La historia de la biblioteca que nació en una escuela y hoy ocupa parte del Centro Cívico de Bariloche
La Biblioteca Sarmiento se prepara para festejar sus 95 años.
Una maestra de la escuela 16, el primer colegio primario de Bariloche, fue la ideóloga de una biblioteca para la ciudad a fines de 1920 que hoy se conoce como la Biblioteca Sarmiento, enclavada en el Centro Cívico.
Allá por 1928, a Marta Verón de Mora se le ocurrió montar una biblioteca., junto a un grupo de vecinos que conformaban la asociación cooperadora. Sin perder un segundo elaboró una propuesta que fue aceptada y se le otorgó un pequeño espacio en el edificio de la escuela 16, en Elflein y Palacios. Poco después, se conformó una asociación.
“El objetivo de esta profesora era que los alumnos pudieran acceder a material para complementar las tareas que le pedían los maestros. Ese fue el destino inicial que se mantuvo a través de los años”, relató Gonzalo de Estrada, presidente de la comisión directiva de la Biblioteca Sarmiento.
«La fundación fue el 21 de marzo de 1928. Así quedó registrado en el primer sello histórico. Los vecinos estaban preocupados por disponer de un espacio en el que los chicos pudieran tener una continuidad de la lectura, más allá del colegio», expresó Julia Vives, directora de la sala de lectura de la Biblioteca Sarmiento.
¿Qué pasó después? Fueron juntando más y más libros, el espacio quedó pequeño y les donaron un terreno para construir la biblioteca en el predio donde hoy está la Catedral. “Resultó que Parques Nacionales quería poner ahí la Catedral. Empezaron las gestiones para intercambiar ese predio por uno en el Centro Cívico. Eran nada menos que 980 metros cuadrados. De modo, que los integrantes de la biblioteca decidieron levantar también una sala de teatro a fin de recaudar fondos y mejorar el edificio”, explicó de Estrada.
Su padre, el arquitecto Ernesto de Estrada, diseñador del proyecto del Centro Cívico, gestionó la madera de la Isla Victoria para la biblioteca, realizó el diseño de todos los muebles y solicitó a los carpinteros de Parques que se pusieran manos a la obra.
“En los últimos años, se desdibujó la finalidad original de la Biblioteca Sarmiento: hoy, ya no vienen tantos chicos de primaria y secundaria a consultar. Solo algunos. Eso sí, se acercan muchos universitarios y socios”, aclaró.
La Biblioteca Sarmiento es una de las primeras en el país, aunque sus 95 años no han sido fáciles. “Leyendo los libros de actas, nos encontramos con situaciones tan interesantes como estresantes. Nos cortaron el gas y estuvimos sin calefacción. También hubo reclamos por el edificio. Sucede que originariamente era de Parques Nacionales y se había otorgado en comodato. Pero eso venció”, advirtió.
Ese momento de tensión se extendió por unos 30 años hasta que se definió municipalizar el Centro Cívico. «Entonces, el espacio de la Biblioteca Sarmiento quedó para uso permanente y vitalicio», indicó Vives «Hubo situaciones críticas, muchas caídas -acotó de Estrada-, pero siempre nos levantamos«.
Hoy, la Biblioteca dispone de una oferta de 52 mil libros y 2.400 socios. Poco a poco, retoma las actividades, previas a la pandemia, con todo tipo de talleres los días hábiles y, espectáculos los fines de semana.
“La idea fue que más allá de ser una biblioteca se convierta en un espacio cultural. De ahí salió el nombre Usina Cultural con la finalidad de salir del edificio e interactuar con la comunidad”, destacó de Estrada.
“Hoy -continuó- cumple el rol de ser un referente cultural. Tiene una presencia institucional con la comunidad y hacemos política cultural. Queremos que la gente lo tome como un espacio propio y lo defienda”.
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