Los insectos no se sienten atraídos hacia la luz: en realidad, intentan evitarla
Una investigación publicada en Nature, sugiere que la iluminación artificial puede atrapar a los insectos que pasan volando, ya que los desorienta.
Un grupo de investigadores de Imperial College de Londres descubrió, a través de técnicas de videografía, que la luz artificial interrumpe las tareas vitales de diversos insectos y perturba su sentido de la orientación, lo que hace parecer que se sintieran atraídos a ella.
Para entender qué ocurre, es importante tener presente el término «actitud de vuelo», que se refiere a la posición adoptada por un insecto mientras está en el aire, y se relaciona con su capacidad de vuelo y comportamiento aéreo. A lo largo de la historia, los insectos desarrollaron mecanismos ante el hecho de que el cielo ha sido significativamente más brillante que la tierra. Por esto, según ScienceAlert, cuando aparece una fuente de luz que compite con la natural, moscas, polillas, escarabajos, entre otros insectos, se encuentran en una espiral errática de correcciones de rumbo continuas, dando la ilusión de una fascinación con dicha luz. Pero esto no es lo que realmente ocurre.
El equipo de investigadores capturó las trayectorias de vuelo de los insectos alrededor de las luces usando capturas de movimiento infrarrojo de alta resolución en un laboratorio y grabaciones de video infrarrojo de alta velocidad en Costa Rica, según The Guardian. Las imágenes revelan que una y otra vez, polillas y libélulas dieron la espalda a las luces artificiales, causando estragos en sus rutas de vuelo.
El estudio publicado en Nature analiza 477 instancias de diferentes tipos de insectos volando cerca de luces artificiales, descubriendo patrones de comportamiento repetitivos que los hacían girar en espirales desorientadoras. Sin embargo, si el viento los desviaba de su curso, a menudo podían escapar. Luego, probaron diferentes escenarios de iluminación y descubrieron que las fuentes de luz colocadas en la parte superior pueden permitir que los insectos eviten las trampas de luz más bajas.
Al chocar con otras señales de orientación, como la gravedad, los insectos pueden sentir vértigo. En el caso de las avispas, chocan contra otros objetos y las libélulas se precipiten hacia el suelo, de acuerdo con ScienceAlert.
Samuel Fabian, entomólogo del Imperial College de Londres y participante del estudio, comentó en este video de Nature que existen algunas especies de insectos que vuelan durante la noche que no han sido atraídos por la luz. «Si no usan la luz para orientarse y vuelan cerca de la ella pero no los atrapa, se podría generar un vínculo entre el fenómeno comportamental que hace que los demás insectos sí se sientan atraídos a la luz. No podemos decir con seguridad que esta es la única influencia de la luz en un insecto cuando vuelan, puede haber otros factores».
«Al contrario de lo que se espera de la atracción, los insectos no se dirigen directamente hacia la luz», dijeron los investigadores en el estudio . «En cambio, los insectos dan la espalda hacia la luz, generando vuelos perpendiculares a la fuente».
Comentarios