Las huertas familiares suman adeptos en Neuquén
Hay unas 10.000 distribuidas en las unidades productivas que tiene la provincia y en viviendas particulares. Son espacios promovidos por el Proda. Además de la ayuda de profesionales, se incorporó un chat de inteligencia artificial para brindar asistencia.
“Tener las manos sucias por trabajar la tierra es un placer. Es una descarga. Lleva trabajo, pero después tenés los beneficios y los placeres. Es terapéutico. Te olvidás del mundo. Y la ensalada hecha con lo de la huerta tiene otro gusto”. Las palabras son de Laura Silvana Grzona, una de las personas que produce en la huertas protegidas de Neuquén, espacios promovidos por el Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda) del ministerio de Producción e Industria de Neuquén. Unas 10.000 familias participan en las unidades didácticas productivas que hay en toda la provincia, algunas ubicadas en sus propias casas.
Grzona contó que todos los días se acerca para trabajar con las plantas. “Es siempre un aprendizaje”, dijo.
Asiste al espacio ubicado en el Tenis Club de Neuquén y arrancó durante la pandemia. “Es hermoso cuando sale la planta”, aseguró sobre la experiencia.
Dijo que el espacio en un primer momento tenía seis bancales y ahora cuenta con 53. Además, hay un invernadero. La producción es toda agroecológica y se obtienen verduras frescas y saludables. Es decir no se utilizan agroquímicos para su cultivo.
La huertera contó que cada semana tienen el asesoramiento de una profesional del Proda.
Además, con regularidad se brinda una capacitación sobre temas diversos, como fechas de siembra, cómo hacer recolección de semillas, suelos, compost, combate de plagas con métodos agroecológicos, entre otros.
El director del Proda, Aldo González, indicó que en Neuquén y Centenario hay 20 huertas protegidas que, entre sus características, tienen el cercamiento perimetral, la división de parcelas, el desarrollo de los espacios productivos y el área social.
Marisa Moretti empezó en 2018 en la huerta del colegio Padre Fito en donde, actualmente, hay 19 personas entre hombres y mujeres. Se sumó después de conocer del programa cuando se acercó a una de las globas del Proda en una de sus exposiciones. Allí le comentaron algunos vecinos que trabajaban la tierra y decidió sumarse. “En mi casa no tenía espacio para hacer huerta”, dijo, por lo que lo vio como una gran oportunidad.
Comentó que cada persona trabaja en su espacio y obtiene una producción que usa para su consumo familiar. Sumó que los conocimientos adquiridos son útiles para una salida laboral.
“Arrancamos desde la semilla, y se sigue hasta el final del proceso. De hecho, recolectamos nuestras propias semillas”, relató sobre su experiencia.
“La huerta la cuidamos entre todos. Hay una limpieza de los lugares en común. El espíritu es un trabajo solidario”, agregó.
Destacó que desde el Proda se promueve “hacer cosas nuevas” y al respecto dijo que realizaron experiencias con azafranes y con deshidratado, por mencionar algunas. Todas acompañadas y asesoradas por profesionales.
Horacio Sepúlveda desde hace 15 años está en la huerta ubicada sobre calle Leguizamón, casi Arroyo Durán. “En mi vida siempre anduve en chacra. Me gusta la tierra. Producir sano y nutritivo”, contó a Río Negro. En su caso, estuvo casi desde el inicio del espacio productivo. “Había que armarla, empezar de cero y los primeros años fueron duros”, recordó.
Contó cuántas vivencias tuvo desde que se sumó al lugar. Una de las que mencionó fue la participación en ferias y la interacción con las personas de otras huertas. También, los locros hechos con el zapallo cultivado ahí que “le daba un sabor especial”.
Sepúlveda es un hombre jubilado y el momento de trabajar con las hortalizas lo definió como un relax. “Ahora estoy teniendo una experiencia con producción de hongos”, acotó.
Muchos de los huerteros además participan de otros espacios relacionados con la actividad. La semana pasada, en el centro de Neuquén se realizó una feria de agricultura urbana donde hubo venta de plantines de otoño-invierno ,y exposición y comercialización de zapallos agroecológicos .
En la capital provincial también está la huerta protegida del Hospital Heller, un dispositivo socio productivo, con fuerte vínculo con la comunidad y enfocada en la prevención, rehabilitación y promoción de la salud integral.
En la provincia de Neuquén también se está realizando el plan “Proda en casa” en articulación ya con 20 municipios, para la autoproducción de alimentos a escala familiar. Se entregan kits de semillas para huertas domiciliarias. “Se proponen siete especies de invierno y nueve de verano, aunque es solo un disparador”, explicó González.
Por medios digitales y radios locales, se intercambian y transmite los saberes a los vecinos para que realicen la actividad.
Los municipios de San Patricio del Chañar, Zapala y Loncopué se sumaron a la propuesta de instalar invernaderos para crear sus nodos de producción sostenida durante todo el año. Uno de sus fines es obtener plantines.
