Luis y Edith, 24 años al lado de las infancias en riesgo

Grupo Encuentro nació en los 90 cuando niños y adolescentes dormían en la calle y pedían comida en los supermercados. Hoy, la realidad cambió pero no mejoró.

Tres décadas atrás, la imagen de niños y adolescentes durmiendo en la calle, tapados con cartones, cirujeando en busca de alimentos o pidiendo algún tipo de ayuda a la salida de los supermercados no resultó ajena a una pareja de Bariloche que se puso manos a la obra para intentar cambiar la realidad.

Edith Spinoza y Luis Fernández fundaron el Grupo Encuentro a fines de 1989 con la idea de generar un espacio para niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. El desafío se cumplió. Hoy ya no se ven chicos durmiendo en la calle, pero surgen otras situaciones preocupantes donde poner la mirada.

“Luis y Edith venían de integrar una organización llamada APAN, solventada económicamente por trabajadores del Casino, que brindaba un espacio de contención a niños y adolescentes. Cuando ese proyecto se cae y el lugar cierra, comenzaron a juntarse con los chicos donde estaba Pumper Nic. Llevaban una pelota y alguna chocolatada”, contó Alejandra Sambueza, una de las educadoras del Grupo Encuentro.

Edith Spinozza, una de las fundadoras del Grupo Encuentro. Foto: Chino Leiva

También se sumó el sacerdote Juan Angel Dieuzeide y algunas personas que colaboraban con la iglesia Catedral. “Había personas con diferentes credos y experiencias unidas por la intención de lograr el bienestar de las infancias. El escenario era muy crudo. En ese momento, a los chicos los perseguía la policía por estar mendigando. Salían por hambre. Estaban muchas horas en las calle y por lo tanto, estaban expuestos a otros peligros”, explicó Sambueza.

Poco a poco se fue gestando el Grupo Encuentro con la finalidad de mejorar la vida de las infancias en condiciones de vulnerabilidad. El objetivo inmediato era sacar a los niños de la calle.

“La idea fue aportar un lugar donde pudieran estar. Había chicos que no querían volver a sus casas y dormían en la calle. Muchos dormían en las entradas de las galerías y se tapaban con cajas. Antes era común ver eso; hoy con las leyes que hay, no”, recordó Sambueza.

Las actividades recreativas de la institución son muchas. Una de ellas es el taller de panadería. Foto: gentileza

Los encuentros con los chicos se trasladaron a un predio municipal en la calle Pablo Mange, al sur de Bariloche que, el municipio cedió en comodato. Recién el año pasado, se firmó la escritura del predio a nombre de la asociación civil aunque se aclaró que, en caso de abandonar la labor comunitaria, ese terreno volvería al municipio.

A medida que el grupo fue creciendo, se incorporaron diversas actividades. “En un principio era solo eso: un lugar donde dormir, comer y hacer tarea. Brindar abrigo. Cuando se logró salir de la urgencia inmediata, se sumó una panadería (donde se enseña el oficio), un comedor y actividades recreativas”, expresó Sambueza.

Esta mujer lleva en el grupo 20 años. “Decidí participar al pensar que había muchos jóvenes que no habían tenido la misma oportunidad que yo de tener una familia y poder estudiar. El trabajo me parecía emocionante, tierno. Estoy convencida de que hay chicos que la pasan mal porque no tienen oportunidades”, aclaró.

El Grupo Encuentro encabeza la Marcha por los Derechos de los Niños y Adolescentes. Foto: Chino leiva

Hoy, unos 60 niños y adolescentes, de 4 a 18 años, concurren al espacio a contraturno de la escuela de lunes a jueves para desayunar, almorzar y merendar. Además, participan de actividades como fútbol callejero, taller de música, de panadería y de artesanía.

Un grupo de panaderos adolescentes elabora alfajores para las escuelas de la Fundación Gente Nueva; otros panaderos adultos hacen pan para diez escuelas de Bariloche. “Tenemos un convenio con el Ministerio de Educación que nos permite cubrir muchos gastos del grupo”, dijo Sambueza.

Hoy el Grupo Encuentro cuenta con el trabajo de unas 20 personas entre educadores, panaderos, cocineras, colaboradores y voluntarios.

“En Bariloche faltan espacios para las infancias. Hoy, las problemáticas son otras: no hay niños en la calle, pero hay muchos que están solos en sus casas porque hay mamás que salen a trabajar todo el día. No está ese apoyo, ese abrazo para ver como se sienten o ayudar en las tareas”, describió Sambueza y agregó: “En las familias sigue habiendo mucha violencia, muchas situaciones de consumo que es necesario acompañar. A las infancias de ahora les cuesta mucho salir, pero lo cierto es que compartir un espacio con otros compañeros que estén en la misma es aliviador. Acá compartimos penas y alegrías”.

El Grupo Encuentro encabeza la Marcha por los Derechos de los Niños y Adolescentes. Foto: Chino leiva

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