La angustia de los venezolanos que viven en la región por el estallido social

Desde Bariloche y Cipolletti comparten la angustia por su país. Inmigrantes que empezaron de cero y que hoy sufren por tener a su familia dispersa por todo el mundo.

Tras las elecciones del último domingo en las que Nicolás Maduro se proclamó presidente reelecto, Venezuela estalló en una ola de protestas que, hasta el momento, dejaron un saldo de 11 muertos y más de 700 detenidos.

Según los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, el 80% del escrutinio marcaba que Maduro ganó con el 51,2% de los votos contra el 44,2% del opositor, Edmundo González Urrutia. Pero los días pasan y no se publicaron más datos.

En los últimos cinco años, los venezolanos lideran las radicaciones en la región que otorga la Delegación de Migraciones de Bariloche. Ocupan el primer lugar con 1069 trámites, seguidos por los chilenos (con 574, la mitad) y los bolivianos (570).

Por estos días, la comunidad venezolana sigue perpleja los acontecimientos en su país durante los últimos días. Redes sociales, noticiaso relatos de la familia que continúa en Venezuela o de quienes están dispersados por todo el mundo. Actualmente, hay 7,7 millones de venezolanos que abandonaron su país.

“Las elecciones se dieron con normalidad hasta lo que pasó siempre. A la espera de los resultados, estos señores salieron a hacer sus trampas. Hemos hablado con varios expatriados y esperábamos que pasara esto. Estamos de acuerdo en que este gobierno no sale por vía electoral”, evaluó Marcos Araujo, un venezolano que desembarcó en Bariloche en 2011 en busca de trabajo y la tranquilidad que no lograba encontrar en su país.

“Es imposible pensar en imparcialidad cuando tienen un Superior Tribunal de Justicia 100% chavista. No hay confianza en las instituciones. Con esta votación, al ser digital, se logró que esa información de actas por primera vez en la historia se volcara a la página web. Lo que está haciendo el gobierno es secuestrar a testigos de mesa para obligarlos a hacer nuevas actas con distintos resultados”, planteó.

Araujo decidió abandonar Venezuela, junto a su pareja, 13 años atrás harto de la situación de inseguridad y el conflicto político. “Los secuestros e intentos de robo eran moneda corriente. Tuve amigos muy cercanos muertos por la delincuencia”, contó.

Este hombre de 49 años ya conocía Argentina y entendió que “era el lugar mas amigable para permanecer en forma legal”. Tuvo en claro que se radicaría en Bariloche y no en Buenos Aires, al no querer repetir los problemas “de una gran ciudad”. Su experiencia laboral como técnico metalúrgico le permitió conseguir trabajo rápidamente en Invap.

Mi familia está dispersa por todos lados. Pero también me quedó familia en Venezuela. Y es triste porque te pierdes de todo. Éramos un grupo familiar muy cercano, pero al irte, te pierdes de cumpleaños, nacimientos, bodas. Y lo que más golpea es cuando tienes a tus padres grandes y no puedes estar pendientes de ellos”, indicó.

Lamentó la imposibilidad de volver a Venezuela. “Económicamente, más allá de que uno pueda o no, la documentación es un problema. No permiten el ingreso con documentación extranjera. Todos tenemos la documentación vencida y deberíamos renovarla. La embajada está en Buenos Aires, es chavista y si te viniste por opositor, te hacen la vida de cuadrito. Toma meses de espera y te piden 400 dólares solo para darte el turno”, admitió Marcos.

Dos compatriotas en Cipolletti

“Queremos una Venezuela libre. Este gobierno destruyó familias y arrancó corazones”. Indira Guevara tiene 48 años y lleva 23 años viviendo en Argentina. Se radicó en Cipolletti donde administra un local de ropa junto a una amiga. También venezolana.

Parte de su familia está en Venezuela; otros se establecieron en Argentina.

