Más de 30 familias quedaron aisladas por la crecida del río Manso, cerca de El Bolsón
La ruta provincial 83, a la altura del kilómetro 24 en El Manso Inferior, quedó instransitable por el desborde del río Foyel y la crecida del río Manso.
A raíz de las intensas lluvias se desbordó el río Foyel y generó una crecida del río Manso lo que ocasionó la intransitabilidad de la ruta provincial 83, a la altura del kilómetro 25. De esta forma, más de 30 familias residentes en el Manso Inferior quedaron aisladas.
Un micro de la empresa Koko que realiza el traslado de Bariloche a El Manso una vez por semana quedó atascado en la ruta 83 ayer por la mañana y recién logró salir horas más tarde con la ayuda de los vehículos del Servicio de Prevención de Lucha contra Incendios (Splif) y el tractor de un poblador. «El colectivo quedó encajado. Le iba entrando agua y las vecinas gritaban pidiendo ayuda. Nos acercamos un grupo de vecinos de la zona con tractores y la gente del Splif para auxiliarlos», contó Gabriela Fleitas, una vecina de El Manso Inferior.
El martes fue la máxima crecida del río Foyel y del Manso que se mantiene hasta ahora. «Solo transitan vehículos 4×4 en caso de necesidad, pero en varias ocasiones también se han encajado ya que ese sector está con mucho barro y agua«, contó Adriana Lengel, directora de la escuela 92.
Según los pobladores de El Manso Inferior, los cortes del camino debido a los desbordes del río Foyel son constantes todos los años, aunque este invierno la situación fue más compleja.
«Tuvimos una cantidad de milímetros importantes de lluvia en el cordón cordillerano. En El Manso tenemos los dos ríos que pasan por el valle: el Foyel y El Manso que desembocan en Chile. Tuvieron un nivel de crecimiento que no registrábamos desde hace 5 u 8 años porque veníamos de años de sequía», afirmó el comisionado de Fomento de El Manso, Pablo Albornoz.
Aseguró que no hubo casas afectadas por el desborde aunque un sector de la población quedó anegado, a partir del kilómetro 25. «La gente no necesita asistencialismo, pero hay malestar. Si bien las casas están construidas sobre la margen del río, nunca en la historia ha llegado el río. Sí hubo gente a la que asistimos con módulos alimentarios o forrajes», sostuvo.
Fleitas consideró que los pobladores de El manso Inferior se encuentran en «una situación de emergencia absoluta». «Dependemos básicamente del Splif y de los vecinos que tienen tractores. No logro entender cómo siendo un lugar turístico en verano, no haya soluciones para los vecinos en invierno. Hay mucha gente mayor. Tenemos una única salita de salud y una escuela pública. Todos los años nos pasa que no se puede transitar», afirmó la mujer.
Lengel comentó que tiempo atrás, se inauguró un puente nuevo en la zona y pensaron que sería una solución al problema de los desbordes, «pero es tanto el caudal de agua que no resultó suficiente». «Por más que hoy baje el agua, necesitamos que arreglen lo antes posible ese sector porque hay mucho barro. Pedimos que evalúen nuevamente si se debe levantar el camino o hacer otro puente, porque no es suficiente con el que hicieron. Es mucho caudal de agua la que pasa», opinó.
La situación actual pone en dudas el comienzo de las clases en la escuela 92, tras el receso de invierno, previsto para el lunes próximo.
El último miércoles, un grupo de vecinos logró acercar bolsas con forraje para los animales hasta la zona afectada. «Hay mucha solidaridad, pero no es la cuestión. Ni siquiera pusieron cartelería para alertar sobre la situación. Falta contención. Los vecinos sentimos mucha impotencia, pese a que estamos muy conectados«, dijo Fleitas.
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