La Fiesta de la Confluencia de Neuquén dijo adiós con una multitud
Con Ratones Paranoicos, Fabiana Cantilo y Fito Páez la celebración del río Limay se despidió ayer. Un millón de personas asistieron durante los cuatro días a la isla 132, según la organización. Será hasta la próxima.
“Hasta la próxima vez”. Cerró ayer la 11 edición de la Fiesta Nacional de la Confluencia que se realizó el fin de semana en la isla 132 de la ciudad de Neuquén. Según datos del municipio de Neuquén a la isla asistieron más de un millón de personas durante los cuatro días. Si se esperaba un final a todo dar, lo tuvo. El escenario mayor se engalanó con grandes del rock nacional, Fabiana Cantilo y Fito Páez. También fueron de la partida Piti Fernández y Ratones Paranoicos.
Pese a todos los cuestionamientos que recibió la celebración a la vera del río Limay, hay que decir que las cuatro noches con artistas de primer nivel solo ratificaron que la cultural y el arte deben ser apoyados y sostenidos porque Argentina tiene artistas “de la hostia”.
Y si se necesitan pruebas, por esta fiesta pasaron Dillom, El Mató a un Policía Motorizado, Nafta, BM, Abel Pintos, Airbag y Tan Biónica. Y hay que sumar la oportunidad que se le dio a los artistas locales que por primera vez tuvieron la posibilidad de mostrar lo que hacen. Sin estos escenarios, seguirían en un circuito reducido, casi oculto.
Pero vamos a la noche de ayer. El telón se subió con Piti Fernández que empezó a calentar motores, ah!! pero a las 19.30 todo explotó cuando enfundada en un short plateado y con la energía que siempre la caracterizó se apoderó de las tablas la gran Fabiana Cantilo. No hubo espacio del escenario que no estuviera ocupado por ella. Corrió, se tiró al piso, interactúo con el público, bailó y lo dejó todo hasta “transpirar la camiseta”. Tenerla a ella en esta fiesta fue un lujo, un privilegio. Y parece que anoche ella lo supo. Recorrió su repertorio de clásicos y el público estalló cuando las melodías como “Mary Poppins y el deshollinador» o tantos de sus grandes éxitos sonaban. Pero no hubo manera de contener la marea cuando en su voz sonó “Canción sin miedo”, una letra de justicia para las víctimas de femicidios. Esa es Fabiana.
Fabiana minutos después cambió su vestuario y regresó a las tablas para cantar con su “pana”, su amigo, el gran Fito Páez que ya estaba conquistando escenario y campo. Y entre ellos se mezclaron los Ratones Paranoicos que le dieron calor y furor a la última noche de la fiesta de la ciudad, minutos después.
Y se fue terminado la fiesta, una edición más que confirmó que la Confluencia tiene potencial para mostrarse al resto del país.
Pero sobre todo demostró, este año, que la gente apoya los festivales populares, que los resiste y los defiende. Y no es tema menor, la cultura se defiende con uñas y dientes. Y si no es posible. Se busca otra manera de hacerlo!
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