Los pros y contras de hacer ayuno intermitente
La práctica que consiste en limitar la ingesta durante períodos de tiempo determinados puede ser beneficiosa para algunas personas, dependiendo del estilo de vida. Sin embargo, existe un sector de la población que debe evitarlo porque podría ser perjudicial.
El ayuno intermitente se volvió tendencia en los últimos años y muchas personas realizan esta práctica por los beneficios que puede representarles.
¿De qué se trata? Es un régimen alimentario que consiste en acortar los ciclos de ingesta durante un determinado tiempo. No es una dieta específica, sino otra manera de consumir los alimentos según horarios.
Existen distintos métodos de ayuno intermitente y cada uno podría aplicar a distintos estilos de vida. Por ejemplo:
– Los ayunos de 16:8 proponen comer en una ventana de ocho horas y no hacerlo durante 16 horas.
– Por otro lado, están los ayunos alternos en los que no se consume nada por 24 horas y al otro día la alimentación es normal.
– Finalmente, el ayuno prolongado en el que no se consumen alimentos durante 24 a 72 horas. Durante todo ese tiempo las personas beben agua, té o café.
Por lo general, el ayuno más utilizado es el de 16:8, ya que es el más sencillo. Así todo, los beneficios que representa son prácticamente los mismos que trae aparejada la pérdida de peso en general en personas con obesidad.
Por otro lado, existen algunas contraindicaciones por las que este tipo de prácticas no pueden ser realizadas por todos, por ejemplo en:
– Personas diagnosticadas con diabetes.
– Personas con insuficiencia renal.
– Personas embarazadas o en período de lactancia.
– Personas con hipertensión arterial.
– Personas con presión baja.
– Niños y adolescentes.
– Personas con antecedentes o diagnóstico actual de un trastorno de la conducta alimentaria.
Algunas de las advertencias principales de esta práctica es que puede ocasionar problemas de ansiedad y estrés, que incluso pueden derivar en atracones de comida, acidez y pesadez.
Otros posibles efectos son: dificultad para ganar masa muscular, mareos, boca seca, estreñimiento y deshidratación, pérdida sustancial de vitaminas y minerales, e irritabilidad, según especialistas del portal Policlínica Metropolitana.
Por eso, es indispensable que quienes quieran realizar esta práctica consulten con un nutricionista especializado en el área y, de esta manera, descubrir si aplica o no para su caso.
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