«Matan por matar»: productores en Río Negro enfrentan una catástrofe por el avance del puma

Productores ovinos en Río Negro piden ayuda urgente por el avance del puma, que está diezmando su producción en la Patagonia.

Productores ovinos en Cerro Policía, Río Negro, denuncian pérdidas por el aumento de ataques de pumas en la región. Foto Gentileza Pablo Luchetti.

En la zona noroeste de Río Negro, 25 productores ovinos enfrentan pérdidas significativas por el aumento de ataques de pumas en sus campos. Según publicó LA NACIÓN, los ganaderos, que crían ovejas, chivas y algunas vacas en la región de Cerro Policía, solicitaron apoyo urgente al gobierno provincial para controlar a este depredador que amenaza con llevar a la quiebra su modo de vida.

Desde el 2018, los productores vieron un aumento considerable en la presencia del puma en sus tierras, lo cual generó un impacto directo en su producción. En palabras de Pablo Lucchetti, tercera generación de ganaderos y uno de los afectados, la situación es crítica.


Avance del puma en la Patagonia: 25 productores ovinos en crisis por ataques en Río Negro


Según LA NACIÓN, Lucchetti explicó que el avance de los pumas se debe, en parte, al abandono de campos en el sur del departamento de Curacó, donde muchos ovejeros, cansados de lidiar con estos ataques, dejaron la región. Esto empujó a los felinos a buscar nuevos territorios, alcanzando así las tierras de estos pequeños productores.

«Ya no sabemos qué hacer», expresó Lucchetti. Según él, un solo puma puede recorrer hasta 15 kilómetros en una noche para cazar su presa. «Un puma puede matar hasta 30 ovejas en una sola noche, come una y deja las otras muertas. No es solo un ataque; es una catástrofe para nuestra producción», sostuvo. Este último año, Lucchetti perdió alrededor de 80 ovejas y 40 corderos recién nacidos, situación que afecta a muchas familias que dependen de esta actividad para su sustento.

Para los pequeños ganaderos, controlar la presencia del puma se ha vuelto una tarea ardua y costosa. La mayoría recurre a métodos de protección caseros, como instalar luces que ahuyenten a los animales, colocar trampas y patrullar sus campos cada mañana con perros galgos.

Sin embargo, estos esfuerzos resultan insuficientes. A pesar de sus esfuerzos, el puma se volvió un visitante constante en sus propiedades, con un impacto económico y emocional que, según ellos, es difícil de soportar sin apoyo gubernamental.

Además, los productores explican que el territorio agreste y pedregoso de Cerro Policía favorece la supervivencia del puma. Este animal, que suele cazar de noche, encuentra en estas tierras un hábitat ideal para desplazarse sin ser visto. «No es solo el hecho de que cazan ovejas y chivos; el puma se ha vuelto una plaga, con crías y manadas que aparecen constantemente», relató Lucchetti. La estrategia de estos depredadores es astuta: muchas veces entierran sus presas para regresar y continuar alimentándose después, lo que dificulta la tarea de los ganaderos de seguir su rastro.

La situación generó tal alarma que, hace dos semanas un grupo de productores se reunió con funcionarios del gobierno provincial para expresar su preocupación.

Como resultado de este encuentro, lograron conseguir cinco trampas adicionales para cada grupo de cinco productores y el compromiso de evaluar un aumento en el valor de los cueros de puma. Hasta ahora, los productores recibían $25.000 por cada cuero, una cifra insuficiente para cubrir las pérdidas que ocasiona el depredador en sus majadas. Con las nuevas gestiones, aspiran a que el valor de cada cuero alcance los $300.000, incluyendo aportes de la Comisión de Fomento local.

Sin embargo, los ganaderos insisten en que esto no es suficiente. Además de patrullar sus campos en busca de agua y pasto para sus animales, se ven obligados a actuar como cazadores, una tarea para la cual no están entrenados y que implica un riesgo considerable. La falta de cazadores especializados en la zona también contribuye a la dificultad de controlar la población de pumas, que sigue creciendo.

Para muchos, la situación actual es insostenible. «La sociedad nos ve como criminales porque defendemos nuestra producción, pero este animal nos está matando», sostuvo Lucchetti.

Ante la mirada de los proteccionistas, los productores sienten que sus necesidades no son comprendidas y que son juzgados por actuar en defensa de su sustento. Según Lucchetti, la falta de políticas públicas efectivas y de apoyo concreto está llevando a muchos productores a abandonar sus tierras, lo cual, además, agrava el problema, ya que la reducción de actividad ganadera en el área favorece la proliferación de estos animales.

Los productores de Cerro Policía insisten en que es necesario que el gobierno provincial tome medidas urgentes y efectivas para apoyarlos. De lo contrario, temen que el impacto del puma en sus majadas termine por obligarlos a dejar la actividad ganadera. “Necesitamos ayuda urgente del gobierno de Río Negro. No podemos seguir solos en esta lucha. El puma nos está dejando sin nada”, afirmó Lucchetti.

La incertidumbre y la falta de respuesta a su situación, que consideran una verdadera “catástrofe productiva”, mantienen en alerta a los ganaderos que, cada día, enfrentan las huellas de este depredador en sus tierras.


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