Jugar en las fiestas
Desafiar a lo impuesto es muy divertido. Es un ejercicio que suele despertar neuronas, sonrisas y alguna cara extraña.
No sé qué siento
Hacer lo que todo el mundo espera que se haga… ¿Por qué? ¿para qué?
Preguntarse si es necesario, si nos hace bien, si lo elegimos, es un ejercicio de conciencia, de individuación, de crecimiento.
Asocio esto directamente a las fechas que vivimos.
¿Qué se hace porque se elige o porque es impuesto por la sociedad o las costumbres?
Reunirse, ver qué cocina cada uno, compartir, sentarse a comer y ¿qué más? ¿Siempre lo mismo?
El arbolito más o menos pobre de regalos materiales… ¿y qué más? ¿cómo alimentamos nuestro espíritu?
Hacer algo que nos alimente el espíritu es un regalo que no se rompe, no se estropea con el tiempo y no cuesta dinero. Es todo lo contrario.
Es tiempo de apagar pantallas y mirar a los ojos. De sonreír, llorar, conversar, o simplemente estar en silencio. Pero encontrándonos con nosotros mismos.
A algunos les gustará jugar más, a otros, les costará un poco más poner el cuerpo y sacudir los años empolvados de adultez aburrida, pero, todos, absolutamente todos, pueden lograrlo y cuando se logra, ya subimos un escalón hacia algo mejor. No importa la edad, condición social, cantidad de neuronas activadas, estado físico ni estado civil. Todos tenemos el derecho a jugar. No hay DNU que lo impida. Libres. Aunque a veces, nuestros propios esclavos somos nosotros y nuestros prejuicios. Ese juez que nos dice que parecemos ridículos, cómo nos vamos a ver ante los demás, que nos va a salir mal, y muchos etcéteras construidos sobre arena y cuerpos silenciados.
¿Qué somos, si no es eso que vivimos en este instante?
Para que no tengan excusas, se animen a vivir experiencias diferentes, legales y sin gastar dinero, acá comparto algunas sugerencias para despertar la imaginación. Como una receta de cocina, pero de juegos. Acá pueden sacar y poner ingredientes a voluntad.
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Búsqueda del tesoro: consta de pistas y un tesoro. Este puede ser desde un regalo comprado, hasta una carta de amor, dibujo o lo que quieran. Siempre claro que sepamos que despierta una sonrisa. Entregamos la primera pista ej.: “la pista número 2 está en un lugar que siempre está desordenado”.
- Esa pista (si no saben leer, ayudamos) seguro que despierta alguna sonrisa y ayuda a pensar cuál podría ser. Si cuesta, podemos decir “frío, tibio o caliente” si están cerca o lejos de la siguiente pista. La segunda pista tiene que estar en ese lugar desordenado que hicimos referencia. Será un papel que diga: “esta es la pista número 2”. La número 3 está en…(y sugerimos un siguiente lugar)
Podemos hacerla corto o largo el juego. Como lo decidamos.
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Hacer lista de intenciones: cada uno puede escribir o dibujar en un papel anhelos o bien soltar aquello que se quiere dejar ir. Se pueden armar dos momentos. Uno para soltar y otro para recibir.
Hacer juegos que a cada uno les guste y se puedan compartir, enseñar y/o cambiar reglas. Con cartas, dados, papeles, etc.
Si son varios… ¿Por qué no jugar a inventar cosas con residuos limpios? Ya sabemos que los niños aman más los envoltorios que los juguetes que allí estaban; si somos muchos se pueden armar competencias (para quienes las disfrutan)
Y por supuesto no puedo dejar de decir:
NO USAR FUEGOS ARTIFICIALES. Puede provocar accidentes, sufren muchas personas los ruidos fuertes. Los animales la pasan muy mal, pueden morir o se pierden.
Los derechos del niño
SEPARAR LOS RESIDUOS. Limpios y secos tienen una segunda oportunidad.
TODOS SOMOS AMBIENTE-
CUIDEMOS-NOS
Lic. Laura Collavini
Psicopedagoga. Presidente fundación Siendo.
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