Muerte del bebé en Añelo: drogas, alcohol y violencia de género en la capital de Vaca Muerta

La trama detrás del incendio en el que murió un bebé de diez meses el viernes a la madrugada. Un hombre está con prisión preventiva.

El Neuquén de las inversiones multimillonarias exhibe con crudeza otro rostro ahí nomás de los pozos que baten récords de producción, que desarma el discurso del derrame. El último hito de esta saga violenta y cruel ocurrió el viernes 19 pasadas las 6 de la mañana en Añelo y se cobró la vida de un bebé de diez meses.

Los protagonistas fueron tres adultos. Marcelo, un hombre recién llegado a la capital de Vaca Muerta en busca de trabajo que dejó en Zapala un reguero de causas abiertas por robo. Eliana, una mujer con tres hijos sumergida en consumo de sustancias y en ciclos de violencia de género. Y Cristian, su última pareja, quien tenía una prohibición de acercarse a ella.

Pese a esa prohibición, y a que el riesgo según el juzgado de Familia de Neuquén era tipo A, es decir, Eliana corría peligro de ser víctima de femicidio, ella y Cristian convivían en una vivienda del barrio La Meseta de Añelo. Una casa de plan, construida con materiales altamente inflamables.

Allí también vivían las dos hijas de Eliana, de 5 y 7 años, y el bebé de 10 meses, Genaro.

A pocas casas se había instalado Marcelo, llegado hacía poco de Zapala, empleado en una empresa encargada de la construcción de un lujoso hotel en la ciudad.

Drogas y alcohol


El viernes a la madrugada Marcelo caminó hasta la casa de Eliana. Hay distintas versiones del motivo: algunos dicen que a comprar drogas, otros aseguran que sólo fue a pedir el teléfono de un dealer.

Cristian lo invitó a pasar o él se invitó solo, la cuestión es que terminaron los tres consumiendo vino hasta que empezaron a discutir. Marcelo sacó un cuchillo Tramontina de mango negro que llevaba escondido en la manga y le provocó un corte en el brazo izquierdo a la pareja de Eliana.

Lo sacaron a empujones de la casa. Ya en la vereda, Marcelo extrajo otro cuchillo que llevaba entre sus ropas, más grande. Cristian y Eliana se refugiaron en la vivienda, el otro se fue pero prometió que las cosas no quedarían así.

La filmación


A unos 90 metros de ese lugar hay una venta de garrafas cuya cámara de vigilancia grabó tres siluetas. Dos ingresan a la casa, una más difusa se retira, pero regresa al rato. ¿Es Marcelo? La fiscal Lucrecia Sola dice que sí; el defensor público Raúl Caferra lo pone en duda.

Semejante alboroto preocupó a Cristian. Él sabía que pesaba una prohibición de acercamiento a Eliana, incluso con rondines policiales sorpresivos. Un patrullero podía pasar en cualquier momento, así que decidió marcharse.

En la casa quedaron la mujer, las dos nenas y el bebé.

Dos resplandores


La cámara de vigilancia registró que a las 6:12 de la mañana una figura humana se acerca a la vivienda (es Marcelo, según la fiscalía), con diferencia de segundos se observan dos resplandores y a los minutos, comienza el fuego.

La pericia de los bomberos dirá después que el incendio no se debió a una falla eléctrica ni de gas, sino que lo provocó un agente externo a la vivienda, y que comenzó en la zona del living comedor, donde están la puerta y la ventana que dan a la calle.

Eliana logró sacar a sus hijas, pero no pudo salvar al bebé. Según la autopsia, murió intoxicado con monóxido de carbono. Ella sufrió quemaduras, estuvo internada en el hospital.

Cristian volvió cuando vio el fuego, también puso en riesgo su vida para salvar al niño sin lograrlo.

Las dudas de la defensa


El defensor Caferra puso en duda la teoría del caso de la fiscalía. Dijo que Marcelo compró la droga y se retiró, no hay prueba de que hayan discutido -sólo los dichos de Eliana y Cristian- y atribuyó el incendio a una pelea de la pareja, que venía envuelta en un ciclo de violencia de género y consumos problemáticos.

Según su teoría, ella encubre a Cristian, que sería el verdadero iniciador del fuego. El imputado dijo en su defensa: «yo no me evadí, no hice nada para no entorpecer, porque no tengo el cu… (sic) sucio, hablando mal y pronto».

El juez que dirigió la audiencia, Marco Lupica Cristo, otorgó cuatro meses de plazo para investigar. Aceptó la formulación de cargos de la fiscalía, pero dio a entender que el argumento de la defensa merece ser atendido.

Marcelo está acusado de homicidio simple y tres tentativas de homicidio.

El juez también le impuso cuatro meses de prisión preventiva y ordenó a la policía que -de ser posible en medio de la crisis carcelaria- lo aloje en una celda individual y que preserve su integridad, ya que el imputado denunció maltrato de otros presos y de la propia policía.

Este martes habrá una revisión de la prisión preventiva.


El Neuquén de las inversiones multimillonarias exhibe con crudeza otro rostro ahí nomás de los pozos que baten récords de producción, que desarma el discurso del derrame. El último hito de esta saga violenta y cruel ocurrió el viernes 19 pasadas las 6 de la mañana en Añelo y se cobró la vida de un bebé de diez meses.

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