No se olviden de Otoño: historia del reclamo social y la expectativa de las organizaciones

Desde que se conoció la desaparición, hubo distintos sectores que apoyaron a la familia de la joven. ¿Cómo impacta que este caso llegue a juicio en un contexto de tantas causas impunes?

Algunas banderas y rostros se repiten desde 2006 en torno al caso Otoño Uriarte, a pesar del desgaste y el implacable paso del tiempo. Son las que sostuvieron el apoyo junto a la familia de la joven, para que el tema siga vigente en la agenda pública.

En tiempos donde todavía no se contemplaba penalmente la figura del femicidio (2012) y la concientización contra la violencia de género era un punto pendiente, vecinos y vecinas de Fernández Oro tuvieron que salir a la calle, acompañados por organizaciones locales y de otros puntos de la región.

Fue un caso bisagra, porque era un pueblo donde parecía que nunca pasaba nada, donde se podía andar tranquilo a cualquier hora de la noche, de hecho Otoño vivía en Oro desde 2003 ó 2004, en una chacra, y siempre se movilizó en bicicleta a pesar de que era lejísimo. Desde hace poco ese camino está iluminado, pero antes no”, contó Morena del Valle Sánchez, que fue docente de Plástica de la joven, desde 1° a 3° año, en el CEM 14.

Morena y Otoño, recuerdos de esos años.

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La bandera que recuerda a 3°1°, el curso al que asistía Otoño.

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Desde los triples crímenes en la vecina Cipolletti (1997 y 2002) que no había un caso tan resonante, graficó la profesora. “Todavía hoy me encuentro con ex alumnos que quedaron muy destrozados y que optaron por irse del pueblo, porque no pudieron sobrellevar semejante injusticia, semejante tragedia y que recién hoy pueden nombrarla, hablar de Otoño y de cómo lo fueron transitando”.

El relato de Morena tampoco está exento de emociones. 18 años después se vuelve a quebrar al tocar ciertos recuerdos. Pero respira y sigue poniendo lo que siente en palabras y acciones, como lo hizo con la ornamentación de la rotonda alusiva que se encuentra en el acceso al ejido, a metros de la Ruta 65, donde vieron por última vez a la joven asesinada. Y como lo hace cada año con los dibujos que aporta para afiches, murales y stencils, hojas secas color ocre, que sólo remiten a un nombre: Otoño.

Uno de los murales que aún está en el CEM 14.

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Una de las intervenciones en el colegio.

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En su experiencia como integrante de la comunidad educativa, Morena vio en primera persona lo que se fue generando en el ambiente local desde que todo pasó: el colegio secundario donde todos se conocían, el único de Fernández Oro, era el mismo a donde seguían cursando familiares de la víctima y a la vez, parte del entorno de los imputados. Cuando se le puso nombre y rostro a las acusaciones, el dilema se hizo presente entre muchos, que se llamaron a silencio o que ya no marcharon para evitar tomar partido o porque se cruzaban habitualmente con los involucrados en el barrio.

Mientras tanto, compañeros docentes, compañeros de aula, integrantes de la comunidad católica que asistía a la Parroquia Santa María Goretti con su referente, el sacerdote Néstor Vicente, grupos de Cipolletti y Allen como “Manos Entrelazadas”, además de Roca y Neuquén, entre otros, todos fueron poniendo el cuerpo en apoyo a Roberto Uriarte y la familia, en las distintas convocatorias. De los que perseveraron surgió la Asamblea Autoconvocada por la Memoria.

Para la intervención en la Plazoleta Otoño se juntaron donaciones.

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También llevaron el nombre y la foto de Otoño a cuanta actividad similar se realizó en la región o el país, donde desde 2002 se esperaban noticias de jóvenes desaparecidas como Marita Verón por ejemplo, oriunda de Tucumán y cuya búsqueda dejó en el aire la sospecha por las redes de trata de personas en Argentina. “Los primeros días se juntaban con un representante de la Policía en el polideportivo de Fernández Oro, donde les daban el parte semanal de cómo venía la búsqueda, pero después ellos empezaron a desvirtuar toda la situación, haciendo que la familia visite un montón de provincias sin tener certezas”, recordó Morena.

Transcurrido el tiempo y a pesar del descreimiento, este 2024, las organizaciones que reclaman justicia por cada nuevo femicidio siguen de cerca lo que sucede en la sala 6 de la cuarta circunscripción de Cipolletti, sobre calles España y Urquiza, donde este martes comenzó el debate. En esa sede se pudo ver también la contención que ofrecieron familiares de otros desaparecidos, como Claudia, hermana del taxista Carlos Painevil, visto por última vez en 2012, y de Asunción, padre de Sergio Ávalos, cuyo caso se registró en 2003. En un espacio contiguo al de la audiencia, familiares e integrantes de “Autoconvocados” y de la Asamblea “Ni Una Menos Cipolletti” escucharon los alegatos de apertura y primeros testimonios.

Foto: Florencia Salto.

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Claudia Painevil y a su derecha, Asunción Ávalos. Foto: Florencia Salto.

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Si bien este juicio llega con el lema circulando en la calle que pregona “Justicia sería que Otoño esté con nosotros”, varias referentes de grupos feministas por ejemplo, reconocieron que esta instancia también sirve para visibilizar “la enorme deuda que tiene el Poder Judicial, el Ejecutivo y todas las connivencias que hubo para que se demore tanto y que se genere el daño que provocaron a la familia de Otoño”, opinó Ruth Zurbriggen, de la Colectiva Feminista “La Revuelta”.

“Para las comunidades que tenemos el derecho de vivir vidas dignas y sin violencias, que se esclarezcan estas tramas es fundamental, son el resultado del reclamo de justicia organizado y de sostener viva la memoria”, recalcó Ruth.

Desde “Libertas”, Estela Cavazzoli consideró que “en todo este tiempo existen muchas preguntas al Poder Judicial sin ninguna respuesta. Lo concreto es que exigimos verdad y justicia, que permitan a familiares, amigas, amigos, mujeres, disidencias y la comunidad toda, ejercer el derecho de conocer los verdaderos responsables de los hechos (…) No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos”, dijo.

Y concluyó: “Si logramos justicia por Otoño significaría una bocanada de esperanza, por la jurisprudencia, para otros casos impunes. En estos tiempos donde sobran los discursos de odio misógino, incluso desde la Presidencia, sería importante lograrlo. El hecho de conseguir que se lleve a juicio, ya fue en sí mismo, un gran paso”.


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