Lactancia humana: Ian, el varón trans de la Patagonia que decidió ser padre, gestó y amamantó a sus bebés

En la Semana Mundial de la Lactancia, la historia de un deseo que superó todas las barreras. Un hombre embarazado, dio a luz mellizos y formó una familia junto a Patricia. Hay infinitas formas de maternar y paternar; también de alimentar al bebé. La voz de puericultoras de Río Negro. 

La lactancia no es solo materna, es humana. Ian Alejandro Rubey lo demuestra, porque lejos de ser una “madre”, gestó a sus bebés, los trajo a este mundo y los alimentó. Hoy Manuel Amaranto y Yanay Almendra tienen dos años y atravesaron una lactancia completamente saludable que luego fue compartida, desafiando límites poco conocidos de la biología humana.  

Ian nació en Capital Federal, pero vive desde los 18 años en Puerto Madryn, provincia de Chubut. Es un varón trans de 33 años, licenciado en Ciencias Biológicas, trabaja como docente, activista por los derechos humanos y asesor en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

En la Patagonia es donde pudo liberarse y exponer socialmente su identidad de género. Así, inició una transición al salir de la adolescencia acompañado por su psicóloga, mediante una hormonización.  

“Luego de tener mi primer trabajo formal y una obra social, llegué al deseo de formar mi propia familia y ser padre, por sobre todas las cosas”, contó a Diario RIO NEGRO. En 2021 empezó a dar vida a ese deseo de manera individual, no tenía pareja en aquel momento.  

Como hombre trans, mantuvo las condiciones biológicas y no se realizó una mastectomía. «La identidad de género se mantiene intacta. Me animé a que esa fuese la forma e hice un tratamiento de fertilización médicamente asistida por baja complejidad”, contó. Acudió a un donante de esperma en el tratamiento que tenía cubierto por Ley.  

“En el primer intento quedé embarazado y en la primera ecografía me enteré de que eran mellis, que venían dos».

Ian Rubey, varón trans padre gestante de mellizos.
Ian y Patricia con los mellis. Foto: gentileza Diario Jornada.

A los cinco meses de embarazo conoció a Patricia, su actual pareja, quien adoptó a los pequeños como madre y los crio junto a él desde el nacimiento. El 29 de julio de este año, los mellizos cumplieron dos años.  

Los primeros intentos de amamantar fueron difíciles para él en el hospital. En la primera semana sentía que no podía lograr la posición correcta y se frustraba, pero logró acercarse al Comité de Lactancia del centro de salud donde recibió asesoramiento.

Producto del entorno cultural y social, Ian tuvo límites para vivir con plenitud su paternidad gestante y la lactancia de sus hijos. Solo pudo amamantar encerrado entre las cuatro paredes de su casa, como una forma de protegerse de los prejuicios y el estigma social. “Yo sentía un miedo muy latente y realmente justificado de no darles la teta en público por el rechazo de la sociedad», recordó.

«Si las mujeres muchas veces viven situaciones violentas, no me quería imaginar que me podía pasar a mí que esté dando la teta con barba”.

Ian Rubey, varón trans padre de mellizos.

Desarmar ideas inculcadas: «Más allá de la biología»


“Hay que desarmar esa relación unívoca con la cual he sido criado y todas las personas hemos sido criadas que es que gestación es igual a maternidad y maternidad es igual a gestación”, planteó Ian.

Contó que Patricia, que no gestó pero es la madre, también les dio la teta. “Ella por pura oxitocina, logró que le saliera leche. Fue muy impresionante que ella también haya podido darles la teta a Manu y a Yanai, no en las mismas cantidades que yo por una cuestión hormonal, pero se le produjo y eso fue realmente muy impactante y emocionante”, lanzó Ian. 

Ian en lactancia paterna.

«Hay cuestiones que van más allá de la de la biología, cuestiones adaptativas que son del entorno y de los sentimientos, más que otra cosa”, reflexionó.  

Para él, fue una gran liberación poder gestar a sus hijos y haberlos traído al mundo. Como activista del movimiento LGTBIQ+, contó que hay otros varones trans que gestan y amamantan en el país y en el mundo, pero son pocos en la Patagonia. En países donde las leyes son escasas o atrasadas, sufren muchos obstáculos y discriminación.   

La mirada social y el prejuicio: “No debés”, “No podés” 


Laura Quinteros es puericultora trabaja en Cipolletti, Roca y Neuquén. Las complicaciones en la lactancia con su primera hija la llevaron a descubrir esta profesión que la asombró por completo y decidió estudiarla. Hoy en su labor cotidiana acompaña diversas composiciones familiares y han llegado a ella personas trans, en especial varones en la región.  

Amamantar y sus múltiples formas. Foto: Juan Thomes

«Las personas de la diversidad sexo genérica llegan con un bagaje de maltrato hasta llegar a gestar», comentó. “Lo primero que nace es el “no podés”, “no debés”, un montón de trabas que tienen que primero justificar ante el mundo que pueden y es su derecho, y recién ahí pueden acceder”, reflexionó según su experiencia.   

Así como hay infinitas formas de maternar y paternar, hay infinitas formas de alimentar ese bebé. “Todas son válidas. Mi función es contar y que la familia decida. Yo acompaño la decisión que sea, sea dar la teta, sea no darla, sea inhibir, sea inducir. El centro de todo esto es la persona que pone el cuerpo”, aseguró la profesional.  

«Pasan un montón de cosas en el cuerpo que hay que estar emocionalmente preparado”.

Laura Quinteros es puericultora trabaja en Cipolletti, Roca y Neuquén.

En el caso de varones trans, depende de cada persona y en qué proceso esté de su transición. Y muchas veces la mirada social es muy fuerte. “Se escucha decir: ‘Se arrepintió de ser trans y en realidad no tiene nada que ver con eso’”, cuestionó Quinteros.

Lactancia inducida: un proceso emotivo y hormonal  


Soledad Hernández, neonatóloga y puericultora de la Neonatología del hospital Francisco López Lima de Roca, contó que desde el servicio son cada vez más frecuentes los casos de lactancias inducidas.

“Al momento que ese bebé nace, una mujer que no ha cursado un embarazo logra amamantar a su bebé”.

Soledad Hernández, neonatóloga y puericultora de la Neonatología del hospital de Roca.

Han tenido familias conformadas por dos mujeres en donde una gestó pero ambas amamantaron. Además, hubo casos de subrogación de vientre en Ucrania, que han vuelto y las madres biológicas de esos bebés amamantan sin haber gestado, según contó la neonatóloga. 

Foto: Juan Thomes.

“Eso muy interesante porque abre la perspectiva de que no solamente la mujer embarazada puede amamantar”, aseguró.  

Este proceso es hormonal. Se realiza una preparación previa al nacimiento, en el que la persona que quiere amamantar prepara hormonalmente su cuerpo y al momento que nace empieza con la estimulación y empieza a producir leche. “Tiene un gran componente emotivo y emocional, pero tiene también un gran componente físico y hormonal. Es algo que nosotros podemos manejar con acompañamiento psicológico y de una puericultora o ginecóloga», cerró la profesional. 

La Semana Mundial de la Lactancia empieza mañana 1 de agosto hasta el 7, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud y Unicef y hay actividades en toda la región.

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