No hay un día que no miremos la televisión. Mantenemos muchas esperanzas de salir de ese gobierno. Nos sentimos angustiados. Tristes. Pero no nos llama la atención lo que está pasando porque ya sabíamos que iba a pasar. Sabíamos que María Corina ganaba las elecciones y que este gobierno iba a hacer trampa”, comentó la mujer.

Las venezolanas administran un local de ropa. Foto: Florencia Salto

Indira se casó con un argentino y vivieron unos años en Venezuela hasta que la situación no dio para más. “Ya estaba Chávez -que llegó al poder porque buscábamos un cambio aunque todo se vino abajo- y recuerdo que mi marido me dijo: ‘Esto no está bien; nosotros ya lo vivimos en Argentina‘. Sufrimos un secuestro en Venezuela y nos vinimos. En ese momento, mis hijos tenían 11 y 6 años. Fue triste porque no volvieron a ver su abuela y tías”, advirtió.

Le costó 7 años volver a Venezuela. “Entré como ciudadana argentina ya que mi pasaporte venezolano estaba vencido, pero no querían dejar volver. Renovarlo era un problema. Me dejaron salir finalmente, pero tuve que pagar a un guardia chavista en dólares”, dijo.

Mary Clociel es su socia. Llegó del estado venezolano Monagas hace 8 años. “Yo trabajaba en el petróleo y de pronto, empecé a ver cómo mis compañeros de trabajo empezaban a perder peso. Mucha gente dejaba de comer para dejarle comida a sus hijos. Yo no tenía. A la vez, si salías a comprar, no había nada. Volvimos al trueque”, aclaró y agregó: “Mi impacto mayor fue ver a gente comiendo basura de la pollería. Mis hermanas son profesionales y ganan entre 18 y 20 dólares mensuales”.

Las venezolanas administran un local de ropa. Foto: Florencia Salto

En ese momento, sus primos fueron trasladados a Argentina y Mary decidió seguir este camino. Al año siguiente, llegaron sus padres.

“Desde el domingo pasado, estamos con la tele prendida. La semana pasada mi tío murió porque necesitaba 7 mil dólares para una operación. Tenía las arterias tapadas. Con la familia que está afuera recaudamos dinero, pero no llegamos a tiempo. No accedió al sistema de salud”, afirmó.

Con el pesar de la distancia, ambas amigas conservan sus tradiciones. Pero aseguran que lo más difícil es transitar la Navidad lejos de la familia. “Nos perdemos cumpleaños, aniversarios. Tener la familia esparcida por todo el mundo es sumamente doloroso. Por suerte, nos tenemos una a la otra. Nos conocimos de casualidad y desde ahí, no nos hemos separado. Se comparten sentimientos”, concluyó Mary.

Indiana y Mary se conocieron de casualidad en Cipolletti. Foto: Florencia Salto

Sueldo en dólares, pero sin insumos

Con apenas 22 años, Luis Briceño dejó Venezuela decidido a radicarse en Argentina. Su primer destino fue Buenos Aires, pero el calor y la humedad lo llevaron hasta la Patagonia. Es diseñador gráfico y trabaja en la Fundación Intecnus.

Tenía un trabajo en el que cobraba en dólares. El tema es que no importaba cuánto dinero tenías porque no había insumos. No tenía pensado emigrar, pero un primo mío se vino, me mandó videos y me propuse probar también”, relató.

La realidad política y social actual en su país tampoco le resulta ajena. “Me mantengo informado de todo lo que pasa, a través de las redes sociales y por mi familia. De hecho, viajé en junio para el cumple de mi mamá. No veía desde hacía años a mis sobrinos”, sostuvo.

“Es previsible todo ésto -continuó- porque con este gobierno, las elecciones siempre fueron lo mismo. Y este año, peor con el respaldo a María Corina. Esta vez, teníamos mucha fe porque era más notorio el cambio que el país está pidiendo. La gente que antes apoyaba, ya no lo está”.


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