Neuquén fue territorio privatizado
A fines de 1800, el Estado Nacional entregó miles de hectáreas a privados con el objetivo de que se encarguen de poblarlas. Así surgieron los negocios inmobiliarios en la zona.
Las privatizaciones no fueron exclusivas de los años 90. Ya a fines del siglo XIX, hubo antecedentes por estos lugares patagónicos, en particular en el Territorio del Neuquén.
Desde 1876, el Estado Nacional salió a entregar a privados las tierras del Territorio del Neuquén, a través de la denominada “Ley Avellaneda” que admitía la colonización privada para financiar lo que se conoció como “Campaña del Desierto”. El objetivo era claro: “Te damos la tierra pero la vas a tener que poblar».
Cada interesado podía acceder a 80.000 hectáreas, divididas en dos fracciones. Desde 1884 se entregaron para “colonizar” en este territorio 1.620.000 hectáreas de las tierras más fértiles, a través de 34 concesiones, que se repartieron entre 27 particulares.
Una estadística interesante fue aportada por la página digital masneuquen.com. “Las tierras privatizadas constituyeron el 45,4% de la superficie total escriturada, ocupando el primer lugar en el proceso de privatización del territorio. Estas concesiones, en superficies que casi siempre rondaban las 80.000 ha cada una, el máximo que la Ley Avellaneda permitía, fueron otorgadas en las dos últimas décadas del siglo XIX, en forma individual o en condominio, a particulares radicados fuera de la región, especialmente en Buenos Aires”.
Años más tarde, quienes claramente no tenían intenciones de poblar el territorio, se acogieron a una nueva ley y firmaron pactos con arrendatarios radicados en el área, para que con hacienda propia cubrieran tales obligaciones. Así empezó todo en Neuquén. Lo que siguió es conocido.
Llegado el traslado de la capital al paraje Confluencia, los privados, en forma particular o por medio de sociedades anónimas, les vendieron las tierras a la administración central para que desarrolle la nueva cuna de la ciudad de Neuquén.
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