«Nadie se salva solo»: la emotiva carta de una profesora de la Universidad del Comahue tras el veto de Milei

Una carta abierta escrita por una profesora de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), resonó profundamente entre los estudiantes de la institución y en la comunidad académica de Roca. En su mensaje destacó el rol de los estudiantes y su lucha tras la confirmación del veto a la ley de Financiamiento Universitario. Qué dijo.

En un momento clave para la educación superior en Argentina, tras el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, el mensaje de la docente María Mare cobró un sentido especial entre sus estudiantes.

Tras el veto de Milei, una profesora de la UNCo advirtió: «No basta con estudiar para salvar la universidad»

La carta fue difundida rápidamente por los estudiantes de la sede de Roca. En su escrito, María Mare trató de brindar una reflexión crítica sobre» el rol del conocimiento, la responsabilidad colectiva en la defensa de la educación pública y la amenaza que enfrenta el sistema universitario».

«Hay frases que se escuchan en estos días, que son las mismas que escuché cuando era estudiante y, seguramente, también las escucharon mis docentes», comenzó el texto, recordando una realidad que atraviesa generaciones.

La lucha por el acceso al conocimiento y su vinculación con el poder es un tema central que Mare abordó desde una perspectiva histórica. Haciendo referencia a épocas en las que el conocimiento solo circulaba en latín, la docente señaló que «esta dificultad para que la gente de a pie accediera al conocimiento era una decisión tomada desde un lugar de poder, sin dudas».

La defensa de estas instituciones se vuelve aún más urgente, según la docente, en un contexto de creciente desfinanciamiento y desatención. «La propia existencia de universidades públicas, gratuitas y de calidad tiene un valor difícil de dimensionar», afirmó Mare, quien destacó cómo las universidades impactan la vida cotidiana de las ciudades.

En su ciudad, Roca, señaló ejemplos de profesionales formados en universidades públicas que aportan en diversos campos: periodistas, abogados, arquitectos y artistas que enriquecen la comunidad.

El corazón de la carta, sin embargo, radicó en una crítica frontal a la idea de que estudiar es suficiente para defender la universidad. Mare cuestionó la postura individualista de quienes creen que «la defienden estudiando».

«Estudiar sin una perspectiva colectiva, sin una proyección de futuro e impacto en la sociedad, sin buscar que las condiciones sean mejores para quienes vengan después, no es más que un acto de egoísmo», expresó.

La docente subrayó la necesidad de que tanto estudiantes como docentes se movilicen para frenar el vaciamiento de las universidades, una realidad que no puede ser ignorada, especialmente cuando «las condiciones salariales de los docentes les impiden seguirse capacitando, investigar y, en muchos casos, llegar a fin de mes».

«Hay momentos en los que solo estudiar a lo único que conduce es a la imposibilidad de seguir estudiando», señaló, haciendo un llamado a la acción y al compromiso entre su comunidad.

En la Facultad de Lenguas, según relató, los estudiantes ya dieron pasos importantes al organizarse en asambleas y tomar medidas para visibilizar problemas dentro de la universidad, como la violencia institucional. Para Mare, estos gestos son un ejemplo de cómo «el conocimiento no se compra ni surge de la nada; se construye de manera colectiva».

La carta, que fue compartida en redes sociales y grupos de estudiantes, no solo denuncia el desfinanciamiento que afecta a las universidades públicas, sino que también ofrece una visión esperanzadora sobre el futuro.

Mare cerró su escrito con un llamado a la organización, a la defensa activa de la universidad pública y a la participación en las discusiones que marcarán el futuro de la educación en el país. «Para defender la universidad pública, gratuita y de calidad, no basta con estudiar», sostuvo.

La profesora cerró su mensaje con una frase que parece resumir el espíritu de su carta: «Nadie se salva solo». Esta idea caló hondo en la comunidad universitaria de la UNCo y generó una ola de apoyo entre estudiantes, docentes y egresados, quienes compartieron el texto en redes sociales.