La privatización de Aerolíneas Argentinas es pura incertidumbre: ¿qué pasará con sus empleados en Neuquén y Bariloche?
También hay oficinas en San Martín de los Andes y Viedma. Referentes de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) explicaron la alarmante situación.
Aerolíneas Argentinas será privatizada, según anunció el gobierno de Javier Milei, y existe desconcierto sobre qué pasará con las sucursales de atención al público de Neuquén, Bariloche y Viedma. Las ventas y la asistencia se gestiona cada vez más de forma digital, pero los empleados temen que cese la atención presencial con el avance de un desguace de la aerolínea.
La situación de la compañía no es novedad. El gobierno de Javier Milei la declaró «sujeta a privatización», con el amparo de la Ley N° 23.696 de Reforma del Estado de Carlos Menem.
El referente de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) Rodrigo Barros indicó: «arranca ahora un proceso legislativo, donde Aerolíneas debería llevarse a otra vez a Diputados. Cuando se habló de la Ley Bases, no aparecía como privatizable y ahora sí. Muchas provincias no estuvieron de acuerdo con esto».
Añadió que la situación dentro de la compañía es de un futuro incertidumbre, ya que «no vuelcan información» y todos los días se encuentran con una modalidad distinta o novedades por parte de la conducción.
Atención al público de Aerolíneas Argentinas: Neuquén, Bariloche, San Martín de los Andes y Viedma
Los trabajadores son una de las pocas caras visibles de un servicio como el de viajes y vuelos. Los que atienden en las sucursales son los encargados de prestar asistencia la público.
La provincia de Neuquén tiene tres espacios de atención al público: uno en el aeropuerto de San Martín de los Andes, otro en el de Neuquén y el tercero en el centro de la capital. En Río Negro, también cuenta con tres sucursales: dos en Bariloche (aeropuerto y centro de la ciudad) y en la estación aérea de Viedma.
En la página oficial de Aerolíneas Argentinas no se informan datos de contacto de las sucursales y los teléfonos se atienden desde la central de Buenos Aires. Lo mismo sucede con Whatsapp.
Los empleados mantienen el mismo hermetismo en torno de la información sobre la empresa y derivan a la página oficial.
El referente patagónico de la APA, Matías Curamil, dijo que «el reclamo viene también del personal de tierra, que son los agentes de rampa, los agentes de check-in y de tráfico, y los empleados de la sucursal. La incertidumbre es grande; si vamos a seguir manteniendo nuestras fuentes laborales, principalmente».
Indicó que existe la posibilidad de que cierren las sucursales una vez finalizado el contrato de alquiler de cada edificio (la esquina de Mitre y Villegas, en Bariloche, es propiedad de la compañía). «En algunas reuniones paritarias se han informado sobre las intenciones que tienen de llegar a cerrar a mediano/corto plazo las sucursales», añadió.
Por ejemplo, en la sucursal de Bariloche anteriormente había 10 empleados y actualmente tiene tres. Lo mismo sucede con la de Neuquén, que tiene únicamente dos empleados, con horarios rotativos.
«Teniendo canales de comunicación como call centers, ven como totalmente innecesaria la atención en las sucursales. Si bien siguen funcionando, se puede ver mucha concurrencia de turistas, es un sector frágil«.
Recalcó que dos temores más grandes que tienen los empleados son: el retraso salarial y no saber si van a mantener su puesto de trabajo.
«No hay un plan claro de privatización, no hay un plan claro de lo que se quiere hacer, se habla de llevar a la quiebra, se habla de cerrarla, se habla de entregarla a los empleados y de la posible venta, con el riesgo de que quedemos en la calle», explicó Curamil.
Existe poca comunicación de las escalas en los aeropuertos con lo que es la central, señaló el dirigente. «La gente está con mucho temor de realizar medidas gremiales porque hay mucho castigo de parte de la empresa, de descontar horas y sueldos», lamentó.
Aerolíneas Argentinas: qué pasa con las rutas de Neuquén y Río Negro
A diferencia de otras compañías, todas las áreas que necesita la empresa para funcionar son propias de Aerolíneas Argentinas y no cuentan con servicios prestados.
Está previsto que se comiencen a cerrar rutas hacia y desde Neuquén. Por ende, la ciudad va a perder flujo aéreo hacia otros puntos del país. Con esta medida -dijeron los sindicalistas- quieren fomentar la cuidad de Bariloche para la temporada de verano e incluirán vuelos nocturnos.
Curamil explicó que «no está claro cómo van a seguir los pasos, qué empresa quiere comprar y qué va a pasar con los empleados, que es lo más importante. Tenemos un nivel de incertidumbre total«.
Añadió que «Aerolíneas Argentinas, en lo que es el cabotaje, tiene aproximadamente el 63% del flujo de pasajeros en todo el país. Sin Aerolíneas Argentinas tanto en Bariloche como en cualquiera otra ciudad turística, quedaría totalmente desconectadas«.
El cierre de rutas aéreas -añadió- impactaría económicamente en las ciudades, ya que hay mucho turismo receptivo que llega desde Brasil; el pasajero «compra los pasajes en dólares y quedan en el país».
Aerolíneas Argentinas: «Hay un boicot interno de la conducción para generar caos»
Debido a la poca comunicación que tienen con la conducción de la empresa, el gremialista Rodrigo Barros manifestó que se les hace difícil saber por dónde van a ir los recortes.
«Los trabajadores seguimos trabajando y apostando. Seguimos presentándonos en los lugares de trabajo para ofrecer el mejor servicio posible. Hace un año y medio que no nos brindan recomposición salarial», agregó.
Remarcó que el sueldo más alto es de aproximadamente de 1.200.000 pesos y el menor de 420.000 mensuales.
«Tengo compañeros que trabajan alrededor de 12 horas por día, más las horas extras que pueden llegar a hacer porque falta personal. No se las pagan, imaginate si te sancionan«, describió.
Explicó que saben que las protestas pueden afectar al servicio pero avisan con antelación a la empresa, que «no les avisa a los usuarios para que a propósito se presenten en los aeropuertos y generen una situación incómoda».
«Yo creo que hay muchos compañeros, sobre todo del interior, que tal vez no tienen tanto contacto diario con la organización y tienen miedo. Lo que generó la empresa es temor, ante cualquier cosa te sancionan económicamente«, enfatizó Barros.
Agregó: «En este caso la empresa tiene de rehén tanto al empleado como al pasajeros para generar una situación caótica. La actitud es lamentable».
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