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Nilda Belloso: madre, militante política y defensora de la mujer

La dirigente de Viedma dejó una huella imborrable en medio siglo de militancia. Ocupó distintos cargos en la provincia y el municipio, y fue pionera en la lucha por la igualdad de género.

Nilda Nervi de Belloso nació en Viedma el 27 de enero de 1942, tiene cuatro hijos y ocho nietos, fue maestra, militante, concejala municipal, diputada provincial, candidata a intendenta de Viedma y Defensora del Pueblo de Río Negro.

Desde temprana edad se vio influenciada por la educación religiosa, pero también se comprometió en la lucha contra lo que consideraba injusto, incluyendo las diferencias de clases y la discriminación. Su labor como militante política y defensora de los derechos de las mujeres la llevó a desempeñar roles claves en la vida pública, dejando una huella imborrable en la comunidad.

Nervi, cuyo compromiso político comenzó en 1972 cuando se unió al Partido Justicialista, formó parte de la generación de jóvenes militantes que enfrentaron la brutalidad de la última dictadura cívico-militar.

Uno de los hitos más significativos de su carrera política fue su participación como concejala municipal y diputada provincial, además, en 1993, impulsó una ordenanza que resultó en la creación del Consejo Municipal de la Mujer, una iniciativa crucial para promover la igualdad de género y la defensa de los derechos de las mujeres.

En septiembre de 1976, a pesar de estar embarazada de 6 meses y siendo directora en el Ministerio de Asuntos Agrarios del Gobierno de Mario Franco, fue injustamente encarcelada a disposición del PEN.

Tras ser declarada «elemento subversivo», se vio entonces obligada a afrontar la realidad de su despido como empleada pública, sufriendo la aplicación de la Ley de Prescindibilidad del Proceso.
Esa injusticia le impidió tener un trabajo formal hasta 1983, cuando finalmente se restauró la democracia en el país.

Sin embargo, su perseverancia y dedicación no pasaron desapercibidas. En agosto de 2013, Nilda Nervi de Belloso fue honrada con la distinción «Evita Compañera» por el Senado de la Nación Argentina.

Este prestigioso reconocimiento se otorga a una mujer de cada provincia argentina que mejor encarna los ideales de María Eva Duarte de Perón, destacando su compromiso político y social.
Además, en septiembre del mismo año, el Concejo Deliberante de Viedma también le rindió homenaje por su ejemplar militancia política y compromiso social.

Contó que «el papel de la mujer era principalmente el de recorrer y establecer contacto con personas en situación de vulnerabilidad y necesidad. Aunque interveníamos de alguna manera, nuestro rol era pasivo en gran medida, ya que los hombres tenían el control en los partidos y las comisiones».

«La tarea de las mujeres fue muy importante indudablemente, no podrían haber llegado los varones si no hubiéramos estado las mujeres presentes, militando en los barrios, en las casas, golpeando puertas, hablando con las familias, porque esa era nuestra tarea, que, aunque era fundamental no nos dábamos cuenta».

Dijo que «las reuniones que generalmente se centraban en la selección de candidatos a diputados provinciales, nacionales y concejales, recaían en la responsabilidad de los hombres que dirigían el partido en Viedma. A veces, por necesidad, alguna mujer era incluida en las listas, como sucedió en 1973 cuando necesitaban una candidata y fui elegida».

«Me llamaron y me pidieron que firmara para completar la lista. Resultó que, debido a ciertos acontecimientos con los suplentes, me convertí en concejal titular por primera vez. Trabajé en el Concejo Deliberante con personas excelentes de Viedma, y logramos un ambiente de colaboración, sin divisiones entre radicales y peronistas, éramos todos amigos y trabajamos de manera efectiva» expresó.

La igualdad de género es esencial, y juntos hombres y mujeres, podemos trabajar en armonía para lograr una sociedad más justa y equitativa».

Nilda Nervi de Belloso.

En 1994, se llevaron a cabo reformas constitucionales, que incluyeron la creación de la Defensoría del Pueblo como un órgano de control externo. Así que se llamó a postulantes para ocupar el cargo de Defensor o Defensora del Pueblo.

En ese entonces, Nilda no tenía expectativas de ser seleccionada debido a la predominancia del partido radical en la legislatura. Sin embargo, su vida dio un giro cuando la propusieron para el cargo. «Estaba en casa, en camisón y pantuflas, cuando recibí la llamada: negrita, prepárate, tenés que jurar como Defensora del Pueblo» contó.

Cuando asumió el cargo, se encontró con una sorpresa, según la ley que regía en ese momento, cuando un Defensor cesa su mandato, todos los empleados también deben hacerlo. La situación era un desafío inesperado.

«No estaba de acuerdo con las renuncias», declaró. «La Defensoría del Pueblo tiene que defender los derechos humanos, y eso incluye el derecho al trabajo y la estabilidad. Así que hice una reunión y logré que todos se quedaran, excepto uno».

Al asumir el cargo, hizo un cambio fundamental en su enfoque. «Me quité la camiseta del peronismo y me puse la camiseta de los derechos humanos», expresó. «Me gustaba militar en la calle, los escritorios y los papeles no eran lo mío. Déjenme todo así, porque en este lío de papeles, sé lo que busco les decía siempre».

Durante su tiempo como Defensora del Pueblo, también se convirtió en una voz destacada en la lucha por la igualdad de género en la política. Señaló que, «aunque la Ley de Cupos, que permitió que las mujeres fueran incluidas en las listas electorales fue un avance, aún había desafíos por superar».

«El 30 por ciento fue un avance, pero solo permitió que las mujeres estuvieran en las listas, no en lugares destacados», enfatizó que «las mujeres tenemos que hacer valer nuestros derechos y proponer a otras mujeres para cargos. No es una lucha cuerpo a cuerpo, sino una armonización entre hombres y mujeres para trabajar en equidad».

Concluyó que «la igualdad de género es esencial, y juntos, hombres y mujeres, podemos trabajar en armonía para lograr una sociedad más justa y equitativa».

Nilda Nervi junto a sus hijos cuando fue declarada ciudadana ilustre de Viedma Foto: Marcelo Ochoa.

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