La Península Hiroki tiene sus Guardianes Ambientales, bajo el padrinazgo de Abel Pintos

Se realizó una recorrida por lo senderos de la Confluencia, junto al cantante de pop latino, en el que se sembraron 15 ejemplares de sauce criollo. Propuesta para preservar una de las áreas naturales más lindas de la ciudad de Neuquén. Estudiantes de la escuela 282 de Centenario, prometieron cuidar el ambiente con responsabilidad y compromiso.

La mañana de domingo arrancó fresca, pero eso no fue un impedimento para encarar con entusiasmo una actividad para preservar el ambiente natural de la ciudad de Neuquén. Alumnos de la escuela 282 de Centenario, el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, el intendente de Neuquén capital, Mariano Gaido, funcionarios provinciales y municipales se reunieron con el cantante Abel Pintos, que está de gira por estos lares, en la península Hiroki. Fue un paseo y fue mucho más que eso. Se plantaron 15 ejemplares de sauce criollo para mantener la biodiversidad autóctona de una de las zonas naturales más lindas de la capital neuquina.

La actividad comenzó a media mañana, el sol de otoño era tan cálido como los mates que muchos llevaron para sostener la caminata de parte de los 14 kilómetros que tienen los senderos del «esquinero» donde confluyen los ríos Neuquén y Limay. Es que al ingresar a esos «túneles naturales de vegetación», bordeando el río, el sol se esconde y el frío se hace sentir.

El encuentro tuvo como objetivo preservar las áreas naturales de la ciudad de Neuquén. Allí funcionarios, cantante y estudiante primarios plantaron los 15 ejemplares de sauce criollo, pero no fue solo eso. Pues plantar no es todo. Luego de enterrar las raíces en la tierra, es necesario asumir el compromiso de continuar por el camino del cuidado y el respeto por las áreas naturales. La secretaria de Jefatura de Gabinete de la Municipalidad de Neuquén, María Pasqualini, confirmó que el proyecto es continuar con la plantación de especies autóctonas hasta llegar «plantar 1.200 ejemplares a la vera de los ríos Neuquén y Limay».

Abel Pintos, además de ser un reconocido cantante, compositor y productor de pop latino, viene sosteniendo desde hace años un fuerte compromiso con la preservación de las áreas naturales y el ambiente. A través de la campaña «Por una América Latina más Verde», el artista pisa cada suelo implementando acciones para el cuidado del ambiente.

Y en esto también se comprometieron los alumnos y alumnas de la escuela de Centenario que, a partir de hoy, son «Guardianes Ambientales». No solo se trata de reforestación, sino de generar una conciencia plena. Es decir, no arrojar basura en sitios naturales, no arrancar flora autóctona y sobre todo tener una plena conciencia del lugar donde se habita.

«Hoy te convertís en un Guardián Ambiental de Neuquén, un protector de nuestra preciosa naturaleza. Juntos, cuidaremos cada planta, cada animal y los hermosos lugares naturales de nuestra provincia. Nos comprometemos a enseñarte y guiarte para que aprendas a vivir de una manera que cuide y respete nuestro planeta. ¿Prometes ser una Guardían Ambiental de Neuquén», se escuchó en la voz de Abel.

Los estudiantes dijeron: «Si prometo» y se llevaron una medalla que portaron con orgullo en una foto grupal. Fue una actividad organizada desde la secretaría de Ambiente de la provincia y la subsecretaría de Ambiente de la Municipalidad de Neuquén. Se realizó en consonancia con el Día Mundial del Ambiente, que se conmemoró el pasado 5 de junio.

Por su compromiso y su participación en esta actividad, Abel Pintos también se llevó su reconocimiento. Fue declarado «Guardián Ambiental de Honor» y obtuvo su diploma. «Fue un momento lleno de conciencia y emoción. Los chicos hicieron su promesa ambiental y quien la recibió fue Abel, que además les leyó unas hermosas palabras al entregarle sus medallas. Sentimos un gran orgullo porque sabemos que estamos sembrando un futuro mejor», afirmó Figueroa.

El paraíso Hiroki

Fue un misterio durante muchos años. Resguardado primero, por el matrimonio integrado por Tomizu y Cho Hiroki, que promediando los años 40 adquirieron unas 50 hectáreras en la zona de la confluencia de los ríos Neuquén y Limay. Llegaron con sus siete hijos a un sector paradisíaco de una capital en desarrollo.

Allí armaron una chacra en la que la familia se dedicó al cultivo de fruta fina como frutillas y frambuesas. Plantó nogales, sauces y álamos. Tiempo de después, anexaron las huerta de verduras. Todo lo producido era vendido en el insipiente comercio neuquino.

En 1983 falleció Tomizu a los 80 años. Cho en 2006, a los 94 años y de allí en adelante la historia cambiaría por completo. La chacra entró en sucesión y sus herederos resolvieron ceder parte de sus tierras al Estado municipal y así nació el Paseo Costero, una obra que fue implusada en su momento por el exintendente Horacio Quiroga y continuado por el actual jefe comunal, Mariano Gaido. Hoy el paraíso es de todos. Y ya tienen guardianes que lo cuidarán.

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