La calidad del sueño es tan importante como la cantidad de horas que dormimos
¿Cuántas horas debe dormirse por la noche? Las sugerencias para los adultos sanos siempre fue de al menos siete horas de sueño. Sin embargo, deberíamos prestar atención no solo a la cantidad de horas que dormirmos, sino también a su calidad.
Las recomendaciones suelen ser generales, y mientras algunas personas con siete horas están bien, otras pueden necesitar más. Eric Zhou, médico de la División de Medicina del Sueño de Harvard, resaltó en Harvard Men’s Health Watch que estas diferencias surgen justamente de la calidad del sueño: es decir, qué tan bien dormimos.
Para analizar la calidad de nuestro sueño, podemos preguntarnos si dormimos de corrido o nos despertamos durante la noche, y si cada vez que nos despertamos nos cuesta más o menos volver a conciliar el sueño. La diferencia está siempre en cómo nos sentimos al despertar: «Si te despertás renovado y sentís que tenés la energía para pasar el día, entonces me preocuparía menos por el número exacto de horas que dormís», dijo Zhou.
Lo que está comprobado es que la calidad del sueño afecta directamente a nuestra salud. Las investigaciones demuestran que quienes tienen mala calidad de sueño tienen mayor riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y problemas de salud mental como ansiedad y depresión. Además de, por supuesto, aumentar la fatiga durante el día y disfrutar menos.
Zhou también resaltó que los patrones de sueño cambian durante la vida, y que una persona de entre 50 y 60 años no dormirá igual que en sus 20. Uno de los motivos es que a medida que crecemos, la producción de melatonina (hormona del sueño) disminuye, por lo que es normal que nos despertemos más temprano o con más frecuencia durante la noche.
Entre las recomendaciones que dan los médicos de Harvard para mejorar la calidad del sueño, se sugiere llevar un diario de registro. Allí podemos anotar la cantidad de horas que dormimos, cuánto tardamos en conciliar el sueño, si nos despertamos durante la noche y cómo nos sentimos al levantarnos y al terminar el día. Después de una o dos semanas, podremos identificar patrones para ajustar y mejorar.
En resumen, las estrategias generales para mejorar el sueño que sugieren son tres:
– Mantener un tiempo de vigilia constante, en especial los fines de semana.
– Limitar las siestas durante el día a 20 o 30 minutos, y que al menos sean seis horas antes del momento de descanso nocturno.
– Mantenerse siempre físicamente activo.
Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.
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