Luis Petri prohíbe el lenguaje inclusivo: “No se ataca el uso de la lengua, sino al movimiento político que está detrás”
En el Ministerio de Defensa no se podrá usar la “e”. El funcionario anticipó sanciones para quienes no lo cumplan. Emilse Kejner, doctora en Lingüística, analiza la decisión y explica la potencia de su uso.
Se sabe: hay mecanismos que se utilizan para desviar la atención, opacar noticias o resaltar otras. Desde hace días la cifra recorre portales y noticias: más de la mitad del país está en situación de pobreza. Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, 27 millones de personas son pobres, el 57,4% de la población. Nadie puede estar ajeno a una noticia así. Tampoco al dato de inflación: según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en enero fue del 20,6%. Así acumuló 254,2% en los últimos 12 meses.
Pero, en el medio surgen noticias que llaman la atención, que copan por momentos la agenda informativa. Así fue, “Luis Petri” estuvo entre los términos que se buscaron ayer en Goggle. ¿La noticia? El ministro prohibió el uso del lenguaje inclusivo en su cartera. Así lo publicó ayer en el Boletín Oficial: “Prohíbase la utilización del llamado “lenguaje inclusivo” en el ámbito del MINISTERIO DE DEFENSA, las FUERZAS ARMADAS y los organismos descentralizados del MINISTERIO DE DEFENSA”. La resolución especificó el retorno a los sufijos femeninos o masculinos, desestimando el uso de la letra «e». Y advirtió también que el “incumplimiento será sujeto a responsabilidad en los respectivos ámbitos”.
Y acá vale preguntarse: ¿Qué hay detrás de esta decisión? ¿Es importante insistir con la explicación pedagógica de qué es el lenguaje inclusivo y cuál es su potencia? ¿Es parte de una agenda de temas que hoy – al lado de la cantidad de personas en situación de pobreza y pérdida de capacidad adquisitiva – queda desactualizada?
“Cuando alguien ataca o prohíbe el lenguaje inclusivo, lo que está intentando atacar no es efectivamente el uso de la lengua”, explica Emilse Kejner profesora en la carrera de Letras de la UNCo, doctora en lingüística y especialista en estudios de las Mujeres y de Género, “lo que ataca es al movimiento político que está detrás de esa propuesta”.
La utilización del lenguaje inclusivo supone un proceso de dejar atrás maneras de nombrar e interpretar al mundo y promueve otras que evitan perpetuar estereotipos y que buscan incluir a quienes no están dentro del par femenino/masculino. “El lenguaje inclusivo es en realidad un conjunto de acciones lingüísticas, pero que tienen en el fondo un objetivo político de denunciar y mostrar que en la lengua española hay formas que invisibilizan y discriminan a alguna parte de la comunidad”, especifica Kejner.
Las preguntan que surgen son ¿Por qué ahora parte del gobierno busca prohibir el lenguaje inclusivo? ¿Qué lo motiva? “Hay sectores en el gobierno que están como agazapados esperando que aparezca cualquier espacio en el que puedan volver atrás cualquiera de los avances que hemos logrado. Dentro del espacio de gobierno hay un núcleo muy conservador que lo que busca es volver a la idea de “dios, patria y hogar”, explica Kejner. Y entonces surgen nuevos interrogantes: ¿Hay manera de legislar la lengua? ¿Hay posibilidad de prohibirla? Kejner es clara: “no se puede, las personas usamos la lengua para comunicarnos todos los días, todo el tiempo. Las lenguas cambian y esos cambios tienen que ver con los usos que hacemos las personas”.
Entonces ¿Qué hay detrás de defender o prohibir el lenguaje inclusivo? “Si uno tiene una concepción de la lengua como la que nos permite nombrar el mundo en el que estamos, lo que está detrás del lenguaje inclusivo es, visibilizar a un sujeto que tiene derechos. Cuando defendés el lenguaje inclusivo, defendés los derechos de ese sujeto”. Y aclara: “si pensamos en la metáfora de superficie/profundidad el lenguaje inclusivo es la superficie de un camino de feminismos y de lucha por los derechos humanos”. Y suma: “no estaríamos defendiendo el lenguaje inclusivo, estaríamos defendiendo políticas. No me extrañaría que en cualquier momento digan que quieren limitar los DNI, que saquen la posibilidad del DNI no binario”.
Kejner, por último, cierra: “el lenguaje inclusivo es la cara de políticas más progresivas, que suponen, a la larga y bien implementadas, cambios más profundos en la sociedad. Por ejemplo: garantizarles a todas las mujeres el derecho a planificar la maternidad, a largo plazo, cambia las sociedades. Detrás del lenguaje inclusivo está el derecho a la identidad, el derecho a ser nombrado, el derecho a las mujeres a no formar familia”.
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