La soguera del norte neuquino a la que le dedicaron una canción

Johana Geldres, tiene 31 años y vive en el paraje neuquino, La Salada. Desde hace 11 años se dedica a la confección de productos de cuero. Siente el arte como un estilo de vida.

“Un cinto, una billetera, una yunta de presillas, expresan la maravilla de su arte talabartera”, recita parte de la canción que escribió el poeta y payador de Aluminé, Fidel Pino, en honor a Johana Geldres, la joven de 31 años del norte neuquino, nacida y criada en el paraje La Salada. Las palabras de Pino ilustran los trabajos que Johana desde hace 11 años, crea como soguera, un oficio que tiene como principal elemento al cuero. Durante la pandemia sus creaciones aumentaron y hoy está feliz de ver cómo cada día se incrementan los encargos.

“La soguería lo disfruto mucho. No lo tomo como un trabajo sino que es un placer. Te desconectás”, expresó la joven desde su casa en el norte Neuquino, ese lugar que eligió y adoptó como su sitio en el mundo.

Su primer trabajo fue un llavero y desde ahí su lista fue sumando otros productos. “Lo que ahora más vendo son cintos y billeteras”, contó. Explicó que en la soguería se hacen también lazos, riendas, bozales, tiradores, fundas, entre tantos otros. Señaló que publica los trabajos que va haciendo en su Facebook “y ahí me escriben y me piden. Les pido las medidas y los hago. A veces hago envíos cuando son de lejos”.

En la Fan Page “Johana Geldres Cuero Crudo” expone sus productos. Ha entregado sus creaciones a Zapala, Varvarco, Bariloche, Buta Ranquil, por mencionar algunos. “En pandemia me animé a vender más y me ha ido bien”, resaltó contenta.

“Empecé como un hobbie y como me fue gustando y aprendiendo más, y me fui juntando con otros sogueros que me han ido ayudando”, relató sobre sus comienzos y marcó cuál fue el inicio de todo: “Lo descubrí a los 18 años. Hice un curso en Arroyo Blanco en un verano y ahí por primera vez aprendí y me empezó a gustar. Después seguí haciendo otros cursos y como me seguía gustando y sentía que me salían fácil las cosas, me ayudaba viendo vídeos de Youtube”.

Uno de sus tíos también era soguero. Dijo que en el caso de ella fue una actividad irregular, hasta que en los últimos años se convirtió en su trabajo principal. Sus manos en combinación precisa con el uso de reglas, cuchillos, leznas, lápices, lijas, sacatientos, sacabocado y demás, van dando forma y acabado a cada pieza.

Dijo que conoció a otras sogueras en el país, de Buenos Aires y Córdoba. “Me gustaría que se animen otras”, confesó. Describió sobre su labor que un trabajo puede llevarle unos diez días,dependiendo de las horas que le dedique. Ya que además de su actividad artesanal, cuida de su hija y realiza otras labores de campo en la chacra donde vive junto a sus padres.

Comentó que allí tienen huerta, invernaderos , ovejas y gallinas. Cada día disfruta contemplar los paisajes de su tierra. “La chacra es mi lugar en el mundo. Con mi papá y mi mamá cultivamos nuestras propias verduras y tratamos de ser autosustentable”, remarcó.


Sueña con llegar con sus productos a la Rural


Sus producciones se tejen desde un rincón de la casa en el paraje La Salada, a unos 10 kilómetros de Chos Malal. El cuero lo encarga sobre todo en Buenos Aires . Si bien comenzó en el camino de la sogueria hace 11 años, marcó que se “ dedica de lleno hace dos años”.

Y en este camino que cada día tiene un trazado más fuerte, marcó que sus aspiraciones son “tener su propio taller y sueño con poder llegar a la Rural”.

Mencionó que uno de sus referentes de la actividad y que también la ayudó mucho, fue Juan Esteban Ugartemendía de La Pampa y también Ezequiel Mora. “Están siempre ayudándome y dándome consejos”, expresó. También resaltó el apoyo de su familia.

“Las sogas inspiran paz. Lo re disfruto. Aprendés a cultivar la paciencia”, dijo.
También le gusta a Johana hacer trekking de montañas, las jineteadas, y todo lo relacionado con el campo.
La joven que contó cómo disfruta todo lo vinculado con la naturaleza, también resaltó lo que permite la tecnología, por ejemplo “acortar distancias”.

“Vas conociendo mucha gente en el ambiente. Me regaló la soguería muchos amigos y colegas. Hay muchos que no conozco en persona, pero sí virtualmente”, expresó desde ese rincón donde nacen sus creaciones.


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