La UNCo le otorgó el título post mortem de Licenciado en Comunicación de Juan Caliani a su familia
El acto se realizó en el inicio de la sesión del Consejo Superior. Además le entregaron a la familia una placa en reconocimiento "a la trayectoria, política y social del periodista". "Cali" fue consejo Superior por el claustro estudiantil. Fue asesinado durante un robo en su casa el 1 de abril de este año. "La magia de Juan sigue acá", dijo su mamá.
La Universidad Nacional del Comahue le entregó hoy a la familia del periodista Juan Caliani, asesinado por dos menores cuando ingresaron a su casa a robar, el título post mortem, por el cual el joven de 34 años había retomado su cursada este año en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Roca. El acto se realizó en el inicio de la sesión del Consejo Superior de la UNCo, del que Juan había sido consejero superior por el claustro estudiantil.
En el encuentro estuvieron presentes sus padres Juan Caliani y Ana Mercado y sus dos hermanos, docentes, compañeros de clases y de militancia de la FADECS, el decano Juan Carlos Fernández, todos los miembros del Consejo Superior, la rectora Beatriz Gentile y el vicerrector Paul Osovnikar. El título no tiene validez oficial, pero respetando el diseño de los títulos originales, fue un homenaje a la «trayectoria académica, política y social de «Cali», como lo nombran sus amigos y gente cercana. Además, se le entregó a los padres de una placa recordatoria.
La primera en tomar la palabra fue la rectora. «No solo es un acto que nos llena de orgullo, sino que también es un acto que nos abraza, que nos reconoce. Nosotros en esto seguimos dejando huellas, haciendo memoria. Reconocemos el valor institucional. Nos abrazamos en el sentido que tiene cada uno de los que comprometen su paso por la universidad y dejan sus marcas», dijo.
Recordó que cuando Juan era consejero estudiantil, ella era miembro del consejo como decana de la facultad de Humanidades y agregó. «Siempre se escuchaba ‘tiene la palabra el consejero Juan Caliani porque había mucho por lo que intervenir y por pelear». El decano Fernández recordó el compromiso no solo desde lo académico que tenía Juan, sino en todo lo que era lo deportivo, social, cultural y político dentro del ámbito universitario. «Juan tenía magia», agregó frente a Jorge y Ana, los papás del periodista.
El homenaje surgió desde la facu donde Juan se formó, pasó por el Consejo Superior y fue aprobado para realizar hoy mediante la resolución 014 en la que se solicitó que el título que le fuera entregado a la familia no descuidara ciertas características. «República Argentina. Universidad Nacional del Comahue, Por cuanto, el licenciado en Comunicación Social con orientación en Periodismo, Juan Estéban Caliani, de nacionalidad argentina, nacido el 22 de enero de 1990, ha cursado los estudios correspondientes para obtener el título de licenciado en Comunicación, le conferimos el diploma», dice el título que hoy tienen en casa sus padres. También se pidió que contenga el escudo nacional, el fondo de agua de la UNCo , la firma del decano, de la rectora y del propio estudiante, su número de legajo y la firma del egresado.
En el dorso del diploma se encuentra la leyenda «es un acto de reconocimiento simbólico por parte de la FADECS y de la UNCo para Juan Estéban Caliani, su familia, sus docentes, sus compañeros de militancia y de cursada, para amigos y amigas y en homenaje a su valiosa vida».
La palabra de la inmensa Ana
La que tomó el micrófono para dedicar unas palabras en nombre de la familia fue la mamá de «Cali», Ana Mercado, chiquita en su altura, pero inmensa en su fortaleza y comenzó diciendo «Creo que la magia de Juan anda por acá. Debe estar celebrando y haciendo una broma como solía hacer».
Agradeció por el homenaje, «por el diploma al que Juan ponía mucho empeño, compromiso y la coherencia para que este oficio de periodismo tuviera una utilidad social, y que promoviera conciencia y compromiso. Desde algún lugar y en nuestro corazón está siempre Juan junto al pedido de justicia porque la impunidad hace que las cosas se repitan y nosotros no queremos que haya otro joven asesinado como nuestro hijo».
El cierre de su discurso fue conmovedor: «Hay menores que cometen estos delitos y hay un poder que es indiferente a los llamados de atención y al cuidado que merecen tener. Se acuerdan tarde. Mi hijo trabajaba con estas cosas, por poder recuperar a jóvenes que estaban en el camino de las adicciones. Juan era la sustancia que unía. Esa magia sigue».
Que pasó ese 1 de abril
Era de noche, Juan se encontraba en su casa que compartía con sus padres en el barrio La Sirena. Estaba trabajando en su habitación cuando un ruido en el quincho conectado al casco central de la casa por un pasillo, lo alertó. Fue a ver qué pasaba. Allí se encontró con dos menores que habían ingresado con intención de robo.
Fue el final de su vida. Los delincuentes ya habían ingresado en otras viviendas y habían dejado lo robado en los techos. Quedaba la casa de Juan. Lo interceptaron al ingreso del quincho, mientras uno lo tomó del cuello por detrás, el otro lo apuñaló en el pecho con un cuchillo que encontró en el quincho. «Cali» murió en el acto.
Días después, los autores involucrados fueron detenidos e imputados por «homicidio en ocasión de robo». Al ser menores de edad, se establecieron las medidas que determina la ley 2302. Se les impuso un arresto de 30 días, según regula el funcionamiento del fuero penal en el ámbito juvenil.
Pasado ese plazo, los adolescentes ingresaron al tratamiento que se conoce como «Libertad Asistida», que determina que durante un año deberán están en sus hogares con determinadas pautas de comportamiento y restricciones. Entre ellas, no pueden salir de sus casas de 21 a 8. A partir de ese horario, si salen deben informar a qué actividad y durante cuánto tiempo. También reciben visitas del personal policial para constatar que se encuentran allí. Tienen prohibido comunicarse entre ellos, acercarse al barrio donde vive la familia Caliani y deben completar un programa por el consumo abusivo de drogas.
Pasado el año, en una nueva audiencia, ya con los adolescentes siendo mayores de edad, se evaluará su comportamiento y se determinará la pena.
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