La resistencia universitaria en Viedma tras el veto: «La universidad pública es el sueño compartido»

Estudiantes de la UNCo y UNRN expresaron su temor e incertidumbre, tras la ratificación del veto a la ley de financiamiento universitario.

La lucha por la universidad pública continúa en las calles y en las aulas. Foto: Pablo Leguizamon.

Este miércoles, el veto a la ley de financiamiento universitario, impulsado por Javier Milei quedó blindado y sacudió a los estudiantes de todo el país. En la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) de Viedma, la noticia se convirtió en un motivo de vigilia, manifestaciones y un sinfín de emociones que inundaron los pasillos de estas instituciones.

El desfinanciamiento universitario pone en jaque a miles de estudiantes, muchos de los cuales ya realizan enormes sacrificios para acceder a la educación superior. La situación es especialmente difícil para quienes provienen de otras regiones, enfrentando altos costos de alquiler y manutención, a lo que ahora se suma la incertidumbre sobre el futuro de sus estudios.

Corte en el Puente Ferrocarretero de Viedma, este jueves. Foto: Pablo Leguizamón.

En respuesta al veto de la ley, se organizaron vigilias y manifestaciones en la UNCo y la UNRN. La incertidumbre, el miedo al futuro y la defensa de la educación pública se entrelazaron en un sentimiento compartido: luchar por el derecho a estudiar sin que la educación se convierta en un privilegio para unos pocos.

Vigilia en la Universidad Nacional del Comahue, tras conocerse el apoyo al veto. Foto: Pablo Leguizamon.

Los testimonios de los estudiantes de la UNRN en Viedma: «Gracias a la universidad pública pude seguir estudiando»


Lucía, de 24 años, es oriunda de Torquinst pero vive en Viedma para cursar la licenciatura en Nutrición en la UNRN. «Gracias a la universidad pública pude seguir estudiando», comentó emocionada.

«Cuando tenés que pagar una cuota de 200.000 pesos, ahí te das cuenta de lo que vale la universidad pública. Esta es una lucha de todos y no hay que bajar los brazos. Es un momento de mucha tristeza e incertidumbre; no sabemos qué va a pasar y sentimos que nuestro futuro está en juego», consideró.

Estudiantes se manifestaron contra el veto, en Viedma.

Ludmila, de 21 años, viene de Puerto Madryn y está en su tercer año de Ciencias del Ambiente en la UNRN. «Poder estudiar lo que me gusta y en una universidad cerca de Madryn, es una gran oportunidad.

Mis padres hacen un gran esfuerzo para mantenerme aquí, entre el alquiler, la comida y los estudios», relató. «Sentimos incertidumbre, un poco de miedo, y desconcierto. Estamos en la calle manifestándonos, pero no sabemos si funcionará«.

«Sentimos incertidumbre, un poco de miedo, y desconcierto», Ludmila.

Aluminé, también de 21 años y proveniente de Tierra del Fuego, estudia la misma carrera. «Estudiar en Viedma implica mucho esfuerzo para mi familia. Mi hermano estudia en la UBA y mis padres hacen un sacrificio enorme para que ambos podamos seguir nuestras carreras«, contó.

«La situación es muy triste. Para nosotros, y también para los docentes y no docentes, es una frustración enorme que derechos por los que se luchó tanto estén ahora en duda».

«La situación es muy triste para nosotros», Aluminé.

Por su parte, Tiziana, estudiante de Comunicación Social y residente de Viedma, describió cómo la universidad se convirtió en una parte fundamental de su vida.

«La universidad para mí es como mi casa. Me enseñó a vivir, a pensar diferente, me dio amigos y seguridad en lo que sé», agregó. «Me duele mucho porque soy la primera en mi familia que estudia en la universidad pública. Ahora, además de la presión por graduarnos, sentimos una urgencia por hacerlo rápido, y eso genera mucha bronca».

«Soy la primera en mi familia que estudia en la universidad pública», Tiziana.

Ahora, además de la presión por graduarnos, sentimos una urgencia por hacerlo rápido»

Tiziana, estudiante de Comunicación Social de la UNRN.

Los testimonios de los estudiantes de la Universidad del Comahue en Viedma: «Este sueño que compartimos puede acabar si las cosas siguen así»


Luz de Abril, de 22 años, es oriunda de Villa Regina pero estudia Licenciatura en Psicopedagogía en la Universidad del Comahue, en Viedma.

«Para mí, venir acá es encontrar una nueva casa. Dejé a mi familia allá y aquí es donde me he construido, donde encontré una contención importante», expresó.

«Cada día se nos hace más difícil desde lo económico», Luz de Abril.

«Vivimos con angustia porque se habla de la universidad muy a la ligera, sin tener en cuenta que somos muchos los que venimos de lejos y cada día se nos hace más difícil desde lo económico. Los que estamos acá hacemos un gran esfuerzo, y es angustiante, genera mucho enojo», añadió la estudiante.

«Soy la primera generación de mi familia en estudiar», Sabrina.

El valor de la universidad pública va más allá de la educación gratuita. Para muchos jóvenes, como Sabrina, quien tiene 22 años, es de Maquinchao y estudia en la UNCo, representa la posibilidad de ser la primera generación de su familia en acceder a una carrera universitaria.

«La universidad me abrió la cabeza, me cambió por completo. Aquí conocí a personas muy importantes para mí. Soy la primera generación de mi familia en estudiar. Es muy triste, ya es difícil pagar un alquiler, el colectivo, la comida, las fotocopias. Sentimos que este sueño que compartimos puede acabar si las cosas siguen así. Solo queremos estudiar y recibirnos», señaló Sabrina.

Sentimos que este sueño que compartimos puede acabar si las cosas siguen así»

Sabrina, estudiante de la UNCo.
«Si la universidad no fuera pública, probablemente no tendríamos esta oportunidad», Micaela.

Micaela Soto, de Viedma, es otra estudiante de la licenciatura en Psicopedagogía de la UNCo, contó cómo la universidad marcó un precedente en su familia: «Vengo de una familia donde mis padres no accedieron a la universidad pública, y ellos están haciendo un esfuerzo enorme para que yo esté aquí. Sería un orgullo para ellos y para mí, algo que cambiaría nuestras vidas».

«Si la universidad no fuera pública, probablemente no tendríamos esta oportunidad. Los gastos del alquiler, las fotocopias, los pasajes, son una lucha diaria, es angustiante», agregó.

«La universidad pública es el sueño compartido de muchos compañeros por un futuro mejor», Joaquín.

Joaquín, de 24 años y estudiante de Ciencias Políticas, es oriundo de Tornquist. «La universidad pública es el sueño compartido de muchos compañeros por un futuro mejor. Desde ayer, con el veto, sentimos una gran preocupación. Vimos el silencio de la votación y la urgencia de marchar y manifestarnos. Muchos vinimos aquí buscando la carrera que elegimos y el sueño que queremos construir, y ahora ese sueño parece estar en riesgo», comentó emocionado.

Estudiantes de la Universidad Nacional del Comahue.
Los estudiantes de la UNCo y la UNRN enfrentan un futuro incierto, pero, como aseguran en sus testimonios, no piensan rendirse.

Para los estudiantes, la lucha por la universidad pública continúa en las calles y en las aulas. Defienden con fuerza lo que sienten como suyo: el derecho a estudiar y a soñar con un futuro mejor. La educación pública, para ellos, es mucho más que libros y exámenes, es una puerta abierta a oportunidades que de otro modo les serían inaccesibles.


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