La triste postal de la confluencia de los ríos Traful y Limay
El cruce de rutas y cauces era un lugar especial que fotografiaban los turistas en su paso a la cordillera.
Lo que antes supo ser un reflejo de espejo de agua hoy muestra un desértico suelo arenoso. Esa es la postal con la que se encuentran los turistas que circulaban por la ruta 237,en la confluencia de los ríos Traful y Limay. La sequía y las necesidades de generación hicieron que la ecuación entre el agua que ingresa y que sale de los embalses sea altamente deficitaria.
Una de las «noticias tristes» de la Confluencia llegó en 2018, cuando se supo del cierre de la clásica estación de servicio, que abrió sus puertas en 1934. En su momento, la explicación fue que «no daban los números» para que siga funcionando.
La bajante del agua también se nota desde hace años, pero cada temporada parece empeorar. En Neuquén los expertos explicaron que la sequía provincial lleva 13 años y esta temporada se declaró la emergencia hídrica para poder implementar obras que sostengan el suministro de agua a los vecinos.
A pesar del impacto que produce la primera vista, el lugar sigue guardando su magia como puerta de ingreso al Valle Encantado y lo disfrutan muchos, sobre todo los pescadores que se alojan en el hotel «Gruta de las Vírgenes» .
El embalse tiene hoy una altura de 695,16 metros sobre el nivel del mar, por debajo de los 700,5, que es el nivel mínimo normal, según la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas.
Las cenizas que cubrieron la zona con la erupción del cordón Caulle-volcán Puyehue en 2011 llenaron de arena volcánica las cosas de ríos y lagos. Ese es el paisaje que se ve por estos días en Confluencia Traful
También el embalse de Piedra del Águila está extremadamente bajo, aunque por encima del nivel mínimo normal.
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