La OMS alerta: hay que priorizar el desarrollo de vacunas para 17 bacterias, virus y parásitos

Los patógenos que causan el SIDA, la malaria y la tuberculosis lideran la lista de patógenos que causan enfermedades frecuentes y que deben atenderse con mayor celeridad.

Científica analiza muestra sospechosa de toxina bacteriana. Foto: ONU

En Argentina, se calcula que este año se perdieron 1055 trabajadores del Conicet. Piezas clave para el desarrollo científico. Para la creación de vacunas, por ejemplo, como lo está solicitando la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el último estudio publicado por la OMS dio a conocer 17 bacterias, virus y parásitos que causan enfermedades frecuentes y de gran impacto. Las enlistó y solicitó que sean tenidas en cuenta como prioridades para el desarrollo de nuevas vacunas.

El estudio se llevó a cabo consultando a expertos internacionales y regionales sobre los patógenos más importantes de atender con el fin de desarrollar vacunas. Los criterios incluyeron muertes, enfermedad e impacto socioeconómico o resistencia a los antimicrobianos.

Lo que realiza la ONU en este nuevo estudio es reconfirmar urgencias de larga data para la investigación y el desarrollo de inmunizaciones como el SIDA, la malaria y la tuberculosis, tres enfermedades que en conjunto causan casi 2,5 millones de muertes al año.

La investigación constituye el primer esfuerzo global para priorizar de forma sistemática los patógenos endémicos en función de su impacto en la salud regional y mundial.

La lista incluye patógenos como el estreptococo del grupo A, que causa infecciones graves y contribuye a 280.000 muertes anuales por cardiopatía reumática, principalmente en países de renta baja.

Otra prioridad es la Klebsiella pneumoniae, una bacteria que se asoció con 790.000 muertes en 2019 y es responsable del 40% de las muertes neonatales debido a infecciones de la sangre (sepsis) en naciones de bajos ingresos.

Reclamo de la ONU: vacunas, no deben responder a la rentabilidad, sino a la salud:


La OMS explicó que uno de los objetivos del estudio es garantizar que todos, en todas partes, puedan beneficiarse de las vacunas que brindan protección contra enfermedades graves. Asimismo subrayó que se debe prestar mayor atención al desarrollo de vacunas relacionadas con las necesidades de salud regionales y mundiales que a las que representan beneficios comerciales.

El doctor Mateusz Hasso-Agopsowicz, del equipo de investigación de vacunas de la OMS, recordó que en el pasado, la investigación y desarrollo de vacunas generalmente respondía a la rentabilidad. Como resultado, las enfermedades que afectan gravemente a las regiones de bajos ingresos recibieron poca atención.

“Esperamos que esto represente un cambio crítico del enfoque de la rentabilidad comercial de las nuevas vacunas hacia la carga de salud real, de modo que la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas estén impulsados ​​por la carga de salud y no sólo por las oportunidades comerciales”, insistió.

Qué reveló el estudio de la ONU sobre los 17 patógenos:


“Acudimos a expertos con experiencia en epidemiología de patógenos, médicos, pediatras y expertos en vacunas de todas las regiones de la OMS, para asegurarnos de que la lista y los resultados del trabajo reflejaran las necesidades reales de las diversas poblaciones de todo el mundo”, precisó Hasso-Agopsowicz.

El análisis de esas preferencias, combinado con los datos regionales de cada patógeno, dio como resultado los diez patógenos prioritarios para cada una de las seis regiones de la OMS.

Las listas regionales se consolidaron para formar la lista mundial, evidenciando los 17 patógenos endémicos prioritarios para los que se necesitan urgentemente nuevas vacunas.

Para avanzar en la investigación y desarrollo de vacunas, la OMS categorizó cada patógeno en función de la etapa de desarrollo de la inmunización y los desafíos técnicos que implica la creación de vacunas efectivas.

Hasso-Agopsowicz dijo que se espera que el estudio oriente las futuras inversiones en investigación y desarrollo de vacunas, incluso por parte de los financiadores, los investigadores y los desarrolladores de vacunas, pero también de los responsables de políticas, ya que “son quienes pueden decidir si introducir estas vacunas en los programas de inmunización”.

*Con información de la Organización Mundial de la Salud


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