«Llegué, tienen un nieto contador», la historia detrás del video del joven de Roca que se hizo viral
Emiliano Montero es el primer graduado universitario de su familia. En un caluroso discurso se lo dedicó a sus abuelos.
Emiliano Montero sube en saco y corbata al escenario. Detrás del atril dirá un discurso que en pocos días tendrá miles de reproducciones y se hará viral.
“Hoy soy el primer graduado universitario de una familia de laburantes, personas que dejaron de lado sus propios intereses y prioridades para hacerse del mismo objetivo que el mío: finalizar los estudios”, empieza. A medida que avanza, su voz es cada vez más temblorosa. El público lo acompaña. La emoción es grupal. Sigue: “Cuando comencé la carrera anhelé poder decirles a mis abuelos: lo logré. Uno de mis mayores miedos era que el tiempo, tirano por naturaleza, no me permita decirles: llegué tenés un nieto contador”.
Sin buscarlo, sin quererlo, el discurso de Emiliano tuvo miles de reproducciones. Algunas frases las pensó días antes, pero no tuvo mucha planificación. Fue un discurso que salió espontáneo y fresco.
Emiliano nació en General Roca y empezó el secundario en el Centro de Educación Técnica Nº 1. “Mis papás tenían la idea de que el título del secundario era importante, era la base, pero yo no me veía ahí”, cuenta. Por eso, se cambió al Colegio Domingo Savio. Ahí tampoco logró buenas notas.
“Nunca fui un buen estudiante, siempre fui medio vago, llegaba con lo justo, con amigos que me daban una mano. De hecho, siempre estaba la encrucijada con los profes que decían que yo iba a terminar en cualquier lado”. Pero, hubo uno, el de Contabilidad, que lo trató distinto. Le mostró otra forma de transitar el secundario.
“Con Juan Carlos Martín estoy totalmente agradecido”, dice, “me dio confianza, me levantó la autoestima, me hizo sentir que era capaz, que podía ser inteligente. Él creía que yo en el secundario me aburría porque los profesores no me desafiaban”.
Este profesor, incluso, se tomó el trabajo de ir a su casa y hablar con sus padres y recomendarles que estudie Contabilidad. “Le voy a estar siempre agradecido”, insiste.
Fue así que Emiliano decidió seguir una carrera universitaria. Se mudó a Bahía Blanca donde su hermana estudiaba arquitectura. Empezó en 2019 y terminó de cursar en 2023. El siete de agosto dio su último final: Práctica Profesional Integradora y así se convirtió en el primer profesional universitario de su familia. La noticia revolucionó al padre, a la madre, pero sobre todo a sus abuelos: a Delia de 79, a José de 76 y a Mabel de 73.
“Mirá lo lejos que estaban mis abuelos de la universidad”, cuenta, “que cuando teníamos el receso invernal y yo visitaba a mi abuela me preguntaba si me habían dado franco”.
Cuando se recibió todo fue emoción. Y después también.
“Me había recibido ya hacía una semana y volvía a hablar con mi abuela y se quebraba en llanto de nuevo. Tenía emoción, orgullo, era todo felicidad”.
“Toda mi vida crecí con el concepto de tener que estudiar para ser alguien en la vida. Eso me habían dicho mis viejos, mis abuelos. Pero, estábamos equivocados. Porque el título es un papel que no te hace mejor, ni peor, ni más ni menos que nadie. Pero si, y gracias a la universidad pública y al apoyo de todos ellos, lo que tenés es un piso de partida un poco más estable frente a turbulencias en un país como este”.
Emiliano sigue emocionado y sus abuelos también. El esfuerzo, el estudio, el apoyo, las velas prendidas y las oraciones hoy se transforman en alegría.
“Mi abuela quiso ser enfermera, la otra farmacéutica y mi abuelo administrador de empresa y no pudieron”, cierra, “yo me gradué, pero atrás mío también lo hicieron los que quisieron y no pudieron, como mis abuelos”.
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