“La demanda tiende a crecer. En época de pandemia se produjo un crecimiento exponencial en cuanto a la demanda de hacer huerta familiar a través del programa Proda en casa. Una vez que la pandemia cesó, los municipios tomaron a cargo la asistencia a las familias. Con respecto a la zona Confluencia, se redirigieron las acciones y la energía a volver a la presencialidad en las huertas protegidas como lugares demostrativos, de capacitación y de promoción a otros huerteros familiares. No es un número estanco el de 10.000 familias”, señaló el director del Proda.
González destacó que las huertas protegidas son espacios que se convierten en una referencia barrial en lo que es producción de autoconsumo. Se realizan capacitaciones que son gratuitas y abiertas a todos los vecinos.
“Un técnico acompaña y son lugares productivos y demostrativos. La idea es que los vecinos también concurran para abordar sus dudas, consultas y también intercambiar experiencias con los huerteros que participan ahí”, dijo González.
Además, evaluó que son relevantes por los lazos sociales que se tejen en esos lugares. También desde la salud.
“El hacer huerta es un acto terapéutico. El hecho de saber que se puede o ver desarrollar un cultivo, le produce un bienestar a la persona”, aseguró.
Las personas que deseen sumarse a algunos de los espacios productivos, pueden acercarse a las huertas protegidas o contactarse por la página de Facebook “Programa Proda Neuquén”, donde también se publican las actividades, entre ellas las capacitaciones que son abiertas a toda la comunidad y gratuitas.
La inteligencia artificial complementa la tarea de técnicos
Las familias de Neuquén cuentan con una herramienta tecnológica que acompaña las tareas en la tierra. Se trata del chatbot PILHUE, un programa de inteligencia artificial aplicada a la huerta agroecológica y al compostaje. Nació en Junín de los Andes y se desarrolló en un año con intervención del equipo técnico de Proda. Entre las instituciones participantes estuvieron la Asociación Civil Taller Productivo Amulén de esa ciudad, el INTA ProHuerta AER San Martín de los Andes y tuvo el apoyo del Programa Compromiso Social Estudiantil de la Universidad Nacional de Córdoba.
Desde el gobierno provincial explicaron que es un chatbot de Telegram donde los usuarios pueden compartir fotos, recibir recomendaciones y recordatorios, realizar consultas y obtener información útil para el desarrollo de una huerta agroecológica.
Es un sistema interactivo capaz de anexar un calendario de huerta considerando variables de la región particular (como temperatura, lluvias, suelo) y dar recomendaciones personalizadas de actividades diarias, semanales y mensuales a realizar en una huerta. Además, incorpora habilidades en responder preguntas sobre identificación de plantas o insectos dañinos.
La horticultura a nivel comercial, otro perfil
En la provincia de Neuquén, además de los cultivos destinados al autoconsumo, hay más de 800 hectáreas de producción hortícola con perspectiva comercial, a cargo de unas 160 familias.
Sebastián Núñez, coordinador en el programa Hortícola y de Fruta Fina del Centro PyME-Adeneu, dijo que se trata de establecimientos que rondan las cinco hectáreas, “todos emprendimientos familiares que comercializan mayormente en el Mercado Concentrador el 95% de origen boliviano”. La mayoría utiliza riego por surco.
Expuso que en verano predomina el cultivo de tomate y también hay otras como el pimiento y cucurbitáceas (zapallo, melón, sandía). En invierno, las de hoja tales como lechugas, acelgas, espinacas o rúcula. De ese total, hay solo diez hectáreas cubiertas (invernaderos).
“Los cultivos hortícolas se generan alrededor de una gran ciudad. Pasa en otros lados de Argentina, por ejemplo, Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Córdoba. Siempre está el cinturón verde hortícola. Lo mismo ocurre acá en Neuquén. La mayor superficie de estos productores se encuentran en Confluencia por la cercanía al mercado y por la cercanía al mayor consumo que lo demanda Neuquén”, apuntó Núñez.
La mayor parte de los productores se concentra en Centenario y Vista Alegre.
Explicó que se acompaña las producciones con asistencias a campo, capacitaciones generales y financiamiento.
“Los objetivos de trabajo son maximizar la eficiencia por unidad de superficie de los establecimientos. Y uno de los ejes es la incorporación de tecnología que sería riego por goteo e invernaderos, que van de la mano. Las capacitaciones apuntan a eso. Se están usando materiales genéticos de buenos potenciales, por lo que hay margen para aumentar la productividad”, señaló.
La mano de obra es sobre todo familiar, aunque hay algunas contrataciones, principalmente en verano cuando se intensifican las tareas, por ejemplo, con la cosecha.
Otra producción que crece es la de frutilla, que se concentra en Plottier y reúne alrededor de 60 productores, que suman unas 80 hectáreas. Núñez aclaró que hay previsto un plan de relevamiento para tener datos actualizados. Se trata de producciones entre media hectárea y una y media, con “más inversión por unidad de superficie”, en comparación de lo hortícola, visualizado en mayor tecnificación por ejemplo con riego por goteo y mulching. Las ventas tienen como destino Mendoza y provincias de la Patagonia.
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