La experiencia de esquiar “a ciegas” en el cerro Catedral

Una fundación y una organización civil de personas no videntes de Bariloche propusieron a los esquiadores vendarse los ojos para realizar bajadas en la base.

La jornada se llevó a cabo en la base del cerro Catedral. Foto: Chino Leiva

Decenas de esquiadores con pecheras naranja flúor sobresalían en la base del cerro Catedral ayer por la tarde, bajo un sol radiante, un termómetro que marcaba los 3 grados y una sensación térmica de 7 bajo cero. De repente, una pareja descendía tomada de la mano; a unos pocos metros, otros dos lo hacían sosteniendo un mismo bastón. En cada caso, uno de ellos tenía los ojos vendados. En la pechera se leía “Esquiador no vidente”.

“Ahora a la derecha”, le indicaba un instructor a una mujer que tenía los ojos cubiertos por vendas. La soltó por unos segundos, pero de inmediato volvió a agarrarla de la mano. Bajaron hasta la base, entre muchísimos turistas y barilochenses. Más arriba, otros, también con pecheras, escuchaban instrucciones para emprender el descenso.

La Fundación Desafío Bariloche, junto a integrantes de la asociación civil Los Búhos, propuso a los esquiadores una experiencia de esquí distinta: esquiar a ciegas para entender qué siente una persona no vidente. El objetivo fue generar empatía e inclusión.

Algunos bajaban sosteniendo un mismo bastón. Foto: Chino Leiva

La actividad de concientización tuvo lugar en Magic V, el sector de principiantes, este viernes por la tarde. A quien accedía a participar de la experiencia, se le explicaba la técnica -idéntica a la tradicional-, se le colocaba una venda o un cubre antiparras y se emprendía la bajada. Muchos, entusiasmados, lo intentaban varias veces.

La instructora de esquí de Bariloche, Pilar Campo, decidió probar la experiencia. “Me pareció copada la iniciativa y quisiera capacitarme para esquí adaptado. Me taparon los ojos y una instructora me acompañó agarrada de la mano. Me iba guiando: me decía cuando tenía que girar. Si venía alguien, se ponía encima mío para que no me choquen. Es una sensación agradable deslizarse en la nieve pero también es entregarse. Hay que poner un voto de confianza en otra persona”, puntualizó.

Un instructor guiaba a los esquiadores que se sumaban a la experiencia. Foto: Chino Leiva

Andrea Ciantino, una profesora de educación especial, era una de las tantas voluntarias que intentaba sumar adeptos a la experiencia: “Le explicamos a la gente que se trata de despertar el sentido de la audición y de orientación que es lo que las personas ciegas desarrollan naturalmente. Se trata de que todos tengamos la posibilidad de hacer un deporte”.

El objetivo es que una persona con cualquier tipo o grado de discapacidad pueda disfrutar de la montaña. Estamos convencidos que, a través del esquí, una persona con discapacidad rompe barreras. Ese trabajo de inclusión es lo que más nos nutre»,

Martin Saccomano, director operativo de Fundación Desafío Bariloche.

En esta oportunidad, la actividad de sensibilización junto a Los Búhos Bariloche, una organización que promueve la actividad deportiva en personas con discapacidad visual. Desde hace tres años, sus integrantes concurren a esquiar al Catedral, a través de la Fundación Desafío Bariloche. Si bien las clases arrancan en la base, las personas con discapacidad terminan esquiando por todo el cerro.

La specheras se mezclaban entre los turistas y barilochenses en el cerro Catedral. Foto: Chino Leiva

“Controlá un poquito más la velocidad. Y flexioná las rodillas hacia adelante”, le sugería una instructora a Pablo Noves, integrante de Los Búhos, mientras aprendía a esquiar.

“Para los que no vemos y no sabemos esquiar, sentir la nieve en los pies es una hermosa experiencia, similar a cuando éramos niños que nos deslizábamos en las calles de Bariloche. Sentís esa velocidad y adrenalina”, describió y agregó: “Todo esto sirve también para concientizar a los esquiadores a que cuando vean una pechera naranja, deben ser más considerados a la hora de transitar la montaña”.

La jornada se repetirá a lo largo de toda la temporada invernal. “La idea es difundir las barreras con que se encuentran las personas con discapacidad sensorial. Que los esquiadores entiendan las dificultades que tiene alguien con discapacidad sensorial y que pueda entender sus necesidades”, detalló Martin Saccomano, director operativo de Fundación Desafío Bariloche.

La gente experimentó múltiples métodos. Foto: Chino Leiva

Cristina Skomorowski vive en Bariloche desde hace 18 años, pero hace tan solo cuatro que aprendió a esquiar. “El año pasando vi a la gente de la fundación llevando a alguien y me pareció increíble que puedan disfrutar de la montaña como estaba haciéndolo yo. Este año quise experimentar todos los métodos que se usan”, señaló.

Otro barilochense Joaquín Lamezon subía el cerro por Amancay cuando alguien le comentó la propuesta y decidió bajar hacia la zona de Magic V. Hizo una primera bajada con dos asistentes y un bastón -que es la técnica para quienes no tienen experiencia en el esquí-. “Ahora voy a bajar de nuevo, pero esta vez de la mano de un instructor de manera más controlada. Está bueno poder ayudar a la gente a disfrutar”, concluyó.

La jornada de sensibilización se repetirá a lo largo de la temporada. Foto: Chino Leiva

30 años, proponiendo el esquí adaptado

La Fundación Desafío Bariloche es pionera en el esquí adaptado en Argentina y lleva más de 30 años, brindando la posibilidad para que personas con discapacidades físicas o mentales puedan disfrutar del deporte.

Dato

12
personas con discapacidad ya aprendieron a esquiar en lo que va de la temporada, de las cuales 7 son de Bariloche.

El programa social siempre se llevó a cabo en septiembre, pero este año lograron ampliarlo a toda la temporada. El principal limitante es conseguir los pases y el traslado de los chicos al cerro Catedral. “En esta ocasión, conseguimos un pase por día para personas con discapacidad de Bariloche. Hoy tenemos a dos chicos en el cerro haciendo mono-ski (desarrollado para personas que esquían sentados): Argentina Salazar, de Bariloche, y un turista de Tucumán que tiene una discapacidad física por una lesión en la columna a raíz de un accidente en moto, mientras tanto, su familia también esquía”, explicó Saccomano.

Pablo Noves, de la asociación civil Los Búhos, se sumó a la iniciativa y tomó clases de esquí. Foto: Chino Leiva

Durante la temporada, la fundación recibe a turistas que pueden pagar las clases y con esos fondos, se cubre a aquel que no puede costearlo.

Dato

8
voluntarios estables conforman la Fundación Desafío Bariloche. Otros 30 voluntarios se suman cuando se los necesita.

Funciona de lunes a viernes, de 9 a 17, en un local donado por el gobierno provincial en la base del cerro Catedral.

Hoy la fundación trabaja para ampliar el abanico de actividades para personas con discapacidad que traspasen el invierno. El objetivo es nuclear a la gente en torno a actividades como el kayakismo y el parapente, por ejemplo.

La jornada se llevó a cabo en la base del cerro Catedral. Foto: Chino Leiva

La fundación tiene un acuerdo de intercambio con la Fundación Challenge de Aspen, Estados Unidos, que, desde hace años, envía dos voluntarios en septiembre. Este año, aportó a una instructora para que colaborar los tres meses de la temporada.

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