Las mujeres siguen cuidando, aun cuando superan los 65 años
Este es uno de los datos del informe sobre personas mayores en Neuquén que aborda no sólo el uso que hacen del tiempo, sino también indicadores como salud integral, educación, autonomía.
Generalmente cuando se habla del trabajo no pago que sostiene la vida -las labores domésticas, comunitarias, de cuidado de niños y niñas en el hogar- se piensa en jóvenes. Sin embargo las personas de más de 60 también participan de estas tareas y la desigualdad sobrevive el paso de los años: son las mujeres mayores las que le dedican una cantidad de tiempo superior a los varones.
En Argentina las adultas de 65 años o más destinan 6.38 horas diarias al cuidado de miembros del hogar y los adultos de la misma franja 3.18 horas diarias. Esto condiciona el resto de sus ocupaciones.
Por caso en Neuquén, el 9,5% de las personas mayores de 60 años declaró realizar un nivel de actividad física alto, el 31,2% un nivel medio y el 59,3% bajo. En cuanto a las causas de una menor actividad física, las tres más mencionadas por varones son razones de salud (33,6%), falta de interés (10,8%) y falta de tiempo (8,2%), mientras que entre las mujeres son razones de salud (39,5%), falta de voluntad (21,9%) y por cuidado de personas (5,5%).
Los datos forman parte del informe 2023 sobre personas mayores del Observatorio de Derechos Humanos de Neuquén. El documento fue construido sobre la base de una serie de estadísticas que describen aspectos tales como: la salud integral, la participación social, la jubilación, el trabajo remunerado y no remunerado, la educación, el uso de nuevas tecnologías, la sexualidad y el enamoramiento.
Para la directora del Observatorio, Gabriela Bercovich, es relevante indagar sobre la situación de esta población, ya que de acuerdo a la estimación realizada por Indec para 2020 la esperanza de vida de las mujeres en la provincia era de 82,8 años, la más alta del país, y la de varones era de 76,39 años.
«Nos imaginamos un abuelo con un bastón o una abuela con un bastón, y en realidad estamos hablando de personas que tienen una vida muy activa. Estos estereotipos que están vinculados con personas que por ahí no tienen ganas de enamorarse o de hacer actividad física, cuando uno empieza a analizar los datos vemos que pasa todo lo contrario», aseguró.
Si bien hay brechas más pronunciadas que otras, por ejemplo en el acceso a la oferta educativa (ver aparte), o en la calidad de vida (el 37% de los más 60 en Neuquén percibe que su salud es regular a mala, el 35,4% siente dolor o malestar moderado y el 27,2% presenta dificultad para caminar) lo cierto es que eso no implica que tengan vedada su autonomía.
El informe examina una dimensión que es la dependencia, entendida como la necesidad de apoyo de personas para desempeñar actividades básicas (alimentarse, bañarse, vestirse) e instrumentales (comprar, administrar medicamentos), a causa del padecimiento de enfermedades crónicas y discapacidades. El 10% de las personas mayores tiene algún grado de dependencia básica y el 22% instrumental.
“Hay un porcentaje que necesita un acompañamiento, pero que no necesariamente tiene que ver con sacarlo de su hogar. Por que a veces pareciera que la solución es abrir un millón de geriátricos y no es eso. Todo lo contrario. Es darle herramientas para que mantengan su autonomía y puedan estar en su casa. Lo que sí se necesitan en algunos casos es un acompañamiento para actividades cotidianas”, sostuvo la directora.
La oferta educativa, una brecha entre la capital y el interior
Bercovich consideró que uno de los aspectos más preocupantes que revela el informe, y sobre el cual el Estado debería poner la lupa, es la educación. En Neuquén, el 24% de las personas mayores de 60 años alcanzó al menos el nivel secundario, según los datos del censo 2010. «Eso a la larga termina generando una brecha muy importante en cuanto a cuestiones de autonomía y del uso de TIC. Quienes tienen más acceso, quienes logran niveles educativos más altos tienen mayores manejos del celular, de la computadora, de internet«, afirmó.
Planteó que el Observatorio identificó «las propuestas que desde el Estado se les están dando a las personas mayores y si bien están, hay un área de Educación para Adultos, lo cierto es que no están ahí las personas mayores, hay que pensar por qué. La mayoría se dedica más a hacer talleres de oficio, porque necesitan muchas veces seguir trabajando, entonces se siguen perfeccionando para poder vivir».
Bercovich señaló además la diferencia en la oferta educativa que existe para esta población, si se compara la ciudad de Neuquén con el resto de la provincia. Esto implica que en las localidades haya, por ejemplo, algún centro de formación profesional (CFP) o del programa «UPAMI» (Universidad para Adultos Mayores Integrados).
En el informe se registró «una mayor concentración de oferta educativa para personas mayores en el Departamento de Confluencia, mientras que los departamentos con menor concentración poblacional cuentan con escasa o nula oferta educativa (Catan Lil, Collón Curá y Huiliches no cuentan con ningún CFP, y en el caso de Añelo, Catan Lil, Chos Malal, Loncopué, Minas, Pehuenches, Picún Leufú, Picunches y Ñorquín, no tienen ofertas de Talleres Pami)».
«Una línea rápida que se podría tomar es eso: analizar el tema, brindar más oportunidades e incentivarlos a que terminen estos estudios, porque termina siendo una herramienta para desenvolverse en la vida cotidiana», agregó la funcionaria.
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