La música salva y Canta Marta festeja siete años en Roca 

No son un coro, son un ensamble. Deben “armonizar”, pero eso no les quitó su esencia individual. Se lo toman con la responsabilidad de un trabajo, aunque eso también puede salvarles el día. Así “Canta Marta” llegó a su aniversario N°7 en Roca.

Con la frágil estabilidad que permiten las idas y vueltas de la vida, hoy llegaron a esta celebración 2024 con 12 integrantes, sopranos, mezzosopranos y contraltos, guiadas por los arreglos musicales y la dirección de Fernando Carmona, “un experto en lo suyo con años de experiencia, muy didáctico”, como ellas mismas lo definieron. Muy pocas saben leer partituras, pero eso jamás fue impedimento para lograr resultados, porque se miran y se escuchan y sin saber cómo, la melodía fluye. “A veces nos cuesta más aprendernos la letra”, reconocieron entre risas.

Para conocer más de esta experiencia que empezó como taller municipal en 2017, dialogaron con RÍO NEGRO integranres de lo que el grupo bautizó como la “Línea Fundadora”, tres de “Las Martas” que están desde el principio. Claudia Quilodrán y Fernanda Dominici, ambas mezzosoprano, y Julieta Calí, una de las cuatro sopranos, fueron las que abrieron la charla para mirar hacia adentro de su trayectoria y lo que esta oportunidad les significó como mujeres y artistas.

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“El canto grupal es sinérgico, nos sostenemos entre todas”, dijo Julieta para poner en palabras lo que experimenta con sus compañeras. Comunicadora ella, abocada ahora a la actividad editorial, se encuentra en cada ensayo con la realidad de Claudia, por ejemplo, empleada judicial, y de Fernanda, quien se dedica a la psicología. En esa diversidad se acercaron en las primeras prácticas que se hicieron en el IMBA (Instituto Municipal de Bellas Artes), atraídas por el deseo de cantar, aunque como dijo alguna, “no sabía que me iba a gustar tanto”.

Desde entonces calculan haber preparado unas 40 canciones, con arreglos de distinto nivel de complejidad, que eligieron de grandes como Atahualpa Yupanqui, Eladia Blázquez, Peteco Carabajal, Gilda, Jaime Roos, Tabaré Cardoso, Lisandro Aristimuño, entre varios más. Experimentadas como Claudia, venida de una familia que ya canta y baila, se adaptaron a los distintos procesos de las otras, más nuevas, de perfil más bajo o de las que tienen como único antecedente los conciertos bajo la ducha. Todas se esperan mutuamente hasta que cada una pueda fluir con el resto.

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Así, este equipo de mujeres viene cosechando un apoyo que excede al cariño de sus familias y amigos, algo que las sigue sorprendiendo y que también las vuelve a emocionar. “Tenemos gente que nos acompaña en cada presentación, muchos nos escriben por redes, pero nunca creímos que iba a tener este alcance”, reconocieron. El intercambio con la gente les sirvió para darse algunos gustos, como ese show en el CEMAR en el que definieron que las fans que se llamaran “Marta”, iban a poder entrar gratis.

“Una vez alguien nos dijo que les gustaba ver que entre nosotras no había lucha de egos”, contó Fernanda y aseguró que es cierto. Se ven a sí mismas como mujeres comunes, que se divierten con esta posibilidad y que la extrañan cuando no pueden asistir a los ensayos por alguna complicación.

“Cantar es terapéutico, transformador, para todo lo que nos pueda estar pasando, ya sea físico o emocional”, opinó Julieta. Y entre ellas fueron compartiendo aquellas situaciones dolorosas que pudieron atravesar en estos siete años, contenidas por la música. Duelos, enfermedades, problemas familiares, todo se sobrelleva distinto si hay compañerismo.

“Cuando nos vemos llegar, ya nos conocemos”, describieron y desde allí se motivan para “poner el cuerpo y conectarse” con lo que les hace bien. Palabras de aliento, abrazos colectivos, todo suma antes de salir ante el público y fruto de la complicidad atesoran anécdotas como la que dio origen al nombre del ensamble, que sólo ellas conocen.

Después de aquella primera presentación en 2017, que las invitó a romper la timidez en la Biblioteca Popular local, el arte las llevó a otros puntos de la región y el país, como el PreCosquín en Choele Choel y el viaje a Cerro Colorado, Córdoba, donde compartieron con otros ensambles durante el “Pueblo Coral”, en la tierra de Yupanqui. La Fiesta de la Manzana, en sus distintas ediciones, ya las espera tanto en la Globa Regional como en el imponente Escenario Mayor.

“Esperamos seguir muchos años más, con más proyectos y con la posibilidad de poder salir de Roca a mostrar lo que hacemos, también nos quedan algunas grabaciones pendientes”, compartieron las “Martas”. Dina Huapi, Mendoza y Rosario son puntos emblemáticos para el compartir con otros grupos y hacia eso apuntan.

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Mientras los anhelos se hacen realidad, la invitación para celebrar los siete años que llevan juntas es para el próximo Día de la Música, el viernes 22 de noviembre, en la sala INCAA de Roca, ubicada sobre calle Uruguay al 650. A partir de las 21,30, ofrecerán un repertorio variado, con algunos temas del recuerdo y otros a estrenar para la ocasión. Las entradas son limitadas, tienen un costo de 3000 pesos y se pueden conseguir escribiendo a @cantamartaensamble. Anticiparon que habrá servicio de buffet, para poder acompañar el show con algo para cenar, y “brillo, mucho brillo”.

El ensamble completo está compuesto por María Victoria Herrera, Nilse Tordrup, Lilén Rivoire, María Julieta Calí, Patricia Londero, Solange Martos, Fernanda Dominici, Jennifer Carrera, Claudia Quilodrán, Mirta Tasat, Sofía Romano y Daniela Mendoza. Las dirige, sumando voz y guitarra, Fernando Carmona, y en esta oportunidad, los acompañará desde el bajo Juani Ziaurriz.