un cuestionario, cómo discriminar distintos tipos de preguntas, cómo leer una consigna para responderla, cómo preparar una lección oral con apoyo multimedia, cómo escribir un resúmen», señaló Fernández Panizza.
A lo largo del libro hay «tips» que conectan la experiencia cotidiana con el hecho de estudiar y preguntas de reflexión metacognitivas para que los estudiantes puedan descubrir o preguntarse cuál es su propio estilo de aprendizaje y cómo elaborar estrategias propias de aprendizaje. «Lo que las redes nos proponen es el autoaprendizaje por eso si hoy día, necesito algo, agarro Google, busco un tutorial y la relación con el aprendizaje es más autónoma. La idea es que el libro ayuda a poder encontrar una forma de aprendizaje autónomo», dijo.
Esta mujer de 66 años se jubiló en 2015, siendo directora del Colegio Del Sol y profesora del Instituto de Formación Docente: «Sigo ligada a la educación desde el lugar del deseo, que las escuelas se conviertan en estos espacios donde aprender nos lleve a estar mejor. A encontrarnos y que eso que los docentes hacemos todos los días tenga un sentido».
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