Neuquén y Río Negro encabezan las consultas por violencia vicaria, el uso de los hijos para castigar

La presidenta de la asociación Mami explicó que, en muchos casos, la justicia corta el vínculo de las madres con los hijos.

Susana Ruperto conformó la asociación Mami. Foto: gentileza

Neuquén encabeza las consultas por «violencia vicaria» a nivel país, seguida por Río Negro, Córdoba y Buenos Aires, en cuarto lugar. Así lo informó la presidenta de la asociación Mami, Susana Ruperto, que asesora y acompaña a víctimas de este tipo de violencia.

La violencia vicaria, según define Amnistía Internacional “es una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres”.

Río Negro y Neuquén suman más de 200 consultas por este tipo de violencia desde el comienzo de la organización en 2020.

«Tenemos el caso de una madre rionegrina a la que le sacaron la patria potestad. Sin embargo, la mujer tiene otro hijo. Eso llama la atención: ¿puede cuidar a uno y le sacan la patria potestad del otro?«, se preguntó Ruperto.

«A otra mujer de Neuquén -continuó-, le sacaron el cuidado de tres de sus cuatro hijos. Pero un nene con discapacidad quedó con ella: ¿cómo se entiende? Si es violenta y maltratadora, ¿cómo puede cuidar a un hijo y no lo a los otros?«.

Esta mujer conformó la asociación tras una situación personal que, en un primer momento, la confundió, la desesperó y la dejó en shock al perder contacto con su hijo. De pronto, buscando información, descubrió que Sonia Vaccaro, una doctora en Psicología de Madrid, había acuñado el término de violencia vicaria en 2012. No solo se identificó con la situación sino que decidió transformar su dolor en lucha.

«Es parte de la violencia de género: cuando la mujer logra salir de un círculo de violencia, separarse o divorciarse de un hombre, pero éste termina ejerciendo violencia a través de otra persona. Por lo general, los hijos», explicó.

Y agregó: «Es algo así como: ‘Te voy a dar donde más te duele’. Ahí empieza un peregrinaje por la justicia y es un calvario porque estos hombres suelen tener abogados carísimos y nosotras, los gratuitos«.

¿Cómo se genera la violencia vicaria? Ruperto argumentó que «los chicos empiezan a cambiar de actitud con la madre. Se ponen distantes, se empiezan a querer quedar más con los padres. No es para menos: ellos les dicen que estamos locas, que necesitamos medicación y los chicos empiezan a tener miedo«.

En muchos casos, acotó, se corta el vínculo de las madres con los hijos.

«Cuando el odio por el otro progenitor es mayor al amor por los hijos, pasan estas cosas»,

Susana Ruperto, presidenta asociación Mami.

Dolor en primera persona

«Tiempo atrás, logré salir de una situación de mucha violencia con el padre de mi hijo. En su momento, decidí no denunciarlo para no judicializar considerando que eran problemas de adultos», contó Ruperto a RÍO NEGRO.

Luego de firmar el divorcio, continuó la mujer, el hombre la denunció por violencia, maltrato, acoso y hostigamiento. «Habíamos criado 14 años juntos a nuestro hijo. Tuvo tiempo para denunciarme. Él es profesional de la Salud Mental. En ese momento, entro en shock. Me quería morir. No quería comer, no me podía levantar. Su abogado me hostigó diciendo que si no me iba de la casa, me sacarían el cuidado de mi hijo«, agregó. En ese momento, Ruperto no lo dudó y se fue a vivir con sus padres que hoy tienen 85 años.

«Cuando nos separamos, mi ex nunca tenía dinero (no me pasaba cuota alimentaria), pero de repente, lo invitó a mi hijo un mes a Europa y ya volvió cambiado», indicó.

En ese momento, acudió al Consejo del Niño y el Adolescente. Aseguró que, en 2019, la jueza de Familia determinó que el niño debía permanecer con ella. Pero no sucedió.

Tras capacitarse en la violencia vicaria, la mujer decidió conformar una asociación que empezó a recibir consultas de distintos puntos del país. «Yo pensaba que era la única y resultó ser que había cientos de mujeres en el país pasando por la misma situación. La justicia todavía es patriarcal e inoperante«, fustigó.

La asociación Mami también funciona en Chile y Colombia y se están conformando en Venezuela, Panamá y República Dominicana.

Ruperto señaló que cada vez que reciben el llamado de una mujer, se activa el dispositivo «en alerta roja o amarilla». En caso de violencia de género, en el que hay un peligro, se intenta sacar a la mujer del hogar hasta lograr la exclusión del hombre. «En caso de violencia vicaria, nos contactamos con la Defensoría de Menores y con los asesores», dijo.

Neuquén, a la cabeza

Ruperto consideró crítica la situación de Neuquén con la cantidad de femicidios y las denuncias por violencia de género.

«Es una provincia rica, de mucho poder y, las mujeres la pasan mal porque tienen mucho miedo. Recuerdo el caso de una mujer que denunció un abuso sexual infantil y le dieron el cuidado unilateral al hombre denunciado», indicó la mujer al tiempo que advirtió que, hoy, atienden un caso por día de todo el país. «Las mujeres llegan muy confundidas. Por eso, también insistimos en la búsqueda de un psicólogo o psiquiatra«.

¿Cómo se revierten este tipo de situaciones? Ruperto consideró que «cualquiera puede hacer una denuncia. Pero la justicia debe investigar y para eso, debe haber equipos especializados».

«Cuando no existe un riesgo para un menor, como establecen los derechos internacionales, todo niño tiene derecho a mantener un vínculo sano con la madre», manifestó.


El teléfono de contacto de la asociación es (11) 4041-2074 y el Instagram es asociacion_mami.


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