No hay ventilador que aguante, calor extremo y cambio climático
Especialistas aseguran que las altas temperaturas que se viven en Neuquén y Río Negro son consecuencia del cambio climático que se experimenta en todo el planeta. Análisis de una situación que no es nueva.
Las manos, los pies, las espaldas y hasta los párpados sudan. El cemento parece que emana fuego, las plantas se deshidratan y el único refugio posible es estar frente a un ventilador, un charco de agua o una manguera. La ola de calor está presente y las temperaturas altas llegaron para quedarse. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta naranja y confirma que las temperaturas serán extremas para la zona de Alto Valle de Neuquén y Río Negro. Frente a tanto calor vale preguntarse: ¿Qué relación tiene la transpiración que mostramos en nuestras remeras con el cambio climático?
Antonella Risso es consultora climática, estudia las distintas relaciones del ambiente con la salud, vive parte del año en San Martín de los Andes y parte en Rada Tilly. Desde allá explica: “el aumento de la temperatura global es un hecho y esto afecta por supuesto a nuestra Patagonia. Antes estábamos acostumbrados a que, si hacía calor durante el día, a la noche refrescaba, pero ya no pasa”.
Y claro, esta ola de calor tiene consecuencias en la vida de las personas, Risso las enumera: “afecta a los bebés más chiquitos, a los adultos mayores, a quienes tienen problemas en los riñones, aumenta las tasas de infarto, genera problemas en partos prematuros, desmayos y también hace que en Neuquén, por ejemplo, esté dando vuelta el mosquito del dengue porque tiene condiciones de humedad, temperaturas altas que le permiten reproducirse en zonas que antes no podía”.
Bariloche esta semana batió su récord, el lunes pasado fue el día más cálido de enero en 60 años. En Neuquén, Roca y Viedma se pronostica para hoy una temperatura mayor a 40°. Fernando José Frassetto es ingeniero agrónomo y meteorólogo de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas y cuenta que estamos transitando el fenómeno del “niño”, “históricamente siempre después del “niño” venía la “niña”, el tema es que eso también está cambiando porque es parte del cambio climático, todo lo que vos sabías de estadísticas te lo cambia. Por eso es tan grave”.
Hoy vemos a los ríos y lagos de la región al tope. La imagen opuesta a lo que se vio en los últimos inviernos: embalses, ríos y costas sin agua. “Eso también es un efecto del cambio climático”, explica Frassetto.
En términos de consecuencias del cambio climático Frassetto es claro: “lo que más preocupa en la zona de cordillera es el acortamiento de la temporada de nieve, reducción de precipitaciones en invierno, mayor sequía que es más propenso a incendios. Después en el centro de la provincia de Neuquén, toda la zona de meseta también habrá temperaturas cada vez más altas con mayor probabilidad de incendios. Y en la zona de los valles, vamos a tener tormentas eléctricas, vientos y mayor probabilidad de granizo, con olas de calor cada vez más frecuentes con temperaturas cada vez más alta”.
Pero, esta situación no arrancó ayer con la ola de calor. “Esto en realidad ocurre desde 1850”, explica Frassetto, “cuando empezamos a reemplazar otra forma de energía con el petróleo y el carbón y empezamos a contaminar la atmósfera y se empezaron a ver las consecuencias. A partir de la década del 60, la temperatura del planeta está ascendiendo y probablemente sea por la cantidad de dióxido de carbono del cual el ser humano es responsable”.
Risso coincide: “las olas de calor más frecuentes e intensas son una de las consecuencias del cambio climático”, y lo explica de una manera simple: “en el Tierra tenemos, a diferencia de otros planetas, una temperatura que permite que haya vida. Pero esa suba de temperatura es por la presencia del efecto invernadero, producto del exceso de gases producidos en los últimos 150 años, o sea, a partir de la Revolución industrial, por la quema de combustibles fósiles, principalmente petróleo, gas, carbón, metano que viene de las vacas, de algunos cultivos y de la deforestación que se traduce en calentamiento global, o sea un cambio en el clima de la Tierra”. Y es más enfática: “todo queda desestabilizado por el cambio climático: las corrientes marinas, vientos, las economías como la nuestra que depende tanto de las cosechas, la propia salud pública enfrenta desafíos nuevos. Todo se ve afectado”.
Pero, destaca una: “hay modificaciones en lo más sensible de la Ley de Glaciares. Lo que viene a modificar el presidente Javier Milei es hasta donde llega el glaciar”, lo que habilitaría actividades de altísimo impacto ambiental, incluso irreversibles. “Está rarísimo el texto”, explica, “y como todo lo que sucedió con este proyecto, no dieron un solo argumento”.
Recomendaciones para este tipo de eventos:
-Aumentar el consumo de agua sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada.
-No exponerse al sol en exceso, ni en horas centrales del día (entre las 10 y las 16 horas).
-Prestar atención a los bebés, niños y niñas y a las personas mayores.
-Evitar las bebidas con cafeína, con alcohol o muy azucaradas.
-Evitar comidas muy abundantes.
-Ingerir verduras y frutas
-Reducir la actividad física.
-Usar ropa ligera, holgada y de colores claros; sombrero, anteojos oscuros.
-Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
-Recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos, citados arriba, pueden prevenirlo y contrarrestarlo.
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