La rescatista reginense que lucha contra el maltrato animal: «Es una realidad que cada día duele más»

Jaquelin es una de los tantos rescatistas que hay en la región. Hace casi dos décadas se puso en mente una misión la cual hasta el día de hoy, núnca abandonó.

Jaquelin Mendoza, tiene 52 años y es una reconocida vecina de Villa Regina por ser una honorable persona que, a puro pulmón y con la ayuda de sus hijos, rescató a cientos de perros de situaciones extremas de abandono. La lucha por querer brindarle un cambio de vida a esos animales la llevó a convertir su hogar en el refugio de al menos 16 perros, todos atravesados por el abandono y la crueldad humana.

Si bien son varias las agrupaciones de rescatistas que se pueden encontrar en la zona, Jaquelin no pertenece a ninguna de ellas. Su inicio fue sola y luego se sumaron sus hijos a quien les transmitió desde pequeños la importancia de auxiliar a aquellos que lo necesitan y no pueden pedir ayuda.

La mujer lucha a diario contra la indiferencia hacia los derechos de los animales y está comprometida hace casi 20 años con el rescate de perros que viven –o mejor dicho sobreviven- en la calle, expuestos a múltiples situaciones de violencia que ponen en peligro su integridad física y psicológica. “Necesitamos protegerlos, cada vez son más los casos de maltrato y se tiene que terminar”, expresó.

Jaquelin es trabajadora de empaque por ello durante la temporada sus recorridas para ayudar a los perros disminuye, pero pese al desgaste físico que le puede llegar a generar, nunca se detiene. Su vida diaria se resume en salir a la calle, a veces caminando otras en auto, cargando una mochila de “primeros auxilios” que contiene en su interior medicación básica, agua y alimento para los animales que se pueda cruzar en alguna situación de maltrato. “Ya no puedo salir sin esa mochila, es lo primero que agarro porque se que lamentablemente la voy a necesitar. Con ella logré sacar de apuros a varios perros”, indicó.

Su casa se convirtió en el refugio de 16 perros rescatados.

El motor que la moviliza, tanto a ella y a sus hijos, es el compromiso y la empatía por los animales y, a lo mejor también, el combustible que pone en funcionamiento ese motor es el amor puesto al alcance de los perros que aún no lograron ser rescatados.

Hemos logrado salvar vidas, pero también nos tocó acompañarlos los últimos días de su vida. Es triste no llegar a tiempo.

Jaquelin Mendoza

Lo cierto es que la realidad de los perros es cada vez más preocupante y angustiante, hay millones de ellos sobreviviendo en la calle sufriendo golpes de calor, hambre, atravesando enfermedades -y contagiándose entre sí-, agonizando y reproduciéndose incansablemente. Muchos de ellos nacen y mueren siendo invisibles por gran parte de la sociedad. Solo algunos, tienen la fortuna de cruzarse con personas que se involucran.

Cuando decimos “ayudamos animales de la calle”, es solo un decir porque muchos de ellos tienen dueños y una casa.

Jaquelin Mendoza

La rescatista reginense sostiene que hay una situación más indignante y es la notable falta de compromiso por parte de las personas que tienen perros. “Lo más triste es darte cuenta que muchos de esos perros tienen dueños y aún así son dejados de lado. Los mismos dueños lo dejan morir de la manera más cruel”, criticó y agregó que entiende que hay casos en que la situación económica no les permite brindar el cuidado necesario a su mascota, pero resaltó que en esos casos es necesario pedir ayuda: “Se nota cuando esa persona puede y simplemente no quiere. Duele la irresponsabilidad de los dueños porque no les importa el animal”.


¿Cómo generar un cambio?


Para Jaquelin y para todas las personas que se dedican al rescate de animales, la misión es muy clara: solucionar la situación de sobrepoblación, abandono, crueldad e indiferencia que sufren los perros a través del respeto y la empatía. Pero también a esto le suma el deseo más profundo y es que esta problemática logre una solución definitiva de la mano de políticas municipales que garanticen medidas de prevención y cuidado para que esto no suceda.

«Primero es necesario que se hagan cumplir las leyes. Nosotros como familia nos tuvimos que exponer muchas veces porque después de rescatar un animal, nos denuncian y yo encuentro eso injusto. Considero que hay que penar el maltrato, no hablo de meterlos presos, pero sí aplicar una multa porque pienso que de esa forma aliviaria el maltrato», puntualizó.

Por otro lado resaltó que es necesario la creación de hospitales veterinarios públicos y con esto hacer más accesibles las castraciones:»Muchos quieren ayudar pero no tienen dinero para hacerlo. Si no hay castraciones aparecen más cantidad de cachorros abandonados».

Inevitablemente lo primordial para generar un cambio es que la gente adquiera compromiso, pero sobre todo es necesario una intervención del Estado. El trabajo de los rescatistas es útil, pero la realidad es que son pocos en comparación a la cantidad de perros en situación de calle. “A veces llegamos tarde pero no podemos olvidarlos y dejarlos, ellos no pueden pedir ayuda”.


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