Martín Bisi, el escalador de San Martín de los Andes que desafía la gravedad

Lo que para algunos es imposible, para él es cotidiano. Lo que para otros es un abismo, para este hombre de 41 años es adrenalina. Martín Bisi escala, testea vías y vence la gravedad.

Los humanos no flotamos. O al menos de manera natural. La fuerza de gravedad nos atrae al centro de la tierra. Pero, Martín Bisi, la desafía. Busca, día a día, sentir que el mundo no es horizontal.

Ayer escaló el Cerro Abanico, en la costa del Lago Lacar en San Martín de los Andes. Hoy a la mañana entrenó en el muro y es probable que a la tarde vaya de nuevo. Mañana hará alguna que otra pared, con o sin clientes, como le salga. Así es la vida de Martín Bisi, un escalador que la Patagonia adoptó.

Empezó a escalar a los 17 en Buenos Aires, en zona norte. En aquel momento iba a un muro, puertas adentro, a practicar. Con su padre hacía deportes al aire libre, en la montaña, cuando viajaban a la Patagonia. “Siempre me gustó hacer fuerza”, cuenta, “para escalar para arriba”.

A los 19 escaló por primera vez una montaña. Una de verdad. Fue en un viaje familiar, en Sudáfrica. “Después de eso”, recuerda, “ya me compré algo de equipo”. A partir de ese momento su vida colgado de la montaña empezó a ser más frecuente.

Con 20 se mudó a San Martín de los Andes y ahí desplegó el arte de la escalada. Escaló muros indoor y rocas locales. “Este es un deporte que siempre te dan ganas de explorar”, dice, “siempre querés conocer otros lugares, otras rocas, otras vías. Una vez que hacés una, después querés otra de más dificultad. Es un deporte hermoso”.

Escalar una montaña no es tarea fácil. Pero tampoco imposible. Hay que tener el equipamiento y cerciorarse que la subida sea segura. Y tener un compañero. Claro, es que se practica en grupo. Uno sube, y el otro queda abajo, para asegurar y recibir la ataja si hay caída.

Aunque parece extraordinario, caerse en la escalada es común. “Se llama volada”, explica, “y es algo frecuente”. El cuerpo queda colgando en el vacío, atado de la cuerda y al arnés. “Caerse”, dice, “no es traumático. Pasa todo el tiempo. Por eso hay que saber dar seguro. Para poder atajar a tu compañero”.

Martín desafía la gravedad y también a las estaciones del año. Su vida transcurre en invierno. Es que claro, además de ser guía de alta montaña y de escalada es instructor de snowboard y esquí. Ahora, pronto, en diciembre, parte para Europa. Se mueve de continente, siguiendo la nieve.

“Estamos acostumbrados a vivir en un mundo horizontal”, dice, “y la montaña se pone cada vez más empinada hasta que llega la verticalidad, incluso hay rocas que pasan ese límite, es lo que llamamos desplome”.

“Vivimos en un mundo horizontal”, insiste, “donde el piso nos frena de irnos hacia el centro de la Tierra. ¿Y volar?”, pregunta, “solo podemos hacerlo con máquinas. Entonces, con toda la seguridad que se requiere, este deporte es una manera”, cierra, “de estar en el aire”.

Consejos para empezar a escalar:

Martín Bisi sugiere que esta actividad se comience en las infancias. Para conocer el equipo que hay que utilizar, para saber colocarse un arnés, para aprender a estar en la vertical.

Aunque claro, no es un deporte que tenga límites de edad. Se puede comenzar en cualquier momento. Lo que si hay que asegurarse es de tener todas las medidas de protección y seguridad que se requieren. Se puede comenzar por muros indoor, luego de a poco ir a la montaña e ir avanzando de manera progresiva.

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