Néstor, el escultor de Roca que deja sus huellas en piedras de la Patagonia y el país
El artista vive rodeado de obras que parecen tener vida. Es uno de los pocos que talla piedra y fue convocado como representante de la región para el primer Simposio Internacional de Escultura en Córdoba.
Sus esculturas de madera y piedra habitan en lo que parece ser un bosque encantado de pinos en medio del Alto Valle. Una mano de grandes dimensiones, preciosamente tallada, invita a pasar a su «casa taller».
Algunas duermen bajo techo, otras afuera. Las obras de Néstor Confalonieri mutan entre los rayos del tenue sol que anticipa la primavera; mientras los gatos se balancean entre las piezas del artista, trepan y las hacen suyas.
Estas esculturas tienen cada una su historia, su momento, una esencia. Entre figuras humanas y míticas, se unen todas para dar identidad a un escultor y docente de Roca que lleva más de 20 años en el rubro, uno de los pocos escultores de piedra en el país.
Ahora fue seleccionado para representar a la Patagonia en el I Simposio Internacional de Escultura en Piedra que empieza mañana 15 de septiembre, en Córdoba. El rionegrino de 40 años fue convocado entre un total de siete participantes de Argentina, México y Paraguay para crear una obra en mármol que evoque a los pueblos originarios de la región.
Néstor no solo talla, sino que también se dedica al dibujo y grabado; mientras ejerce como docente de Artes Visuales en colegios secundarios. Es el único escultor de la Patagonia que llegará al evento, convocado por su amplia trayectoria.
Hijo de trabajadores de la fruta, Néstor creció en la ciudad y estudió en una escuela técnica, muy alejado del mundo artístico, pero le gustaba mucho la historieta. Un día en un taller que dictaba el ilustrador Chelo Candia en la Casa de la Cultura, le recomendaron estudiar en el Instituto Nacional Superior de Artes (INSA), ahora IUPA, pero en ese momento, la institución no estaba en su radar.
Él mismo recuerda que en la adolescencia ocasionalmente fue parte de esos “pibes” que vandalizaron alguna escultura. Paradójicamente le tocó a una obra de Rafael Rocca, memorable artista roquense que luego se convirtió en uno de sus queridos mentores. «Rocca» hoy habita en su recuerdo a cada paso.
Así fue como Néstor empezó a estudiar en el 2003 en el INSA. “Casi dejo (la carrera) antes de empezar porque me dijeron que era cara”, rememoró en una entrevista con Diario RIO NEGRO. Luego de unos años se recibió de Profesor Nacional de Artes Plásticas, especialidad en Escultura y Grabado.
Mientras cursaba, asistió como estudiante a uno de los eventos de escultura más importantes del país, la Bienal de Escultura en Chaco. Años después, concurrió como escultor y recibió un premio. “Fue un estímulo para mí, y un poco me marcó a seguir”, contó: por el sendero de la escultura.
Algunas de sus obras conservan hasta sus propias huellas digitales. “En el modelado se ve la presencia humana, no está suavizado. Todavía tiene registro de cómo fue hecho. Y un poco eso me interesa, esa huella de autor”, comentó.
“Me interesa la figura humana y la realidad transformada”, dijo sobre su sello personal. “No es una caricaturización, sino una especie de transformación”. El equilibrio perfecto entre la técnica, la poesía y el concepto.
Sus obras están dispersas por el país, en provincias como Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, San Luis y en el extranjero, tiene una en Chile, en Frutillar. En Roca, es conocida una de sus esculturas que está en el paseo del andén, a metros del teatro de la Estación.
De Río Negro a Córdoba: al simposio de Escultura en Piedra
Néstor viaja con un boceto y sus herramientas bajo el brazo. Es uno de los siete convocados que deberá “descubrir” la forma debajo de una piedra irregular de mármol de un metro y medio por un metro de ancho. Tendrá seis días para realizarla y será a la vista del público.
Utilizará herramientas eléctricas como amoladora, discos de diamantes, martillo neumático. “Presenté un boceto pensando en la temática que proponen, pueblos originarios de América. A mí se me ocurrió reflotar una leyenda tehuelche”, contó. Esa idea había sido presentada para una rotonda en Roca, pero no prosperó.
“Es muy emocionante trabajar en contacto directo con el público, y la adrenalina que se genera en el tiempo limitado que disponemos para crear una pieza”.
Néstor Confalonieri, escultor de Roca.
Las obras quedarán emplazadas en un museo a cielo abierto, como patrimonio de la ciudad de Miramar de Ansenuza, en su centenario. El roquense sin dudas dejará su impronta en su paso por la ciudad cordobesa y en el resto de los artistas extranjeros.
Es un gran esfuerzo llegar, ya que debe viajar por su cuenta y cargando sus propias herramientas. Sin auspiciantes, todo se hace cuesta arriba. Por eso estuvo vendiendo sus obras en los últimos días para poder financiar el viaje.
Otros reconocimientos en el país
Su escultura en madera de algarrobo “Hidari” ganó el primer premio en la III Bienal Internacional de Esculturas de San Jerónimo del Sauce, Santa Fe. La confeccionó en solo tres días y a raíz de este logro, en 2022, su trayectoria artística fue declarada de interés educativo, social y cultural por la Legislatura de la provincia de Río Negro.
Néstor ya había obtenido el tercer galardón con una escultura de piedra, en travertino, en la XVIII Bienal Internacional de Escultura de Chaco y había participado de un evento internacional en 2015 en Santiago del Estero, con escultores de Bulgaria, Turquía, Holanda e Italia.
Así, el artista roquense realizó diversas muestras individuales y colectivas, participó en simposios, bienales y otros encuentros locales, nacionales e internacionales, con valiosos reconocimientos.
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